Salvador Dal¨ª ha firmado documentos y papeles en blanco que permiten la reproducci¨®n sin control de su obra
Todos los coleccionistas, museos y editores que son propietarios de obras de Salvador Dal¨ª -o titulares de los derechos de reproducci¨®n de las mismas- est¨¢n recibiendo una carta del pintor solicit¨¢ndoles que aclaren formalmente sus relaciones con el mismo con el fin de esclarecer el enorme montaje comercial creado alrededor de su obra. Una de las piezas clave de este montaje es el hasta hace poco secretario de Dal¨ª, Enrique Sabater, quien en s¨®lo cinco a?os pas¨® de ch¨®fer y fot¨®grafo de un diario del Movimiento a multimillonario de proyecci¨®n internacional. Dal¨ª -que tiene serias dificultades para escribir e incluso firmar- ha hecho confeccionar un tamp¨®n con su huella dactilar para poder poner en el mercado nuevas litograf¨ªas. Paralelamente, se ha conocido la existencia de hojas firmadas en blanco por Dal¨ª y que polic¨ªas de diversos pa¨ªses investigan varios casos de falsificaci¨®n de su obra.
Paralelamente al distanciamiento entre Enrique Sabater y Salvador Dal¨ª, este ¨²ltimo se adhiri¨® a la Societ¨¦ de la Propiet¨¦ Artistique des Dessins et Model¨¦s (Spadem), como medio para conocer cu¨¢l era la situaci¨®n de su obra, dispersa por todo el mundo. Dal¨ª ignoraba los medios seguidos en los ¨²ltimos anos para comercializar y explotar su obra.Dal¨ª todav¨ªa ignora cu¨¢ntos contratos puede haber firmado, as¨ª como su contenido, ya que carece de toda copia de los mismos. Por otro lado, durante a?os, Dal¨ª ha utilizado m¨¦todos muy poco ortodoxos, con relaci¨®n a su trabajo y posterior comercializaci¨®n. En concreto, Dal¨ª, en diversas ocasiones, ha firmado papel litogr¨¢fico en blanco, pese al riesgo de falsificaci¨®n de su obra que ello comporta. Este diario obtuvo un documento ins¨®lito. Se trata de un acta oficial de un huisier de Justice de Par¨ªs (titular en Francia de la fe p¨²blica extrajudicial, como lo es el notario en Espa?a), de fecha 3 de mayo de 1973, por la cual se daba fe de la firma por Salvador Dal¨ª de 4.000 hojas blancas y en blanco, de papel para editar litograf¨ªas. El peso total de estas hojas era de 346 kilos, seg¨²n el mencionado documento.
Diversas fuentes art¨ªsticas, muy pr¨®ximas a Dal¨ª, indicaron que no es dif¨ªcil hallar papel en blanco, para tiraje litogr¨¢fico, firmado por Dal¨ª. Una de estas fuentes facilit¨® a este diario uno de estos papeles en blanco firmado por Dal¨ª y se ofreci¨® para la obtenci¨®n de m¨¢s papeles en blanco y firmados por Dal¨ª para ser reproducidos en este diario. Una fuente indic¨® que Dal¨ª era capaz de firmar estos papeles para litograf¨ªas a raz¨®n de mil por hora. Pero otra fuente, muy pr¨®xima a Dal¨ª, rectific¨® esta informaci¨®n, en base a su experiencia directa y personal.
1.800 firmas por hora
?He visto c¨®mo Dal¨ª?, dijo la fuente, ?llegaba a firmar 1.800 hojas de papel litogr¨¢fico por hora, lo cual representa una firma cada dos segundos. Se llevaba a cabo en una gran mesa, con la ayuda de tres personas, dedicadas a ponerle el papel delante y sac¨¢rselo, a toda velocidad?.
En 1974, los servicios aduaneros franceses hallaron en el interior de una furgoneta que entraba en Francia, por la frontera andorrana, 40.000 hojas de papel litogr¨¢fico en blanco, firmadas por Salvador Dal¨ª. Estas hojas eran propiedad o eran llevadas por el s¨²bdito franc¨¦s Jean Lavigne (propietario de una editorial de arte de Par¨ªs, hoy instalado en Palm Beach), quien argument¨® a los aduaneros que efectivamente eran hojas de tiraje litogr¨¢fico firmadas por Dal¨ª y que su transporte no constitu¨ªa ning¨²n delito.
