Los diputados debaten la regulaci¨®n del divorcio en plena batalla laico-confesional.
La aparici¨®n de varios documentos de procedencia eclesial, con an¨¢lisis minuciosos del articulado del proyecto que coinciden puntualmente con las variaciones contenidas en documentos de parlamentarios centristas como Oscar Alzaga y Manuel Villar Arregui, y las diferencias entre los sectores confesional y laico de UCD, dejan en suspenso la actitud que tomar¨¢ el grupo parlamentario del partido y si se llegar¨¢ o no a dejar libertad de voto, reclamada por un sector del partido.La historia del proyecto de ley de Divorcio, que se remonta a una peque?a comisi¨®n compuesta por el diputado del sector cr¨ªtico Jos¨¦ Antonio Escart¨ªn y el secretario general t¨¦cnico del Ministerio de Justicia, Enrique Linde, a la que, en ocasiones, acud¨ªan tambi¨¦n los diputados socialdem¨®cratas Javier Moscoso y Mar¨ªa Dolores Pelayo, var¨ªa sensiblemente tras el documento de la Conferencia Episcopal del pasado 3 de febrero. Si bien es cierto que desde el primer documento episcopal de noviembre de 1979 los obispos no hab¨ªan dejado de emitir comunicados contra el divorcio y de consultar a algunos c¨ªrculos parlamentarios, el texto episcopal de febrero de este a?o atacaba ya duramente aspectos concretos del proyecto, hasta el punto de que el actual presidente de la Conferencia Episcopal, Gabino D¨ªaz Merch¨¢n, vot¨® en contra de su aparici¨®n y calific¨® ¨¦sta de inoportuna. Este documento, inspirado por el jurista Jos¨¦ Mar¨ªa D¨ªaz Moreno, que asesora a la D¨ªaz Moreno, que asesora a la Conferencia Episcopal, fue conocido por el Ministerio de Justicia antes de su publicaci¨®n, en v¨ªsperas del congreso de UCD de Palma de Mallorca, mediante una gesti¨®n del director general de Asuntos Religiosos, Luis Apostua, quien, al ser advertido sobre la gravedad del texto eclesi¨¢stico, intent¨® pararlo.
El informe de D¨ªaz Moreno lleva fecha de 9 de enero de este a?o -aunque los primeros consejos episcopales sobre el proyecto Ord¨®?ez se producen previamente, con anterioridad a la discusi¨®n por la ponencia del art¨ªculo 80, que habla de la eficacia civil de las nulidades eclesi¨¢sticas- y coincide, no s¨®lo en los contenidos, sino en muchos an¨¢lisis, art¨ªculo por art¨ªculo, con otro informe de similares procedencias y paralelos destinos, Iglesia-parlamentarios cristianos (publicado el viernes por EL PA?S) y con las modificaciones propuestas al proyecto de divorcio por Oscar Alzaga y Villar Arregui. Curiosamente, el informe de D¨ªaz Moreno termina diciendo: ?Como exigencias m¨ªnimas se?alar¨ªa estas tres: 1, volver el texto al proyecto del Ministerio (Cavero); 2, dotar a los jueces de mayor poder discrecional; 3, supresi¨®n de los art¨ªculos 82.5 y 86 bis ?.
Del art¨ªculo 82.5 (presunci¨®n de separaci¨®n consentida mutuamente si en seis meses no se ha iniciado acci¨®n judicial), los obispos deducir¨ªan luego la, consagraci¨®n del repudio. El art¨ªculo 86 bis hace compatible el c¨®mputo de plazos de cese efectivo de la convivencia conyugal con el mantenimiento de la vida en el mismo domicilio por necesidad, intento de reconciliaci¨®n o inter¨¦s de los hijos, y en la ¨²ltima reuni¨®n del grupo parlamentario de UCD alguien coment¨® que hab¨ªa sido ?redactado por Alfonso Guerra para arreglar su situaci¨®n personal?.
Elliot y el "Eclesiast¨¦s"
La lealtad debida a la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica fue, de hecho, esgrimida por el ministro de Educaci¨®n, Jos¨¦ Manuel Otero, en la reuni¨®n del Grupo Parlamentario Centrista del pasado mi¨¦rcoles. En esa misma sesi¨®n, Jos¨¦ Luis Meil¨¢n, diputado cr¨ªtico y miembro del Opus Dei, dijo que como ?se me acusa de confesional, y como al ministro le gusta la poes¨ªa, voy a hacer una cita laica, de Elliot: "Hay un tiempo para la palabra y un tiempo para el silencio"?. Fern¨¢ndez Ord¨®?ez le respondi¨®: ?Esa frase no es de Elliot, sino del Eclesiast¨¦s?.
