Las bibliotecas p¨²blicas espa?olas son insuficientes y est¨¢n mal dotadas
S¨®lo nueve de cada 100 municipios rurales tiene centros de lectura.
El Ministerio de Cultura ha creado en lo que va de a?o diez nuevas bibliotecas p¨²blicas entre los municipios que contaban con ¨ªndices m¨¢s bajos de equipamientos bibliotecarios, pero, a pesar de estos esfuerzos, todav¨ªa no se han alcanzado las cotas m¨¢s elementales de dotaci¨®n de libros, ya que tan s¨®lo nueve de cada cien municipios rurales tienen biblioteca p¨²blica. Hace poco m¨¢s de un a?o, los directores de los Servicios Estatales de Lectura P¨²blica elaboraron un informe en el que afirmaban que ?si el Estado no se plantea la necesidad de un plan nacional de desarrollo bibliotecario coordinado y racional que posibilite el acceso de la lectura a todo ciudadano, esta sociedad ser¨¢ cada vez m¨¢s inculta, m¨¢s incivilizada y, por consiguiente, menos democr¨¢tica?.
?Hay que advertir?, dice el informe, ?que bastantes bibliotecas p¨²blicas municipales, por su precariedad funcional, son m¨¢s nominales que efectivas, por cuanto su n¨²mero real es todav¨ªa menor?. Instaladas en locales viejos e inadecuados, fr¨ªas, inc¨®modas, h¨²medas, mal surtidas y peor servidas, muchas no tienen de bibliotecas m¨¢s que el honroso nombre, y lo grave es que eso es lo ¨²nico que al parecer van a tener por mucho tiempo, porque en el Presupuesto del Estado para el a?o que corre se les asigna ?para construcci¨®n, instalaci¨®n, mobiliario y dotaci¨®n bibliogr¨¢fica" la cantidad de 324 millones de pesetas, y eso despu¨¦s de que los socialistas consiguieran introducir una enmienda aumentando la cantidad inicial en 102 millones. (S¨®lo en la ciudad de Par¨ªs, hace dos a?os, por el mismo concepto gastaron m¨¢s del doble.)Ser¨ªa pedir demasiado que el encargado de la biblioteca municipal espa?ola fuera un bibliotecario titulado, ya que de las 2.827 personas que trabajan en las bibliotecas p¨²blicas, m¨¢s de la mitad s¨®lo tienen estudios primarios, y del total no llegan a quinientos los que est¨¢n diplomados en biblioteconom¨ªa. Claro que no es culpa suya. ?El Cuerpo Facultativo de Bibliotecarios y Archiveros del Estado cuenta exactamente con 176 miembros en la rama de bibliotecas, m¨¢s otros veinte que podemos llamar mixtos, o sea, que pueden atender indistintainente bibliotecas o archivos?, explican en la Direcci¨®n General del Libro, del Ministerio de Cultura. O sea, que tal cuerpo no s¨®lo naci¨® disminuido, sino que no ha crecido proporcionalmente con el crecimiento de la poblaci¨®n, pues tiene casi el mismo n¨²mero de miembros que cuando se cre¨®, hace un siglo y veintid¨®s a?os.
Quienes tienen obligaci¨®n de saberlo ignoran, por ejemplo, que seg¨²n la Federaci¨®n Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios (IFLA), en Espa?a deber¨ªamos tener 12.000 empleados de bibliotecas, o sea, tres veces m¨¢s de los que tenemos. En un estudio sobre las bibliotecas p¨²blicas municipales publicado por el PSOE, dice su autora, Mari Cruz Sese?a, que ?la falta de personal bibliotecario es el problema m¨¢s acuciante?, y el informe de los directores de los Servicios Estatales de Lectura P¨²blica considera que ?realizar los servicios que se exigen a las bibliotecas p¨²blicas del Estado con el personal que cuentan es materialmente imposible?.
Por otra parte, si es verdad que hay pocos bibliotecarios, tambi¨¦n lo es que bibliotecas p¨²blicas hay poqu¨ªsimas, y que adem¨¢s est¨¢n mal dotadas. En Madrid capital, por ejemplo, sus cuatro millones de habitantes tienen que arregl¨¢rselas con diecis¨¦is bibliotecas p¨²blicas estatales.
El hecho de que la IFLA diga que a tal n¨²mero de habitantes corresponder¨ªan doscientas bibliotecas dice bastante. Seg¨²n el mismo organismo, el t¨¦rmino medio de libros en biblioteca que debe tener un pa¨ªs desarrollado es de dos vol¨²menes por habitante. Nuestras estad¨ªsticas nos responden desoladoramente que los espa?oles nos conformamos con unas pocas p¨¢ginas por cabeza, o sea, con 0,2 vol¨²menes.
Fondos insuficientes
?Es obvio que nos hallamos ante una estructura a todas luces insuficiente?, reconocen tristemente los autores del informe. ?En nuestro pa¨ªs, lamentable e incomprensiblemente, nos hallamos todav¨ªa a mucha distancia, casi dir¨ªamos que a a?os luz, del mundo civilizado?. Y dicen tambi¨¦n que ?el incremento actual de fondos es francamente rid¨ªculo?, as¨ª que, por lo que se ve, tampoco hay que hacerse ilusiones para un futuro pr¨®ximo.Este a?o, el Estado dedicar¨¢ a la adquisici¨®n de libros, revistas y todo tipo de material bibliogr¨¢fico de las bibliotecas p¨²blicas del Estado 117 millones de pesetas, y otros veintinueve millones y medio, aproximadamente, para Catalu?a, Extremadura, Canarias y Asturias, o lo que es lo mismo, algo as¨ª como cuarenta pesetas para libros por espa?ol, una cifra que est¨¢ efectivamente ?a a?os luz? de las 1.436 pesetas que destinan en Dinamarca para el mismo fin, y que resulta tambi¨¦n rid¨ªcula frente a las m¨¢s modestas trescientas pesetas por habitante que se gastar¨¢n en Francia con la misma intenci¨®n.
Y no es, como pod¨ªa pensarse, que a los espa?oles no nos guste leer. Para Mari Cruz Sese?a, bibliotecaria municipal en Madrid, lo que ocurre es ?que a los reg¨ªmenes pol¨ªticos de derechas nunca les ha interesado que el pueblo lea y desarrolle su esp¨ªritu cr¨ªtico?, y, para los directores de los Servicios Estatales de Lectura P¨²blica est¨¢ claro que ?el pueblo siempre responde. Cuando encuentra bibliotecas, su respuesta es usar esos servicios bibliotecarios, de los cuales, por lo general, es el mejor propagandista?.
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