"Nos sentimos traicionados por la izquierda del laborismo brit¨¢nico
Shirley Williams diferencia entre socialismo y socialdemocracia (aunque luego los confundiera en la conversaci¨®n que mantuvo con EL PAIS): ?El socialismo es un sistema en el cual el beneficio deja de ser el principal criterio de la producci¨®n, y consiste en un movimiento gradual hacia una propiedad colectiva, dentro de un centralismo estatal. El tipo de Estado que puede aceptar la socialdemocracia es pluralista?.Pregunta. Ustedes utilizan mucho la palabra radical...
Respuesta. Esta palabra enlaza con la muy antigua tradici¨®n, brit¨¢nica de poner un ¨¦nfasis en la libertad y en los derechos del individuo. As¨ª, cuando utilizamos la palabra radical al hablar de reformas penitenciarias, relaciones raciales o del papel de la mujer, estamos hablando esencialmente de la mujer individuo, del negro individuo, del preso individuo...
P. ?Cu¨¢les son para usted las enfermedades del laborismo?
R. El partido ha cambiado de car¨¢cter en los ¨²ltimos a?os. Ahora es el partido el que controla a los diputados elegidos, y, para nuestro grupo, la esencia de la democracia est¨¢ en la responsabilidad del elegido ante su electorado, y no ante su partido. La elecci¨®n de un primer ministro por un c¨ªrculo de poderosos sindicalistas no tiene nada que ver con la voluntad popular expresada a trav¨¦s de un voto secreto individual. Segundo, el partido no acepta una econom¨ªa mixta permanente; nosotros, s¨ª, y no me confunda, no queremos una econom¨ªa capitalista. Tercero, est¨¢ la cuesti¨®n del Mercado Com¨²n. Ahora hay una resoluci¨®n laborista para salirse de ¨¦l, y no se ha propuesto ning¨²n refer¨¦ndum sobre la cuesti¨®n, como se hizo en 1975, para no dividir al partido. Nos sentimos traicionados, no por Michael Foot, sino por la izquierda.
A favor de la entrada espa?ola en la CEE
Naturalmente, Shirley Williams est¨¢ a favor de la entrada de Espa?a en la Comunidad Europea, previa reforma de la pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n.P. ?Cu¨¢l es su opini¨®n sobre la cuesti¨®n de las armas nucleares?
R. La postura del Partido Laborista sobre este tema es completamente incoherente. En el oto?o aprob¨® una resoluci¨®n que recomendaba la retirada brit¨¢nica del mando integrado en la OTAN, otra a favor del desarme nuclear unilateral y una tercera que dec¨ªa que deb¨ªamos permanecer en la OTAN. Parece Alicia en el pa¨ªs de las maravillas, y este es un tema demasiado serio para juegos.
Creemos firmemente que debemos permanecer en la OTAN, porque es la principal defensa de Occidente y tambi¨¦n porque la OTAN es la mayor garant¨ªa que tenemos de paz en Europa.
Partidaria de las negociaciones con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, especialmente las multilaterales propuestas para 1982, quisiera ver un acuerdo sobre la reducci¨®n de las fuerzas nucleares en el escenario europeo, sobre una base rec¨ªproca. ?No deber¨ªamos decir no, adelant¨¢ndonos a los misiles de crucero?, pero se opone a la bomba de neutrones por el peligro que conlleva la idea de una guerra nuclear limitada.
P. ?Anunciar¨¢n pronto la creaci¨®n de un nuevo partido?
R. No; no podemos, pese a lo que crea la Prensa, pues no se puede lanzar un partido de la noche a la ma?ana. Pero lo haremos mucho antes de las pr¨®ximas elecciones.
P. ?Y c¨®mo piensan financiarlo?
R. El p¨²blico nos ha enviado ya unas 35.000 libras (siete millones de pesetas), pero as¨ª no se puede financiar un partido. Con el tiempo tendremos que solicitar dinero, aunque no permitiremos que la gente compre votos. Creo que lograremos este dinero, pues hay un gran n¨²mero de peque?as y me dianas empresas y algunas ramas sindicales que est¨¢n hasta la coronilla del pimp¨®n de la pol¨ªtica brit¨¢nica y les gustar¨ªa ver algo diferente.
P. ?De d¨®nde vendr¨¢ su electorado?
R. Todo indica que nuestro electorado provendr¨¢, a partes iguales, de ambos lados de la pol¨ªtica brit¨¢nica. Los que vengan del lado conservador son gente que vot¨® tory en 1974 y 1979, pero que est¨¢n completamente hastiados. Los votantes laboristas que nos han escrito son gente que en su mayor¨ªa han sido fieles al laborismo, y algunos nos dicen que no podr¨ªan ya votar por un partido que se ha ido tan a la izquierda.
P. ?Ustedes se niegan a identificarse como un partido de centro?
R. Es que no lo, somos. Si dij¨¦ramos lo contrario, la gente pensar¨ªa inmediatamente en su partido ideal y podr¨ªan llegar a creer que estamos, por ejemplo, a favor y en contra de unos impuestos m¨¢s elevados. Al decir que somos un partido socialdem¨®crata, la gente comprender¨¢ que estamos a favor de la igualdad, de unos impuestos relativamente altos sobre la renta y la riqueza y de la educaci¨®n estatal.
P. ?Solicitar¨¢n el ingreso en la Internacional Socialista?
R. Nosotros nos consideramos socialistas, luego esa es la organizaci¨®n apropiada para nosotros. Hay precedentes de dos partidos socialistas de un mismo pa¨ªs en la Internacional, como en el caso de Israel. El Partido Laborista es muy insular, y el que nosotros, el grupo socialista m¨¢s internacionalista del Reino Unido, fu¨¦ramos excluidos de la Internacional Socialista ser¨ªa algo muy injusto si demostramos tener el suficiente apoyo popular.
P. UD es la m¨¢s popular de los fundadores del CSD ?Le pone esto en una situaci¨®n especial de cara al liderazgo del nuevo partido?
R. No. Decidimos que tendr¨ªamos un liderazgo colectivo, al menos en el futuro inmediato, y adem¨¢s esta es una cuesti¨®n que tendr¨¢n que decir los miembros de nuestro partido.
Shirley Williams habl¨® tambi¨¦n de Espa?a, se?alando que ?el renacer de la democracia en nuestro pa¨ªs hab¨ªa sido uno de los mejores acontecimientos de los ¨²ltimos quince a?os?.
Como en Espa?a la transici¨®n fue sumamente ordenada, no como en Portugal, el problema es que ustedes heredaron intacta la estructura hist¨®rica del r¨¦gimen anterior, y en cierto modo han padecido del propio sosiego de esta transici¨®n. A falta de una revoluci¨®n, que permite desembarazarse de una serie de gente, como de la polic¨ªa secreta en Portugal, ustedes han tenido que hacer una serie de reformas continuas, bastante sustanciales, y la reconstrucci¨®n gradual de las estructuras establecidas del Estado, como la polic¨ªa, el Ej¨¦rcito y los funcionarios, es muy dif¨ªcil hacerla desde arriba hacia abajo. Pero si no se hace, siempre habr¨¢ una tensi¨®n inherente entre los que est¨¢n firmemente comprometidos con la democracia y los que no lo est¨¢n.
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