Las variaciones radicales de los democristianos en torno al proyecto de divorcio pueden significarse con la postura de Oscar Alzaga, quien en diciembre pasado, al ser aprobado el texto en comisi¨®n, explicaba a EL PA?S que su grupo no plantear¨ªa problemas al mismo ?porque no hay que olvidar que este proyecto se elabor¨® en la ¨¦poca de Landelino Lavilla, entr¨® en el Congreso firmado por I?igo Cavero y sus modificaciones sustanciales han sido redactadas por Escart¨ªn?. Casi dos meses despu¨¦s, durante el congreso centrista de Mallorca, publicado ya el documento episcopal, Alzaga dijo que la frase la hab¨ªa pronunciado medio en broma, y la puntualiz¨® diciendo que ?el proyecto de ley se ha deformado fundamentalmente ? con las introducciones ?de un mecanismo de divorcio por mero disenso?, f¨®rmula a la que ?varios diputados de UCD negamos nuestro apoyo ?.
Junto a los dos documentos colectivos de los obispos se han ido produciendo innumerables cartas pastorales y declaraciones eclesi¨¢sticas. La m¨¢s sonora fue la del primado de Toledo, Marcelo Gonz¨¢lez Mart¨ªn, de septiembre de 1980. La salvaguardia de los valores cristianos supuestamente atacados por el divorcio ocup¨® tambi¨¦n al mundo de las finanzas, como demuestra, por ejemplo, una carta del vicepresidente del Banco de Vizcaya, Enrique de Sendagorta, a un directivo del C¨ªrculo de Empresarios en febrero de este a?o. Sendagorta le manda ?la instrucci¨®n pastoral del cardenal arzobispo de Toledo sobre el divorcio, que contiene en sus anexos algunos textos del reciente magisterio de la Iglesia? y otras publicaciones similares, y termina diciendo: ?Creo que todo ello te interesar¨¢ y reforzar¨¢ tu punto de vista y el de tus amigos en un asunto de tan gran importancia?.
Mientras, los socialdem¨®cratas se sorprenden de que ?despu¨¦s de que el proyecto se haya aprobado en una Comisi¨®n de Justicia dominada por los democristianos, despu¨¦s de haber acordado el texto con ellos y visto que UCD no es un partido confesional, seg¨²n reciente opini¨®n del presidente y de sus allegados, y como lo demuestran los 44 votos del grupo parlamentario del mi¨¦rcoles a favor de la postura de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez?, los cristianos quieran ?dar la vuelta al proyecto de ley ? . La afirmaci¨®n socialdem¨®crata de que ?antes del documento de los obispos no hab¨ªa m¨¢s diferencias que el art¨ªculo 82.5 y el procedimiento? fue ratificada la semana pasada por Jos¨¦ Antonio Escart¨ªn, colaborador, desde un principio, en la elaboraci¨®n del texto y mantenedor de la postura cr¨ªtica, y por el tambi¨¦n diputado centrista Joaqu¨ªn Satr¨²stegui.
Satr¨²tegui dijo ayer a EL PA?S que la consideraci¨®n de libre consentimiento en la separaci¨®n si un c¨®nyuge no ha ejercitado acciones legales en seis meses ?fue un a?adido en lo que se llama ley Ord¨®?ez. Al ir a votarse en comisi¨®n me dijeron que me ausentara y, como me ten¨ªa. que ir igual, me march¨¦. Al d¨ªa siguiente vi en los peri¨®dicos que el a?adido no hab¨ªa sido bien pensado?. El diputado centrista a?adi¨®: ?Si Alzaga no se opuso a ese a?adido fue porque se crey¨® que no tenla importancia, como Alvarez de Miranda y otros?.
Al indicarle que los sectores cristianos de UCD no hablan puesto m¨¢s que dos pegas al proyecto, mientras que ahora pretend¨ªan retocar varios art¨ªculos, aprobados por los propios representantes democristianos, Satr¨²stegui explic¨® que ?Ia teor¨ªa de legislar implica que uno puede meter la pata en la ponencia, corregirla en la comisi¨®n, volver a meter la pata en la comisi¨®n y arreglarlo en el Pleno?, pero sin que ello tenga que estar vinculado a presiones eclesi¨¢sticas. Tambi¨¦n explic¨® que las declaraciones del ministro de Justicia al t¨¦rmino de los debates de la comisi¨®n, ?inteligentes, pero poco matizadas?, pusieron nervioso a un sector del partido centrista, que tuvo la sensaci¨®n de que se introduc¨ªa ?un divorcio por mutuo acuerdo, por lo que se pens¨® que hay que meter unas frases aclaratorias. Y entonces se dice: ?Por qu¨¦ no volver al texto anterior, al de Cavero? Se aprovecha la ocasi¨®n para dejar m¨¢s perfilado lo que antes hab¨ªa quedado menos perfilado?.