Los aduaneros franceses no tuvieron m¨¢s remedio que reconocer que, efectivamente, tan ins¨®lito transporte era legal y dejaron pasar, la furgoneta con las 40.000 hojas firmadas por Dal¨ª y aptas para tirar en las mismas otras tantas litograf¨ªas. Un inspector de aduanas franc¨¦s confirm¨® estos inefables hechos. Otra muy directa indic¨® que un antiguo secretario de Dal¨ª, el capit¨¢n Moore, sorprendi¨® una noche al pintor firmando hojas en blanco en cantidades enormes. Al obrar a escondidas de su secretario, Dal¨ª no deb¨ªa pagarle a ¨¦ste ninguna comisi¨®n, como, de otro lado, era habitual.
Pero esta capacidad de firma de Dal¨ª ha desaparecido, pese a que en los ¨²ltimos d¨ªas la salud del pintor haya mejorado hasta el punto de que va a convocar una conferencia de Prensa dentro de los pr¨®ximos d¨ªas.
Durante largos a?os toda su ingente producci¨®n de obra gr¨¢fica iba a parar a una red comercial que Dal¨ª desconoc¨ªa. No era precisamente ¨¦l quien se enriquec¨ªa. Con la enfermedad, el pasado verano, lleg¨® el drama consistente en que Dal¨ª ni tan siquiera pod¨ªa firmar, y frecuentemente no puede a¨²n. Para poder suscribir su contrato con la sociedad Spadem -hace escasas semanas- tuvo que hacer pruebas con otros papeles. Cuando cogi¨® carrerilla, firm¨®.
Seg¨²n inform¨® un colaborador directo de Dal¨ª, hace escasas semanas el m¨¦dico del hotel donde se aloja, doctor Roucaute, quiso hacer una prueba a Dal¨ª para ver si pod¨ªa escribir. Con mucha dificultad, el pintor consigui¨® escribir lo siguiente: ?Hotel Meurice, Par¨ªs?. No obstante, desde entonces su estado de salud ha mejorado algo.
Idea ins¨®lita
Por ello, Dal¨ª y sus actuales colaboradores en operaciones mercantiles tuvieron una idea a¨²n m¨¢s ins¨®lita que la de firmar papel en blanco. Consisti¨® en la confecci¨®n de un tamp¨®n reproduciendo la huella dactilar de Dal¨ª. As¨ª, el pasado 19 de octubre, Dal¨ª firm¨® en Port Lligat un documento en el que aparec¨ªa su huella dactilar con el fin de que fuese ?reproducida por un tamp¨®n?. Pocas semanas despu¨¦s, el 6 de diciembre, Salvador Dal¨ª suscrib¨ªa con el mayor distribuidor de obra gr¨¢fica de Par¨ªs, Gilbert Hamon, un contrato para la edici¨®n de dos litograf¨ªas. Dal¨ª percibi¨® por ello 100.000 d¨®lares (cuatro millones y medio de pesetas). En el contrato se especificaba que ?para editar estas estampas, en sustituci¨®n eventual de su firma, el maestro Salvador Dal¨ª aplicar¨¢ la huella de su pulgar. Se acuerda que este procedimiento de la huella digital, que equivaldr¨¢ a su firma, ser¨¢ propiedad exclusiva del se?or Gilbert Hamon, como tal, y no podr¨¢ en ning¨²n caso ser utilizado por nadie m¨¢s?.
Desde el pasado oto?o, Dal¨ª suscribi¨® numerosos contratos m¨¢s con Gilbert Hamon. En uno, Gala firma en nombre de Dal¨ª. En total, Dal¨ª ha percibido por los contratos de estos ¨²ltimos meses m¨¢s de 1.500.000 d¨®lares (con la posibilidad de que la cifra sea bastante superior, por cuanto algunos contratos pueden no ser conocidos por este diario). S¨®lo con Hamon, Dal¨ª acuerda veinte reproducciones litogr¨¢ficas. De Hamon cobr¨® m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares en s¨®lo escasas semanas. Adem¨¢s, probablemente libre de impuestos, ya que Dal¨ª contin¨²a residiendo legalmente en M¨®naco.
