Miguel Herrero no descarta la modificaci¨®n de la ley de Divorcio en el Senado

La reuni¨®n del consejo de direcci¨®n fue breve, pero, como viene sucediendo cada vez que el partido del Gobierno se re¨²ne para debatir el tema del divorcio, fue muy tensa, y no faltaron las amenazas por ambas partes de romper la disciplina de voto.Los socialdem¨®cratas, seg¨²n pudo saber EL PAIS, recriminaron a los democristianos el no acatar los acuerdos del Comit¨¦ Ejecutivo de UCD, seg¨²n los cuales tan s¨®lo se modificar¨ªa el art¨ªculo 82.5, conocido como el del ?repudio?. Los democristianos respond¨ªan, no sin raz¨®n, que el documento del Comit¨¦ Ejecutivo era tan ambiguo que pod¨ªa desprenderse de ¨¦l cualquier interpretaci¨®n. Tras una acalorada discusi¨®n, unos y otros llegaron por fin a algo parecido a un acuerdo: los democristianos votar¨ªan a favor de los citados art¨ªculos, pero Miguel Herrero dejar¨ªa bien claro, como as¨ª hizo ante el Pleno, que una cosa es el Gobierno, otra el partido y otra el grupo parlamentario. En su explicaci¨®n de voto, Herrero de Mi?¨®n vino a decir que, si bien de momento perd¨ªan la batalla, no daban la guerra por concluida, y el Senado seria su mejor arma.

Por no ponerse de acuerdo, el actual ministro de Justicia y el portavoz del grupo ni siquiera se aceptaron mutuamente un borrador de nueva redacci¨®n en el ¨²nico art¨ªculo en el que se supone que ya est¨¢ todo pactado y cuya modificaci¨®n no creara problemas: el 82.5. A mitad de la sopor¨ªfera sesi¨®n de ayer, Herrero le pas¨® al ministro dicho borrador, este lo ley¨® y, poco convencido, se lo devolvi¨® a su autor. Miguel Herrero, sin disimular su enfado, lo rompi¨® ostentosamente, sin que Fern¨¢ndez Ord¨®?ez se diera por aludido.

De momento, el proyecto de ley de Divorcio queda redactado, pues, tal cual lo dictamin¨® la Comisi¨®n de Justicia. El origen del conflicto de la tarde de ayer habr¨ªa que buscarlo en que la actual redacci¨®n de los art¨ªculos 59 y 60 es susceptible de una doble interpretaci¨®n. En su texto se alude a que los matrimonio. celebrados seg¨²n las normas del derecho can¨®nico no tendr¨¢n validez si no se ajustan al derecho del Estado. Si de esta redacci¨®n se hace una lectura progresista, los matrimonios religiosos son considerados como tales en cuanto a la forma, el rito o el tipo de ceremonia elegido para su celebraci¨®n. As¨ª lo explic¨® con una claridad rotunda el ministro de Justicia: ?Este proyecto de ley s¨®lo contempla un tipo de matrimonio, que puede celebrarse seg¨²n las formas de la Iglesia cat¨®lica, o seg¨²n las formas de cualquier otra confesi¨®n religiosa, siempre que est¨¦n acorde con la Constituci¨®n?. ?Para m¨ª?, a?adi¨®, ?la palabra normas significa ¨²nicamente forma?.

Sin embargo, forzando de alguna manera la redacci¨®n actual, pero sin tener que modificarla necesariamente, hay quien deduce que si el matrimonio religioso se celebra seg¨²n las normas del Derecho can¨®nico, ¨¦stas mismas normas incluyen la indisolubilidad del v¨ªnculo, luego el divorcio nunca podr¨ªa afectar a los cat¨®licos.

Interpretaci¨®n de CD

Esta segunda interpretaci¨®n es la que han defendido a lo largo de todos los debates el representante de Coalici¨®n Democr¨¢tica, Juan Luis de la Vallina, y el disidente de UCD, D¨ªaz Pin¨¦s. Lo que muchos pol¨ªticos se preguntaban ayer tarde es de qu¨¦ manera los democristianos, a trav¨¦s del Senado, lograr¨¢n aumentar la influencia de la Iglesia cat¨®lica en el actual proyecto de ley de Divorcio, sin tener que llegar a posturas rechazadas por ellos como son las de CD.

La interpretaci¨®n m¨¢s coherente habr¨ªa que buscarla en que los democristianos de UCD desean dar un trato aislado y preferente para el matrimonio religioso cat¨®lico, sin mezclarlo con las restantes confesiones religiosas, de cara a la opini¨®n p¨²blica y a la Iglesia cat¨®lica. Esta operaci¨®n se situar¨ªa en la l¨ªnea que parecen haber iniciado los democristianos centristas, cada vez con mayor claridad, de aprovechar la ley de Divorcio como su plataforma de lanzamiento para crear un partido pol¨ªtico de signo confesional.

Hay un ¨²ltimo dato a destacaren la sesi¨®n de ayer. Miguel Herrero asegur¨® que ellos hab¨ªan votado favorablemente el actual proyecto Ord¨®?ez. Sin embargo, en el recuento de la votaci¨®n de las enmiendas de Coalici¨®n Democr¨¢tica, hubo ocho s¨ªes que, necesariamente, proven¨ªan de otro grupo parlamentario. Desde luego, nadie pensaba que esta fuga de votos se hab¨ªa producido en las filas del PCE, del PSOE o de las minor¨ªas. Hubo diputados de UCD, pues, que votaron en contra del proyecto de su propio partido, y eso que, en el momento de la votaci¨®n, se ausentaron h¨¢bilmente de la sala los dos dirigentes democristianos Oscar Alzaga y Fernando Alvarez de Miranda.