Muerte del compositor Kazimierz Serocki, protagonista de la vanguardia polaca
La muerte de Kazimierz Serocki en Varsovia, a principios de enero, no ha tenido en los medios de comunicaci¨®n occidentales (y muy particularmente en los espa?oles) gran repercusi¨®n. Parece como si un solo destino persiguiera la vida y obra de un compositor que, no obstante su relevancia protagonista, conect¨® relativamente con el gran p¨²blico, sobre todo si lo comparamos con algunos de sus compa?eros de la escuela polaca.Serocki -nacido en 1922- figura, por derecho propio, entre los ?grandes? de la vanguardia polaca, el hecho m¨¢s importante de la m¨²sica en la Europa oriental de la posguerra. Sistem¨¢ticamente es citado -por estudiosos y cr¨ªticos- junto a Lutoslawski y Penderecki, dentro de una suerte de ?trinidad? creadora y promotora que fue capaz de movilizar muchos esfuerzos (desde la renovaci¨®n del lenguaje hasta la creaci¨®n del ?oto?o varsoviano?) hasta producir lo que en lenguaje period¨ªstico se denomin¨® el boom de la m¨²sica polaca.
Bien es verdad que se dan pocos casos en los que un movimiento musical generalizado haya encontrado mayor y m¨¢s sistem¨¢tica asistencia oficial, adem¨¢s de convocar todos los entusiasmos a escala individual y social. Quiero decir que si, por ejemplo, las autoridades culturales de Polonia exportaron muy planificadamente su m¨²sica, los directores e int¨¦rpretes, por su cuenta, la llevaron y llevan constantemente en sus programas. As¨ª se da el caso de que en Espa?a la escuela polaca ha sido probablemente la m¨¢s programada despu¨¦s de la espa?ola.
De todos modos, el menos frecuentado de los tres grandes de Polonia ha sido justamente Serocki, aun cuando en ocasiones alguna de sus obras nos haya llegado muy r¨¢pidamente: as¨ª, los Frescos sinf¨®nicos, de 1964, dirigida por Od¨®n Alonso a la Sinf¨®nica de RTY E en los primeros conciertos de dicha agrupaci¨®n, durante el Festival Mundial de la SIMC, 1965.
Neoclasicismio y vanguardia
Y es que Serocki, lleno de valores intelectuales, creativos y humanos, no fue un ?autopromocionador?. Trabaj¨® por los dem¨¢s antes que para s¨ª mismo. Despu¨¦s de estudiar en su pa¨ªs con Szpinalski y Sikorski, el m¨²sico de Tor¨²n march¨® a Par¨ªs, en donde trabaj¨® el piano con Lazare Levi, y la composici¨®n, con Nadia Boulanger. Tras unos a?os de gran dedicaci¨®n pian¨ªstica, la carrera. de Serocki como compositor se inicia con los conciertos para piano y tromb¨®n, dos sinfon¨ªas y una sinfonieta, obras escritas entre 1951 y 1956 e insertas dentro de una est¨¦tica neocl¨¢sica, aun cuando desde el primer momento se advierta en Serocki un car¨¢cter fuertemente independiente.El contacto con Darmstadt y la direcci¨®n del Festival de Varsovia suponen el impulso para un cambio de estilo:. del dodecafonismo al puntillismo, desde el serialismo integral a la especializaci¨®n y el ?tachismo? -como se?ala muy sint¨¦ticamente Claude Rostand-, la personalidad de Serock; avanza hacia m¨¢ximas posibilidades de libertad, sin olvidar en ning¨²n momento lo que en ¨¦l es connatural: la expresividad l¨ªrico- dram¨¢tica o, lo que viene a resultar paralelo, el deseo de un arte sin concesiones, pero decididamente comunicativo. M¨²sica concertante (1958), los ciclos de canciones (Coraz¨®n de la noche, Ojos del aire), Segmentos, Niobe, Im¨¢genes, nos conducen, a trav¨¦s de un proceso l¨®gico y siempre renovador, hasta los Frescos sinf¨®nicos antes aludidos, producto de un cruce y asimilaci¨®n de actitudes e investigaciones.
Mucho se ha insistido, durante a?os, en Serocki como representante de la klangcomposition (m¨²sica de timbres), aunque, con todo lo que en este terreno haya aportado, me parece que los perfiles serockianos son mucho m¨¢s amplios, bien cuando trabaja con instrumentos tradicionales (Forte y piano, para dos pianos, 1968), bien cuando se interna en el mundo de la electroac¨²stica. Pianofon¨ªa, Premio Italia 1979, combina Plano, orquesta y sonido electr¨®nico dentro de unas estructuras muy flexibles que reflejan una intencionalidad dram¨¢tica y a trav¨¦s de una t¨¦cnica nueva. ?Por vez primera en la historia?, dice el compositor, ?las diversas combinaciones electroac¨²sticas han sido registradas gracias a un campo electr¨®nico de programaci¨®n en un microordenador, con lo que pueden ser explotadas en el curso de ejecuci¨®n de la obra?.
La muerte temprana de Serocki (ten¨ªa 58 a?os) nos priva de una interesante personalidad, cuya ausencia empobrece en algo el panorama de la m¨²sica europea de nuestros d¨ªas.
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