Pobre Calder¨®n
El viejo sue?o del teatro total est¨¢ en el origen de esta versi¨®n de Calder¨®n de la Barca preparada por Santiago Paredes, un decorado vivo, una est¨¦tica audaz, una alteraci¨®n de m¨²sica y verso. Vivimos unos tiempos de penuria en los que la teor¨ªa crece y crece, la ideaci¨®n asciende; la pr¨¢ctica disminuye y la echa por tierra. Es la aventura de este Gran teatro del mundo.A la hora de ver y escuchar nos encontramos que falla lo esencial y lo accesorios. Nadie sabe decir los versos de Calder¨®n: ese concierto se pierde, generalmente por las faltas de dicci¨®n, por la incomunicaci¨®n entre actor y actor, por la falta de ritmo interno y externo, por la incapacidad global de darles su valor narrativo y musical.
El gran teatro del mando,
de Pedro Calder¨®n de la Barca.Int¨¦rpretes: Antonio Blancas, Emma Cohen, Angeles Chamorro, Carlos Kaniowsk Joan Llaneras, Miguel Nievo, Ramiro Oliveros, Hugo Oliveros, Mipuel Angel Rell¨¢n, grupo Corps. Figurines: Pilar Salso. Espacio esc¨¦nico: Santiago Rivera. Dramaturgia y direcci¨®n: Santiago Paredes. Centro Cultural de la Villa de Madrid
La partitura de Miguel Roa -resonancias de Falla- no conctierda entre la altisonancia de lo grabado y el apagado eco de un piano tocado dentro. Los figurines resultan remedo de comic: sin m¨¢s imaginaci¨®n, a veces con detalles rid¨ªculos -el tri¨¢ngulo de ne¨®n en la. cabeza del Autor-; el movimiento del decorado vivo -un grupo de expresi¨®n corporal enfundado en largas mangas: como blancos calcetines en acci¨®n- es pobre y, al mismo tiempo, entorpece la acci¨®n de los actores.
Subvencionado todo ello por la Direcci¨®n General de Teatro y M¨²sica, ayudado por el Ayuntamiento de Madrid, nos encontranios otra vez con este problema: no hay un discernimiento, un examen serio de los proyectos y de sus resultados.
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