Dificultad de aplicar en Espa?a un sistema objetivo para fijaci¨®n de precios agr¨ªcolas

Las diferencias estructurales que padece la agricultura espa?ola y su deficiente red contable impiden la adopci¨®n de un sistema objetivo para la fijaci¨®n de los precios agrarios similar al de la CEE, seg¨²n manifestaron ayer los responsables de la Confederaci¨®n de C¨¢maras Agrarias (Conca) con motivo de la presentaci¨®n de su informe t¨¦cnico ?Algunas consideraciones socioecon¨®micas antes la fijaci¨®n de precios agrarios para la campa?a 1981/1982?.

El presidente de la Conca, Jos¨¦ Mar¨ªa Giralt, critic¨® el cambio de m¨¦todos seguidos para esta negociaci¨®n durante los tres ¨²ltimos a?os, porque, en su opini¨®n, una falta de continuidad en los mismos impide conocer sus deficiencias o la posibilidad de una p¨¦rdida real de renta por parte de los agricultores.Refiri¨¦ndose a las actuales negociaciones de precios agrarios, Giralt asegur¨® que ser¨¢ imposible comenzarlas seriamente en tanto el Ministerio de Agricultura no facilite los datos macroecon¨®micos del sector relativos al pasado a?o, puesto que es la ¨²nica manera de poder estudiar una subida global. Y consider¨® que las negociaciones sobre la remolacha y el algod¨®n, realizadas en d¨ªas pasados, son una improvisaci¨®n necesaria para subsanar el desfase existente.

Se trata de un informe t¨¦cnico encargado por la Conca a Ignacio Gonz¨¢lez Haba, quien explic¨® que el incremento global de un 15 %aproximado en la tabla de productos sometidos a regulaci¨®n de campa?a incidir¨ªa apenas 1,5 puntos en el ¨ªndice de precios al consumo, en contra de lo que quieren hacer ver algunos medios de la propia Administraci¨®n. Resalt¨® al respecto que en Espa?a los productos alimenticios ponderan un 42% en el IPC, frente al 21% de los pa¨ªses de la CEE, porque en nuestro pa¨ªs se confunde a veces producto agr¨ªcola y producto alimenticio terminado (derivado de aqu¨¦llos).

Seg¨²n el informe, los pron¨®sticos para 1981 son realmente pesimistas, comparados con los de 1980 (considerado un a?o excepcional). Se prev¨¦ una ca¨ªda de la producci¨®n final agraria entre un 6,5% y un 10%. Se registra un incremento real de la producci¨®n, pero un descenso monetario de la misma (que ha distanciado la renta de los agricultores de las del resto de los sectores), as¨ª como un descenso permanente de poblaci¨®n ocupada en el sector agrario.