La democracia valiente
Leopoldo Calvo-Sotelo, en su primera sesi¨®n de investidura, ya tan lejana, despu¨¦s de que se ha representado en las Cortes una especie de Los cuernos de don Friolera en versi¨®n libre y con efectos especiales, dijo que quer¨ªa hacer una ?democracia valiente?. ?Y qu¨¦ es la democracia valiente? Esperemos que no sea una derecha cobarde.Viene un periodista italiano de El Europeo a entrevistarme sobre la situaci¨®n espa?ola y se r¨ªe con esto, que le parece un juego de palabras. No lo es. ?Cu¨¢l ser¨ªa la dial¨¦ctica democracia valiente l derecha cobarde del nuevo Gobierno? Pues, un suponer, el autorreclutamiento espont¨¢neo en los ej¨¦rcitos boreales de la Atl¨¢ntida, que ni siquiera cubren el Atl¨¢ntico, como ha recordado Felipe Gonz¨¢lez, o sea la OTAN. Fraga Iribarne, m¨¢s literario, a la democracia valiente prefiere llamarla ?gran derecha?. Entre la gran derecha y la democracia valiente nos quedamos en bolas los dem¨®cratas antiguos, los liberales, los rojos, los progresistas, los gauchistes, los socialistas y la izquierda recreativa. Nos van a pasar por un tren de laminado pol¨ªtico que nos va a dejar esbelt¨ªsimos. Lo que empieza, m¨¢s que nada, es un, plan de adelgazamiento de la izquierda. En este pa¨ªs no cuesta nada ser de izquierdas. Basta con esperar a que baje un poco la marea democr¨¢tica, a la hora violeta de las investiduras, y ya est¨¢ uno otra vez en su sitio.
La democracia valiente de Calvo Sotelo tuvo, al d¨ªa siguiente de su formulaci¨®n, la oportunidad cat¨¢rtica y ord¨¢lica de probar su valent¨ªa incluso f¨ªsica. Ya somos una democracia valiente en el sentido testicular. Se¨¢moslo ahora en el sentido textual. Lo cual. que el se?or Bandr¨¦s expres¨® m¨¢s vivamente que nadie, en los telerreportajes, el horror de verse enca?onado por una metralleta. Esperemos que esto haya profundizado su ya profunda reflexi¨®n sobre el terrorismo otro, que tiene en ¨¦l su m¨¢s hamletiano apaciguador. Claro que la democracia valiente que hoy nace no puede estar en todas partes (cosa que les pasa mucho a los valientes), de modo que no se entera cuando los recursos nacionales pasan a manos de otras democracias a¨²n m¨¢s valientes, que son las extranjeras. Un suponer, los colegios de San Estanislao de Kostka, multiplicados bajo la protecci¨®n del franquismo valiente y ahora traspasados algunos (el de Arturo Soria, 111) por el se?or Segovia a la Embajada china, en una movida de muchos kilos que reaparecen, a nombre de las mismas personas, en San Juan de Puerto Rico. El otro d¨ªa hablaba yo de Puerto Rico como Puerto Fraga (el puerto de mis deseos que Fraga debiera hacer de Espa?a para que vuelva la pastizara). Hoy enriquezco m¨ª informe con este episodio jesuita/kostkiano, que me enternece dulcemente, pues que fui ni?o kostka y de derechas.
Parece que lo de Su¨¢rez fue una democracia cobarde de centro y lo de Calvo Sotelo va a ser una democracia valiente de derechas. Ya no s¨¦ si vamos o venimos., El agente literario Ram¨®n Serrano proyecta el libro Con Franco no viv¨ªamos mejor y recolecta las veinte primeras firmas del pa¨ªs para escribirlo, pero me temo que entre los veinte no van a conseguir las tiradas de Vizcaino-Casas, que ha saldado la transici¨®n con diecisiete millones de beneficios (enhorabuena). A ver c¨®mo se le da la democracia valiente.
Jordi Bisbe, ap¨®stol con corbata del naturismo/ desnudismo, me entrega m¨¢s documenta sobre su rollo. Del naturismo de nuestros abuelos al ecologismo de Tamames, median las liberadas, femenistas y divorcistas (que iban a tener guateque en su librer¨ªa la tarde del esperpento). ?Hasta qu¨¦ punto la democracia valiente va a ser valiente con el divorcio/Ord¨®?ez? Un Gobierno de j¨®venes carrozas v¨ªrgenes no puede traicionar a Rita Hayworth, la novia maldita de su adolescencia. La democracia valiente nos devuelve el privilegio de ser cobardes.
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