El tigre del Bronx
Como una espesa nube llega sobre el espectador el tiempo de los oscars. Por si eran pocos los premios, ahora se esgrimen las llamadas ?nominaciones?. De las pel¨ªculas elegidas ya lo sabemos casi todo: cuanto dur¨® el rodaje, cu¨¢ntos kilos le fue preciso engordar a De Niro, cu¨¢l es la historia que se narra; en este caso la de un boxeador, Jake la Motta, que tras llegar a campe¨®n de los medios, acab¨® de hombre espect¨¢culo, hundido por su car¨¢cter especial y por la mafia de las cuatro cuerdas. Su final hubiera sido, a¨²n m¨¢s dram¨¢tico de no haber decidido publicar sus memorias, que a la postre acabaron rescat¨¢ndolo para el mundo de los vivos.Si la historia de su, vida le devolvi¨® dinero y dignidad, tambi¨¦n otorga originalidad a la pel¨ªcula, que sin su ep¨ªlogo final no ser¨ªa otra cosa que un filme m¨¢s dedicado al ascenso e inevitable ca¨ªda de un ¨ªdolo. Los combates, las luchas en el Bronx, las ri?as de familia en el ghetto italiano, los celos sin raz¨®n hasta llegar a la obsesi¨®n, las pandillas rivales, todo el camino amargo y oscuro desde el ring a la gloria aparece narrado con mano maestra por Scorses el en un estilo realista al que da su exacto ambiente una excelente fotograf¨ªa en blanco y negro.
Toro salvaje
Direcci¨®n: Martin Scorsese. Gui¨®n: Paul Schradery MardikMartin. Basado en el libro de Jake La Motta, escrito en colaboraci¨®n con Joseph Carter y Peter Savage. Fotograf¨ªa: Michael Chapman. Int¨¦rpretes: Robert de Niro, Cathy Moriarty y Joe Pesci. Biograf¨ªa. Blanco y negro. Estados Unidos, 1980. Local de estreno: cine Gran V¨ªa
Los combates, realizados con un virtuosismo excepcional tambi¨¦n, se alternan con secuencias en las que el personaje se va perfilando a trav¨¦s de sus amores y sus odios. Scorsese sabe mostrarnos su interior complicado y elemental, con rasgos precisos, fuera y dentro del ring, con rigor y con humor, a trav¨¦s de sus concisos di¨¢logos.
Mas lo que da a esta vida de La Motta car¨¢cter singular de testimonio son sus ¨²ltimas peleas con Sugar Robinson, convertidas en feroz carnicer¨ªa. C¨¢mara y montaje, combinados en un dif¨ªcil arte, nos muestran la verdadera cara de un espect¨¢culo donde la muerte cobra su habitual cosecha cada d¨ªa.
Menci¨®n aparte, por no decir especial, merece la interpretaci¨®n de De Niro. A sus sobradas dotes de actor a?ade un pro fundo conocimiento de este segundo oficio. Su moverse en el ring, su transformaci¨®n tras de la retirada resultan poco menos que incre¨ªbles. S¨®lo un profesional muy seguro de s¨ª mismo es capaz de convertirse paulatinamente en un La Motta torpe, obeso y vencido que acabar¨¢ en la soledad, lejos de familia y amigos.
Toda la historia de su ocaso desde el retiro confortable a la prisi¨®n, viene a dar un sentido particular a esta pel¨ªcula que, en beneficio de esta segunda parte, pudiera haber sacrificado alg¨²n que otro. combate de los que s¨®lo a?aden una fecha m¨¢s al palmar¨¦s del aspirante.
Sin embargo, las obras deben de ser juzgadas por lo que son, no por lo que pudieron ser, y en este caso la que se nos ofrece -sin duda la mejor de su autor-, bien puede aspirar a cualquiera de los oscars, pues en torno a un actor fuera de serie tambi¨¦n lo son la direcci¨®n, el montaje y los actores secundarios.
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