Los comunistas critican las teor¨ªas de Marx sobre la mujer
Las jornadas sobre feminismo y pol¨ªtica, organizadas por la Comisi¨®n para la Liberaci¨®n de la Mujer del Partido Comunista de Espa?a (PCE), han significado no s¨®lo una seria critica a los postulados marxistas leninistas y estalinistas sobre la mujer, sino tambi¨¦n una revisi¨®n a la actuaci¨®n del PCE en este campo.
Algo m¨¢s de un centenar de mujeres -entre ellas ninguna diputada, ¨²nicamente la ex parla mentaria catalana Mar¨ªa Dolores Calvet-, as¨ª como aIgunos dirigentes masculinos comunistas, como Manuel Azc¨¢rate y Carlos Paris, han debatido este fin de semana en Madrid temas tales como La liberaci¨®n de la mujer a lo largo de la historia del movimiento socialista, Algunas tesis sobre el trabajo dom¨¦stico y, la m¨¢s controvertida, Mujer y pol¨ªtica: movimiento feminista, autonom¨ªa y doble militancia.
Respecto a este ¨²ltimo tema, las feministas del PCE parten de la base de que la doble militancia (esto es, la afiliaci¨®n a un partido pol¨ªtico y a un movimiento espec¨ªficamente feminista) supone en s¨ª mismo una contradicci¨®n: ?Hay ocasiones en que los intereses colectivos del movimiento feminista?, dijeron, ?no tienen por qu¨¦ coincidir con los intereses y posturas de nuestro partido ante el mismo hecho, como pudo ocurrir, por ejemplo, con la ley del aborto ?.
Por esto mismo, las mujeres del PCE consideran que esa dualidad a la que se ve sometida la militante comunista y feminista est¨¢ todav¨ªa lejos de ser asumida por el conjunto del partido, ?que en determinados momentos,?, denunciaron, ?valora m¨¢s las acciones coyunturales y t¨¢cticas que la estrategia pluralista y colectiva hacia el socialismo, que es la esencia misma de nuestra pol¨ªtica?.
Esta circunstancia se produce en pr¨¢cticamente la totalidad de los movimientos feministas cuyas componentes militan a su vez en los partidos pol¨ªticos, sean ¨¦stos parlamentarios o extraparlamentarios.
No obstante, las comunistas reconocen que el marxismo no ha elaborado respuestas claras al problema de la opresi¨®n femenina. Tambi¨¦n este punto fue ampliamente debatido: ?El marxismo conduce a concebir la lucha de las mujeres como simple instrumento subordinado a la lucha del proletariado. Incluso han sido tachadas de peque?oburguesas y de subjetivistas todas las reivindicaciones feministas en torno a las relaciones privadas, a las contradicciones entre sexos en la pareja y a los problemas familiares o sexuales, entre otros muchos?.
As¨ª se conceb¨ªa durante la Segunda y Tercera Internacional. A partir de aqu¨ª algo se ha avanzado, pero, seg¨²n constataron en los encuentros del pasado fin de Semana, constituye un aut¨¦ntico handicap incluir esta especificidad de la mujer en los partidos, ?porque en ellos existe una fractura clara entre lo privado y lo p¨²blico, que a¨²n no ha sido superada, si bien se empieza a tener conciencia de ello?.
Algo que s¨ª se ha superado entre las mujeres del PCE es el viejo axioma de considerar que los problemas de la mujer terminan autom¨¢ticamente en cuanto se pasa del sistema capitalista al socialista. ?Las feministas eurocomunistas?, fue otra de las conclusiones, ?nos encontramos en la necesidad de responder a las preguntas sobre la persistencia de la opresi¨®n de la mujer, tanto en un sistema capitalista como en uno socialista?.
Igualmente, en el tratamiento del trabajo dom¨¦stico se tropez¨® con el mismo obst¨¢culo de la teor¨ªa marxista: ?Para Marx, s¨®lo es productivo el trabajo que se convierte en capital, el que traspasa una parte de su valor a una mercanc¨ªa?. Por tanto, desde esta perspectiva s¨®lo es productivo el trabajo industrial.
Las amas de casa producen servicios
Sin embargo, de la misma manera que no entrar¨ªan aqu¨ª profesiones tales como la de los maestros (ya que no producen mercanc¨ªas) tampoco se incluir¨ªa el trabajo de la mujer que tiene en el documento de identidad sus labores, tema que sigue anclado todav¨ªa en la pol¨¦mica. Por un lado, hay quien sostiene que el ama de casa debe recibir un salario remunerado, ya que encaja perfectamente en la definici¨®n que hace del concepto trabajo la Organizaci¨®n Internacional de Trabajadores (OIT), es decir, son asalariados ?el conjunto de personas que suministran mano de obra para la producci¨®n de bienes y servicios?, y, seg¨²n se dijo a lo largo de los debates, parece claro que las amas de casa producen servicios.
Por otro lado, se sit¨²an los partidarios de que no se remunere este tipo de trabajo dom¨¦stico, ya que, si as¨ª ocurriera, ?iba a suponer la institucionalizaci¨®n del papel tradicional de la mujer en el hogar; hecho ¨¦ste que reforzar¨ªa la divisi¨®n sexual del trabajo y el aislamiento de las mujeres en la esfera privada?. Hoy por hoy, esta postura es la que cuenta con mayor n¨²mero de seguidores.
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