Incendio provocado en el Reichstag de Berl¨ªn
Cuarenta y ocho a?os y quince d¨ªas despu¨¦s del incendio del Reichstag en Berl¨ªn, el 27 de febrero de 1933, tres desconocidos han vuelto a prender fuego al interior del edificio y han causado da?os que la polic¨ªa estima en varias decenas de miles de marcos (por encima del medio mill¨®n de pesetas). Dos de los autores han sido detenidos y el tercero logr¨® escapar.
Desde el final de la guerra, la sede del antiguo Parlamento alem¨¢n est¨¢ convertida en Museo de la Historia alemana y alberga las reuniones de parlamentarios federales cuando acuden a Berl¨ªn Oeste a celebrar sesiones.Mientras la polic¨ªa investiga los motivos de este nuevo incendio del Reichstag -el supuesto autor del anterior, el comunista holand¨¦s Marinus Van der Lubbe acaba de ser declarado inocente post mortem por un tribunal federal- m¨¢s de un comentarista se ha preocupado ya de incorporar este nuevo parecido con la descomposici¨®n de la Rep¨²blica de Weimar, al conjunto de s¨ªntomas inquietantes de la actual situaci¨®n pol¨ªtica alemana.
Raro es el d¨ªa que pasa sin que alg¨²n agorero se fije en alg¨²n dato pol¨ªtico actual y concluya que esto ya ocurri¨® al final de la etapa de Weimar, en puertas del triunfo electoral de Adolfo Hitler. El compromiso del actual Gobierno socioliberal con el rearme, las relativamente frecuentes pesquisas policiales en redacciones de diarios ayer, en la del Tageszeitung, de Berl¨ªn Occidental), el paro y la psi cosis correspondiente, las atribuciones de infiltraci¨®n de terroristas en el movimiento juvenil -como ha afirmado Franz Joseph Strauss, l¨ªder de la oposici¨®n- que ahora se concentran en la ocupaci¨®n de viviendas vac¨ªas y se enfrentan a la fuerza p¨²blica en las calles con gran violencia, son factores que invitan a establecer paralelismos entre el final de la primera rep¨²blica alemana y la relativa zozobra pol¨ªtica actual de la segunda.
Nadie piensa aqu¨ª que el nuevo incendio del Reichstag vaya a hacer tambalearse a la democracia germana fed¨¦ral, aunque nada m¨¢s sea porque, hoy por hoy, el poder legislativo reside en Bonn.
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