Un ejemplo de las diferencias de interpretaci¨®n a las que conduce la introducci¨®n en el texto de algunas de esas ?frases aclaratorias? a las que alude Satr¨²stegui es el art¨ªculo 81.1, que recoge la posibilidad de separaci¨®n por mutuo acuerdo de los c¨®nyuges. Los democristianos
Los diputados debaten la regulaci¨®n del divorcio en plena batalla laico-confesional
quieren a?adirle una frase que figuraba en el proyecto Cavero, que admite la separaci¨®n ?siempre que exista quiebra profunda y dif¨ªcilmente superable de la convivencia conyugal?, expresi¨®n que Jos¨¦ Antonio Escart¨ªn admiti¨® que se quitara en ponencia y que no hab¨ªa vuelto a salir a colaci¨®n.Evitar la separaci¨®n por mutuo acuerdo
Seg¨²n fuentes jur¨ªdicas consultadas por este peri¨®dico, el a?adido de esa frase, conectado con las modificaciones que el sector confesional de UCD pretende hace en el procedimiento (abrir un per¨ªodo de prueba para probar la causa de la separaci¨®n o el divorcio y demostrar, adem¨¢s, la ?quiebra profunda y dif¨ªcilmente superable de la convivencia conyugal?, con lo que se deja en manos del juez y el fiscal opinar sobre un concepto que jur¨ªdicamente es difuso) supondr¨ªa la desaparici¨®n de la separaci¨®n por mutuo acuerdo del proyecto. Esta modificaci¨®n es, para los socialdem¨®cratas, ?absolutamente inaceptable?. ?Y si Escart¨ªn est¨¢ de acuerdo en que la quiebra de la convivencia equivale al cese efectivo de la misma?, a?adieron portavoces del citado sector, ?esta modificaci¨®n tocar¨ªa directamente los art¨ªculos referentes al divorcio?.
A este respecto, Joaqu¨ªn Satr¨²stegui se pregunt¨® por qu¨¦ no podr¨ªa a?adirse la ?quiebra profunda y dif¨ªcilmente superable de la convivencia conyugal?, si eso, dijo, ?no significa nada?. Al indicarle que fuentes jur¨ªdicas opinaban lo contrario, que esa frase conduc¨ªa a eliminar la separaci¨®n por mutuo acuerdo, el diputado citado reconoci¨®: ?Es que es precisamente lo que se quiere evitar?.
Otro de los art¨ªculos en los que los socialdem¨®cratas dicen ?no cederemos un milimetro? es el art¨ªculo 86 bis (compatibilidad del cese efectivo de la vida conyugal con el mantenimiento de la vida en el mismo domicilio por determinadas causas). Seg¨²n Jos¨¦ Antonio Escart¨ªn, habr¨ªa que a?adir que ese mantenimiento del mismo domicilio fuera ?en virtud de resoluci¨®n judicial?. Esto supondr¨ªa, a juicio de los sectores jur¨ªdicos consultados por este peri¨®dico, ir a un proceso judicial para probar, por ejemplo, que los hijos necesitan que los padres sigan en el mismo domicilio y a?adir un tercer proceso a los ya necesarios de separaci¨®n y divorcio. No se aceptar¨¢n modificaciones, dicen los mismos socialdem¨®cratas, al art¨ªculo 87, que contempla la cl¨¢usula de dureza y en el que los democristianos pretenden establecer una casi omnipotente discrecionalidad judicial para denegar el divorcio.
Tampoco parece que los c¨ªrculos cercanos al ministro de Justicia, Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, est¨¦n dispuestos a ?modificar ni un solo apartado de art¨ªculos como el 60 o el 80, que hacen referencia al derecho can¨®nico. ?Quiz¨¢ fuera recomendable suprimir toda referencia al derecho can¨®nico y, si se encuentran discordancias entre el texto y los acuerdos con la Santa Sede, que rijan los acuerdos?, indicaron.
El ¨²nico art¨ªculo en el que los socialdem¨®cratas est¨¢n dispuestos a reconocer que admitir¨ªan ?posibles matices, si es que como est¨¢ es mal interpretado?, es el 82.5, en el sentido de presumir la separaci¨®n libremente consentida salvu prueba en contrario y admitir cualquier actuaci¨®n tendente a demostrar, en su caso, que hubo abandono. Tambi¨¦n podr¨ªan ?corregirse t¨¦cnicamente? o ?perfeccionarse? algunos puntos del procedimiento.
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