De este modo tan peculiar, Salvador Dal¨ª -actualmente ayudado por Robert Descharnes y Jean-Claude Dubarry, llamado tambi¨¦n Jean-Claude Verit¨¦- recompone su situaci¨®n econ¨®mica. Antes la peculiaridad era Sabater, hoy multimillonario y en v¨ªas de claro distanciamiento de Dal¨ª. Todas estas ins¨®litas situaciones tienen como origen una vieja forma de actuar de Dal¨ª en el terreno comercial.
Hombres de confianza
Al rev¨¦s de lo sucedido con todos los grandes pintores modernos, Salvador Dal¨ª jam¨¢s comercializ¨® su obra a trav¨¦s de un gran marchante. En su lugar prefiri¨® utilizar hombres de confianza que, sin ning¨²n criterio riguroso, tom¨® sucesivamente como secretarios. Estas personas, en principio, cobraban un 20% de todas las operaciones de venta que organizaban respecto a su obra gr¨¢fica (grabados, litograf¨ªas, dibujos, aguafuertes, m¨²ltiples, vajillas o corbatas e infinidad de obras muy menores y en general muy malas). Un 10% le era pagado por el pintor y el otro 10% por el comprador.
En los a?os sesenta, y hasta 1975, Dal¨ª tuvo como secretario al capit¨¢n brit¨¢nico John Peter Moore. Este se dedic¨® intensamente a la venta de obra gr¨¢fica, potenci¨¢ndola a nivel mundial.
En 1975, Moore fue sustituido por Enrique Sabater, quien se acerc¨® a Dal¨ª en condici¨®n de colaborador gr¨¢fico del diario del movimiento de Gerona Los Sitios. Desde entonces todo el montaje mercantil de Dal¨ª tom¨® nuevos rumbos. De carecer de medios econ¨®micos importantes -sino m¨¢s bien todo lo contrario-, Sabater se convirti¨® en multimillonario. Su actual fortuna estimada, puede perfectamente superar los mil millones de pesetas. Enrique Sabater es legalmente residente en Montecarlo, lo que no es obst¨¢culo para poseer dos mansiones en la Costa Brava, permiso de arma corta tambi¨¦n en Espa?a y ser titular, desde el pasado verano, del carn¨¦ de colaborador de una agencia de detectives de Barcelona.
Desde siempre, Salvador Dal¨ª utiliz¨® en el terreno mercantil una forma de obrar que conjugaba perfectamente con su m¨¦todo paranoico -cr¨ªtico. Por un lado, aceptaba propuestas inveros¨ªmiles que, desde luego, contrastan con su rigor pict¨®rico a la hora de elaborar
Salvador Dal¨ª ha firmado documento y papeles en blanco que permiten la reproducci¨®n sin control de su obra
sus grandes obras. Llev¨® a cabo proyectos ins¨®litos de dise?o de aut¨¦nticas obras menores, impresentables art¨ªsticamente. Firm¨® todo g¨¦nero de contratos, que acto seguido romp¨ªa, al parecer para poder evitar complicaciones fiscales. Cobraba al contado siempre que era posible.?Viv¨ª varios meses con Salvador Dal¨ª en el hotel Saint Regis, de Nueva York?, manifest¨® a este diario un marchante chileno, ?y qued¨¦ deslumbrado ante el gran n¨²mero de personas que diariamente acud¨ªan a ver a Dal¨ª para proponerle los proyectos m¨¢s ins¨®litos. Creo que Dal¨ª pod¨ªa ganar entonces unos doscientos o trescientos millones de d¨®lares al a?o?.
