El PSOE propugna "una programaci¨®n para vivir en democracia"
Los cuatro vocales del Consejo de Administraci¨®n de RTVE electos en representaci¨®n del Partido Socialista Obrero Espa?ol (Ram¨®n G¨®mez Redondo, Jos¨¦ Mar¨ªa Calvi?o, Francisco Marug¨¢n y Roberto Dorado) han presentado un extenso informe de treinta folios bajo el t¨ªtulo Principios b¨¢sicos y l¨ªneas generales de programaci¨®n de RTVE para 1981 y 1982, al objeto de que sea estudiado por el propio Consejo y por los responsables de la radio y televisi¨®n estatales. Se trata del primer documento de estas caracter¨ªsticas, ya que el presentado simult¨¢neamente por Antonio Kindel¨¢n, consejero en representaci¨®n del Partido Comunista de Espa?a, es un texto de distinta naturaleza, y porque los seis vocales en representaci¨®n de Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico presentar¨¢n su documento el Pr¨®ximo jueves. El texto socialista no s¨®lo jugar¨¢ un papel importante dentro del Consejo y, por tanto, podr¨¢ influir en la futura tipolog¨ªa del servicio p¨²blico de programas de radio y televisi¨®n. Ram¨®n G¨®mez Redondo, programador de Televisi¨®n Espa?ola y director de cine, es su principal art¨ªfice.El electrodom¨¦stico pasivizador
Los socialistas afirman en primer lugar que las suyas son unas propuestas b¨¢sicas y que se acepta la programaci¨®n de 1981 en cuanto ?posibilista y de emergencia, condicionada en gran medida por situaciones anteriores?. Citan los principios b¨¢sicos definidos por la ley de Estatuto, para desarrollarlos a continuaci¨®n. El documento pregunta en primer lugar ?para qui¨¦n es y para qu¨¦ sirve la programaci¨®n? Y responde: ?Para el espa?ol de los a?os ochenta. Esto es, para un ciudadario que quiere vivir en democracia, inmerso en una sociedad heterog¨¦nea y pluralista, con conciencia de crisis, uno y distinto, no muy aficionado a la lectura, pero con unos enormes deseos de conocimientos, rico en necesidades -entre otras, la de ser tratado como adulto-, sensible, ajeno a sus ra¨ªces hist¨®ricas, poco informado, pronto a la cr¨ªtica y que, para mayor infortunio, dedica demasiadas horas de su vida a ese electrodom¨¦stico pasivizador que es la televisi¨®n?. Respecto a la finalidad de la programaci¨®n, el documento afirma: ?Lo dicen todos los manuales cl¨¢sicos: para informar, formar y entretener?.
Los socialistas proponen como tarea prioritaria el establecimiento de un nuevo modelo de relaci¨®n entre espectadores y medios que ha de ser activa, cr¨ªtica, participativa y selectiva. Los criterios para crear este nuevo modelo ser¨ªan: ?Una programaci¨®n sectorializada en funci¨®n de los intereses y demandas concretas de bloques homog¨¦neos de poblaci¨®n?; ?programaciones coordinadamente competitivas entre las dos cadenas de televisi¨®n?; ?una programaci¨®n abierta a la realidad viva de la naci¨®n ( ... ) que nos muestre tal y como somos, con valent¨ªa y sin complejos, ense?ando lo que de positivo hay en nosotros y en nuestro entorno, pero sin rehuir ning¨²n conflicto, ninguna miseria, ninguna fealdad?; ?una programaci¨®n flexible?, y ?una programaci¨®n culta y moderna, clara en su lenguaje, pero exigente en el enriquecimiento formal y expresivo del mismo, as¨ª como en la profundizaci¨®n de los contenidos. Hay que reeducar los gustos del espectador, elevar su sentido est¨¦tico e impulsarle a que juegue un papel m¨¢s activo, m¨¢s participativo, en la recepci¨®n del mensaje?.
