"La predicci¨®n del golpe de Estado es una broma" afirma el director de la revista "Spic"

Lorenzo Herranz Garc¨ªa, director de la revista de turismo Spic, reconoci¨® ayer haber escrito bajo el seud¨®nimo de Otis una nota que apareci¨® en el ¨²ltimo n¨²mero de Spic, en la que se alud¨ªa a un golpe militar, ?el lunes d¨ªa 23, por la tarde?. Herranz, localizado por la corresponsal de EL PAIS en Bruselas, , cuando se dispon¨ªa, en compa?¨ªa de su mujer, Encarna de las Heras, a abordar un avi¨®n con destino a Madrid, afirma que es ?una broma, una casualidad, como pasa con las quinielas de catorce aciertos?.

El Gobierno y el juez militar especial que instruye las diligencias relacionadas con el fracasado intento de golpe de Estado de los d¨ªas 23 y 24 llevan a cabo una investigaci¨®n sobre los posibles soportes civiles y propagand¨ªsticos que pudieran haber dado cobertura a los sediciosos. El Ministerio del Interior trabaja intensamente en la b¨²squeda de personas implicadas en la trama civil del golpe, sospecha que recae, por ejemplo, en el ultraderechista Juan Garc¨ªa Carr¨¦s, que ha pasado a disposici¨®n de la autoridad judicial militar. Tambi¨¦n est¨¢ siendo investigado el director de la revista Spic, los financiadores de la operaci¨®n golpista y los civiles que, al parecer, forman parte del colectivo Almendros, autor de tres art¨ªculos publicados en el diario matutino madrile?o El Alc¨¢zar, que abogan en sus escritos por soluciones anticonstitucionales.En Barajas, Herranz era esperado por la polic¨ªa, ya que se hab¨ªa dado orden de que compareciera para prestar declaraci¨®n ante las autoridades policiales. En medios oficiales se afirmaba ayer que era probable que tambi¨¦n prestara declaraci¨®n ante el juez especial militar que entiende de todo lo relacionado con el intento de golpe de Estado. Herranz, de unos cincuenta a?os, voluminoso, corbata de lazo, no se mostr¨® sorprendido por la presencia de un periodista en el aeropuerto de Bruselas, pero comenz¨® a sudar copiosamente, pese a ser las 7.30 horas, y a que la temperatura rondaba los cero grados. Tras el primer cruce de palabras abri¨® una cartera y sac¨® varias fotograf¨ªas del rey Juan Carlos: ?Tome, tome, un regalo. Las ten¨ªa para un cat¨¢logo de turismo y como me sobraron varias las ech¨¦ a la cartera cuando me vine aqu¨ª?. Explic¨® que esas fotograf¨ªas del Rey las envi¨® tambi¨¦n a medios de comunicaci¨®n para testimoniar su acuerdo con la actuaci¨®n de la Corona.Pregunta. Usted lleg¨® a Bruselas al d¨ªa siguiente del fallido golpe de Estado. Respuesta. Ten¨ªa previstas unas minivacaciones. Cuando vi la noche anterior que no pasaba nada y que todo estaba tranquilo decid¨ª no suspenderlas.

P. ?Cu¨¢ndo hab¨ªa reservado los billetes?

R. Bueno, como estoy relacionado con turismo no necesito reservarlos.

P. ?Por qu¨¦ regresa usted ahora, precisamente en el fin de semana?

Interrumpe Encarna de las Heras para explicar que sus dos hijos, una chica de dieciocho a?os y un chico de quince, se quedaron en Madrid.

P. ?Es usted familiar de Francisco La¨ªna, el secretario de Estado para la Seguridad?

R. Somos primos pol¨ªticos, pero ?qu¨¦ tiene eso que ver?, responde Lorenzo Herranz.

P. ?Cree usted posible que alguien crea su versi¨®n de que.es una casualidad? ?Sabe usted que algunos de los guardias civiles que asaltaron e l Congreso ten¨ªan en su poder el ejemplar de la revista?

R. Imposible. No me lo creo. Spic no se encuentra en los quioscos, s¨®lo se vende por suscripci¨®n y entre nuestros suscriptores no hay militares. Son profesionales del turismo.