Apartado de gran importancia -en relaci¨®n a las hoy delicadas relaciones con Sabater- es el de la comercializaci¨®n de obras de joyer¨ªa y peque?as esculturas basadas en dise?os de Dal¨ª. El primer contrato importante en este terreno lo suscribi¨® Dal¨ª en Cadaqu¨¦s el 28 de noviembre de 1973, con Isidro Clot Fuentes, originario de Tarrasa (Barcelona) y actualmente residente en Madrid. Isidro Clot posee las sociedades Bruagut, SA, y Exmundart, SA, ambas radicadas en Serrano, 27. Aquel contrato fue seguido por varios otros. El pen¨²ltimo conocido fue suscrito en Nueva York, el 24 de octubre de 1975, y el ¨²ltimo en Barcelona, el 22 de junio de 1977.
Los contratos obligan a Dal¨ª a conceder a Clot ?la propiedad ¨²nica en exclusiva mundial de las joyas con piedras preciosas realizadas y dise?adas por Salvador Dal¨ª para su posterior reproducci¨®n y para ser usadas como esculturas, colgantes, brazaletes y dem¨¢s, as¨ª como toda clase de objetos realizados en platino, oro, plata, bronce y cualesquiera otros metales o materiales simples o aleados?. Por si ello no fuera bastante claro, un contrato establec¨ªa, respecto a Dal¨ª, que ?dado el car¨¢cter de exclusividad ¨²nica y mundial conferida a Isidro Clot Fuentes, aqu¨¦l no podr¨ªa realizar ning¨²n tipo de obra de caracter¨ªsticas iguales o semejantes a las que constituyan exclusividad de Isidro Clot.
Los precios
El precio a pagar por cada modelo de figura dise?ada o realizada -por Salvador Dal¨ª fue establecido, al parecer, en s¨®lo dos millones de pesetas. Se cree que los tirajes de muchos de estos modelos fueron de 5.000, como m¨ªnimo, por pa¨ªs, con lo cual el beneficio para Clot fue extraordinario, inmenso.
El primer contrato -28 de noviembre de 1973- hac¨ªa referencia s¨®lo a modelos de figuras. Establec¨ªa que su duraci¨®n ser¨ªa de cinco a?os, prorrogados autom¨¢ticamente si no era denunciado. El pasado 21 de diciembre Dal¨ª escribi¨® a Clot para solicitar la rescisi¨®n de este contrato. Esta decisi¨®n preocup¨® enormemente a Sabater.
Partiendo del pago de s¨®lo dos millones a Dal¨ª, del alto precio de venta de las figuras (una peque?a costaba en una joyer¨ªa de Barcelona 150.000 pesetas) y considerando posibles tiradas de 5.000 por pa¨ªs, el beneficio para los comercializadores resultaba totalmente incomparable con el peque?o beneficio del artista.
Se dio, adem¨¢s, el caso de que las primeras peque?as esculturas elaboradas sobre el dise?o o modelo de Dal¨ª eran de oro, cuando en aquel entonces (1973-1974) la posesi¨®n de este metal no era permitida a los particulares, en Espa?a. Al entonces franquista confeso Salvador Dal¨ª se le permit¨ªa la excentricidad de efectuar esculturas en oro, material cuya escasa dureza le convierte en poco apto para tal fin. Los deseosos de poseer oro pod¨ªan usar el camino o argumento de amar el arte, cuando de hecho la posesi¨®n de oro pod¨ªa ser un elemento de orden mayor.
El nombre de Sabater no aparece en las sociedades de Clot, ni en los contratos, pero las relaciones entre ambas personas son excelentes. Clot estuvo en diversas ocasiones, en fecha reciente, en casa de Sabater. Este ofreci¨®, hace escasas semanas, regalar un coche a la esposa del representante de Clot en Barcelona.
Anular contratos
Una fuente jur¨ªdica, relacionada con el caso, manifest¨® que consideraba perfectamente posible el solicitar ante un tribunal la anulaci¨®n de los contratos de Dal¨ª con Isidro Clot y sus sociedades. En cualquier caso, la Prensa contin¨²a anunciando la venta de joyas y esculturas de Dal¨ª, mientras fuentes pr¨®ximas al pintor indican que Clot s¨®lo ha comercializado catorce de las ya dise?adas o creadas por Dal¨ª que ha logrado mediante los referidos contratos. Por ello, la obra menor -muy menor- de Dal¨ª puede continuar siendo comercializada mucho despu¨¦s de su muerte, sin que el artista deba dar su aprobaci¨®n a la realizaci¨®n de sus obras, el llamado bon a tirer.