Radiotelevisi¨®n libre y democr¨¢tica
El documento ampl¨ªa esta propuesta con la siguiente reflexi¨®n: ?Son muchos los espa?oles que en una situaci¨®n de clara indefensi¨®n han visto moldeados sus gustos en materia audiovisual por a?os y a?os de una programaci¨®n sistem¨¢ticamente miserabilista y pueril. Para estos espa?oles, tributarios de una historia que les ha sido arrebatada, toda nuestra comprensi¨®n y todo nuestro respeto. Pero no son hombres libres, y esto es un hecho que no podemos olvidar?. Por todo ello, concluyen: ?Frente a unos medios confortables, adormecedores, anquilosados en sus c¨®digos audiovisuales, veh¨ªculos de pasividad y median¨ªa, aqu¨ª se propone una radiotelevisi¨®n que provoque, que exija, una respuesta del espectador, que dialogue con ¨¦l ( ... ), criticar y elegir, seleccionar y rechazar, son actos que la propia RTVE debe fomentar desde sus programas?.
Todo ello no excluir¨ªa, en opini¨®n de los socialistas, el concepto de la radiotelevisi¨®n como fuente prioritaria de esparcimiento. ?Pero tambi¨¦n hay?, a?aden, ?una calidad de la diversi¨®n, una calidad del espect¨¢culo, indisolublem ente unida a la participaci¨®n inteligente del espectador?.
La programaci¨®n de RTVE ha de ser, escriben los autores del documento, ?absolutamente beligerante?, en defensa de la democracia y de sus instituciones. ?La mejor defensa de la democracia?, afirman, ?es el debate libre y p¨²blico de los principales problemas pol¨ªticos, sociales, culturales y econ¨®micos que afectan a la naci¨®n. De ah¨ª la necesidad de hacer de la libertad de expresi¨®n una pasi¨®n cotidiana entre los profesionales de los medios?. Con relaci¨®n a la posibilidad de que la radio y la televisi¨®n difundan opiniones contra la democracia y sus instituciones, dicen: ?S¨®lo en casos de excepci¨®n se puede conceder dicho derecho a las orientaciones antidemocr¨¢ticas, no pudiendo quedar estas ¨²ltimas en ning¨²n caso sin refutar?.
El documento propone cuatro objetivos, que deber¨ªan conseguirse durante el per¨ªodo 1981-1982: la divulgaci¨®n de la historia espa?ola; la divulgaci¨®n de las nociones b¨¢sicas de la econom¨ªa y debate permanente de los problemas econ¨®micos; divulgaci¨®n de los valores e instituciones de la democracia espa?ola, con especial atenci¨®n a la vida parlamentaria, y divulgaci¨®n de la problem¨¢tica de las Fuerzas Armadas y de su funci¨®n social.
Objetividad y neutralidad
El documento socialista incluye cinco importantes anexos sobre distintos g¨¦neros de programas: informativos, culturales, infantiles, deportivos, dram¨¢ticos y argumentales. Contra los anteriores informativos, que se caracterizaron ?por su pobreza, su estrechez y su dudosa ¨¦tica?, por la emisi¨®n de no noticias y por la redundancia de informaciones, a menudo de car¨¢cter oficial, los socialistas propugnan dos objetivos: ?proveer de conocimientos a todos los ciudadanos? y ?estimular una respuesta libre, imaginativa y cr¨ªtica ante los hechos y datos expuestos?.
Formulan a continuaci¨®n algunas recomendaciones: la primac¨ªa de la ?plena objetividad?; la imparcialidad en la presentaci¨®n de distintas opiniones, sin que el emisor incline al receptor hacia una determinada opci¨®n o interpretaci¨®n, con particular aplicaci¨®n a los programas de debate; no caer en el sectarismo cuando los periodistas ejercen funciones de comentaristas; fomentar la emisi¨®n en directo simult¨¢nea con el hecho; ajustar im¨¢genes a textos y evitar el uso ret¨®rico de m¨²sicas de fondo; procurar que el ordenamiento de las distintas noticias no favorezca falsas e inexistentes relaciones entre las mismas; salvar equ¨ªvocos derivados de aparentes paralelismos y trasposiciones de situaciones ajenas a las del pr¨®pio pa¨ªs; utilizar los recursos t¨¦cnicos y humanos de forma equitativa y neutral y que las informaciones de car¨¢cter oficial o gubernamental aparezcan identificadas como tales y claramente diferenciadas del conjunto de la informaci¨®n.
Babelia
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