P. ?Qu¨¦ opina usted del intento de golpe militar?

R. Somos totalmente contrarios. La ley de la fuerza no arregla nada. Y adem¨¢s, no lo s¨¦.

P. Esa es la frase que seg¨²n algunos podr¨ªa ser la clave de la hora para el golpe, las 6.22. ?No le parecen a usted demasiadas bromas?

R. Soy un chorra. El humorista de la revista.

P. Cu¨¦nteme c¨®mo se enter¨® usted del fallido golpe de Estado.

R. Estaba en la oficina y me llam¨® mi hijo. Pusimos la radio y seguimos los acontecimientos hasta las dos de la madrugada. Luego vimos que todo hab¨ªa pasado... Tuvimos miedo de que volviera a ocurrir lo del 36 -interrumpe su mujer.

P. ?Pertenece usted a alg¨²n partido pol¨ªtico?

R. A ninguno. Somos independientes -afirma Encarna de las Heras-, venimos de una familia de maestros... Pero no tenemos nada que ver con el padre de Tejero, que tambi¨¦n es maestro. Su marido se muestra sorprendido y su mujer a?ade apresurada: ?Lo he le¨ªdo en el peri¨®dico, en el avi¨®n, al venir aqu¨ª?. Mire usted -prosigue Encar-, na de las Heras-, yo soy algo as¨ª como la censura de la revista y le aseguro que no vi esa nota (mi marido cambi¨® en el ¨²ltimo momento tres, porque se hab¨ªan quedado viejas), si la llego a ver, la hubiera quitado, no por nada, sino porque es idiota.

P. ?Qu¨¦ opina usted de la Constituci¨®n espa?ola?

R. Fenomenal, la hemos votado todos los espa?oles.

"Nadie me dict¨® aquello"

P. Si hubieran estado ustedes el viernes en Madrid, ?hubieran participado en la manifestaci¨®n de apoyo a las libertades?

R. Jam¨¢s vamos a ninguna manifestaci¨®n. Es in¨²til. ?Qu¨¦ han ganado?

P. ?De qui¨¦n es la revista de aviaci¨®n comercial y turismo Spic?

R. Es una sociedad a dos: mi mujer y yo.

P. ?Sabe usted que cuando llegue a Madrid le estar¨¢ esperando probablemente la polic¨ªa?

R. No veo por qu¨¦. Nadie me dict¨® aquello. Lo hice yo con mi m¨¢quina de escribir. Siempre hago esa secci¨®n c¨®mica, aunque esta vez haya resultado poco graciosa.

P. ?Va a explicar usted en el pr¨®ximo n¨²mero su versi¨®n de lo sucedido?

R. No creo. Es una revista para profesionales del turismo. Aunque, bueno, tambi¨¦n la recibe el Rey. Se la mandamos siempre.

Y para rematar la imagen de clown, Lorenzo Herranz a?ade: ?F¨ªjese, me ha llamado un amigo para pedirme que haga quinielas con ¨¦l. Lo mismo las acierto?.

En el aeropuerto de Barajas Herranz volvi¨® a reiterar las humoradas que hab¨ªa anticipado en Bruselas y a?adi¨® alguna m¨¢s, como la de descifrar el significado de su revista Spic de este modo: ? S¨®lo para ir comiendo?. Se extendi¨® en una ?explicaci¨®n l¨®gica? de la nota causante de la alarma: ?La revista sale los d¨ªas 20 de cada mes. El 20 era viernes; la ponemos en el correo el d¨ªa 21; el 22 es domingo y si quieres gastarle una broma a tus lectores les dices que hay un golpe de Estado el d¨ªa en que la recibe?.

Lorenzo Herranz adem¨¢s de aficionado a un cierto tipo de columnismo esperp¨¦ntico, parece serlo tambi¨¦n a la fotografia, ya que en Bruselas, despu¨¦s de ser entrevistado por nuestra corresponsal, sac¨® del bolsillo una c¨¢mara pocket y, sin m¨¢s, fotografi¨® a la entrevistadora. En Barajas, despu¨¦s de departir amablemente con un redactor de nuestro peri¨®dico, lleg¨® a sacar de nuevo su c¨¢mara fotogr¨¢fica con intenciones no declaradas. Advertida la maniobra a tiempo, el redactor y el informador gr¨¢fico de EL PAIS lograron poi.erse fuera del alcance del viajero. Herranz, pese a ello, esboz¨® una sonrisa.