Sabater, gracias a su relaci¨®n con Dal¨ª, posee muy variados negocios en numerosas partes del mundo. Su principal colaborador en Suiza ser¨ªa Armand Baatard, residente en Ginebra. Una fuente norteamericana se refiri¨® a inversiones a trav¨¦s de una sociedad creada en Panam¨¢ de la que, seg¨²n el registro mercantil paname?o, es presidente Armand Baatar. El nombre de dicha sociedad es Exave, y su finalidad social, seg¨²n sus estatutos, es nada menos que ?inversiones de todas clases en todo el mundo?.
Al margen de toda esta compleja -pero legal- trama comercial, se han dado en los ¨²ltimos meses, e incluso semanas, diversas acciones judiciales y policiales respecto a obras falsas de Dal¨ª. Los hechos m¨¢s graves tuvieron lugar en Italia. El d¨ªa 3 de diciembre del pasado a?o fueron descubiertas, por los carabineros de Roma, dos ediciones enteras de 120 litograf¨ªas de dos modelos de la serie Los hippies, de Salvador Dal¨ª.
La polic¨ªa italiana intervino paquetes enteros de litograf¨ªas de Dal¨ª y tambi¨¦n de Joan Mir¨®. Seg¨²n el editor que present¨® la denuncia, para la polic¨ªa italiana los presuntos implicados eran Pierre Marquand, de 41 a?os, de nacionalidad francesa; Carlo Antonio Badino, Jean Paul Olivieri y Claudio Cucchio. En el marco de la investigaci¨®n, que a¨²n est¨¢ llevando a cabo la justicia italiana, la pasada semana estuvieron en Barcelona dos oficiales de la brigada especializada en temas de arte, dependiente del Ministerio de Cultura. Uno de los oficiales, el capit¨¢n Benedetti, rehus¨® informar a este diario, argumentando falta de tiempo.
El pasado mes de septiembre este diario inform¨® de una denuncia presentada en un juzgado barcelon¨¦s por presunta tirada doble de la autorizada de la escultura en oro de la serie Gala Gradiva, as¨ª como otra presunta irregularidad de este orden respecto a la estatuilla en oro titulada San Narciso de las Moscas, ambas de Salvador Dal¨ª.
Falsificaciones
Respecto a las falsificaciones halladas en Italia, un experto que fue consultado al efecto por la polic¨ªa judicial italiana inform¨® a este diario que ?se trataba del uso de litograf¨ªas aut¨¦nticas mediante las cuales, por procedimiento de fotoimpresi¨®n, se lleva a cabo una nueva tirada. La obra no indica que se trate de una litograf¨ªa original, pero esto es algo que se suele insinuar o afirmar de forma ambigua cuando se ofrece al comprador. S¨®lo un experto puede notar la diferencia. De hecho, hay que admitir que el procedimiento fotogr¨¢fico es rnejor que el litogr¨¢fico?.
Finalmente, el pasado 26 de febrero fueron detenidos en Quebec (Canad¨¢) dos ciudadanos franceses como presuntos autores de un delito de tr¨¢fico de falsos grabados de Dal¨ª en Montreal.
Estos hechos tan complejos podr¨ªan reducir el mercado de obras menores de Dal¨ª a proporciones inferiores. Pero no est¨¢ claro que sea as¨ª. En todo caso, cualquiera podr¨¢ obrar ahora con mayor conocimiento de causa. Tanto ahora como en especial despu¨¦s de su muerte, los problemas de autenticidad de la obra gr¨¢fica de Dal¨ª pueden resultar indescriptibles. Ello ser¨¢ m¨¢s complicado cuando se lleven a cabo algunos proyectos en ciernes como son la realizaci¨®n de litograf¨ªas -identificadas por una huella dactilar reproducida mediante tamp¨®n- tiradas a partir del simple hecho de que Dal¨ª haya facilitado una ?diapositiva en color? de una obra suya, por decirlo todo ello en t¨¦rminos de un reciente y vigente contrato.
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