La entrada en vigor de la Constituci¨®n chilena no permite augurar ninguna liberalizaci¨®n del r¨¦gimen
El general Augusto Pinochet, que se convertir¨¢ hoy en el 26? presidente de Chile en virtud de una Constituci¨®n aprobada el pa sado 11 de septiembre, con el 65% de los sufragios emitidos, ya ha anticipado que durante su pr¨®ximo mandato presidencial de ocho a?os no habr¨¢ ninguna apertura pol¨ªtica, que los partidos seguir¨¢n proscritos y que se mantendr¨¢ el Estado de sitio vigente en el pa¨ªs desde el golpe militar que en 1973 derroc¨® a Salvador Allende.
El plebiscito que permite al general Pinochet, sucederse a s¨ª mismo en la jefatura del Estado, ahora bajo una aparente legitimidad constitucional, ha sido rechazado por todos los partidos pol¨ªticos chilenos, por la Iglesia y por la mayor¨ªa de los sectores sociales no comprometidos con el sistema. Este corresponsal pudo constatar sobre el terreno la veracidad de las denuncias: persecuci¨®n sistem¨¢tica de los opositores, campa?a propagand¨ªstica abrumadora por el s¨ª, falta de libertad de expresi¨®n, manipulaci¨®n del voto y ausencia absoluta de control sobre el escrutinio.El general golpista pretende, incluso en los aspectos lit¨²rgicos, dar una apariencia de normalidad a su toma de posesi¨®n. Para ello, ha acelerado los trabajos de reconstrucci¨®n del palacio de la Moneda, sede de los presidentes constitucionales, cuya estructura sufri¨® graves da?os por el bombardeo a¨¦reo a que fue sometido durante el golpe de Estado.
El socialdem¨®crata Partido Radical, miembro de la Internacional Socialista, ha manifestado que hoy ser¨¢ el d¨ªa m¨¢s negro de la historia chilena, ya que ?el general Augusto Pinochet profanar¨¢ la casa de los presidentes, regresando a ella como lo hacen todos los asesinos al lugar del crimen?.
Unos 5.000 soldados especialmente uniformados para la ocasi¨®n proteger¨¢n el desfile presidencial desde la catedral al palacio de la Moneda. Funcionarios, miembros de las organizaciones femeninas adictas al sistema y alumnos de las escuelas estaban siendo reclutados urgentemente d¨ªas atr¨¢s para dar al acto una cobertura civil.
Al margen de las declaraciones continuistas del propio Pinochet, muchos pol¨ªticos temen que la fachada legal adquirida por el r¨¦gimen va a propiciar un recrudecimiento de la represi¨®n, algo que ya ha sido constatado y condenado por la Comisi¨®n de Derechos Humanos de la ONU en una reciente reuni¨®n en la que el representante estadounidense fue el ¨²nico defensor de las autoridades chilenas.
El endurecimiento de la pol¨ªtica chilena resulta por lo dem¨¢s evidente a la luz de las ¨²ltimas detenciones registradas por decenas en todo el pa¨ªs, sin respetar ni una manifestaci¨®n apartidista que pretend¨ªa celebrar el D¨ªa Internacional de la Mujer. Dada la vigencia del estado de sitio, que promete ser renovado regularmente durante los pr¨®ximos ocho a?os, cualquier persona puede permanecer detenida durante veinte d¨ªas sin ser enviada al juez. La tortura sigue siendo, por lo dem¨¢s, una pr¨¢ctica policial denunciada todos los d¨ªas.
Ante este estado de cosas, partidos como el socialista o el comunista, que hace meses renunciaron impl¨ªcitamente a la violencia, en espera de una apertura pol¨ªtica nacida desde dentro del sistema, se pronuncian en sus ¨²ltimos comunicados a favor del derecho a la insurecci¨®n armada.
Como contrapartida, la ministra de Justicia, M¨®nica Madariaga, anuncia una nueva ley antiterrorista que restablece los tribunales militares y los procedimientos sumar¨ªsimos, equiparables a los de una situaci¨®n de guerra.
La Constituci¨®n que hoy entra en vigor oficialmente en Chile no cambia en nada, por otra parte, la situaci¨®n anterior, ya que las disposiciones finales establecen un per¨ªodo transitorio de ocho a?os, durante los cuales el poder ejecutivo y legislativo son ejercidos por el presidente, auxiliado por una Junta de Gobierno Militar que integran los comandantes en jefe del Ej¨¦rcito, la Armada, la Fuerza A¨¦rea y los carabineros.
Todo ello no le impide, sin embargo, declarar que no se siente un dictador, y que en Chile no hay ninguna dictadura.
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