Alexander Haig no consigui¨® la adhesi¨®n jordana y saud¨ª a sus tesis antisovi¨¦ticas
El secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, que acab¨® ayer su gira por Oriente Pr¨®ximo, no parece haber conseguido convencer a sus interlocutores de que abandonen sus rivalidades regionales para dar paso a un consenso estrat¨¦gico ante la amenaza sovi¨¦tica, seg¨²n opinan los observadores en Washington.
El general Haig, que sali¨® ayer de Riad con destino a Madrid, estuvo sucesivamente en Egipto, Israel, Jordania y Arabia Saud¨ª.La voluntad del jefe de la diplomacia norteamericana de otorgar una absoluta prioridad a la creaci¨®n de un tal tipo de consenso, lo que equivaldr¨ªa a relegar a un segundo plano la cuesti¨®n palestina, parece haber suscitado serias reticencias en Jordania y Arabia Saud¨ª.
Algunos comentarios de la Prensa saud¨ª, publicados poco antes de la salida de Haig de Riad, ponen de relieve la gran desconfianza de Arabia Saud¨ª ante el nuevo enfoque dado por la Administraci¨®n norteamericana a la problem¨¢tica de Oriente Pr¨®ximo.
Este enfoque es calificado de ?estrategia fantasiosa? por el diario de La Meca Al Nadua, mientras Al Medina denuncia en sus p¨¢ginas el ?ciego apoyo? dado por EE UU a Israel.
La primera misi¨®n en el extranjero del nuevo secretario de Estado persegu¨ªa dos objetivos: movilizar a los dirigentes de la regi¨®n contra el expansionismo sovi¨¦tico y garantizar a sus interlocutores que Washington no renuncia a la b¨²squeda de una soluci¨®n al problema palestino.
Interrogado sobre los resultados de la gira un alto funcionario del Departamento de Estado declar¨®: ?Nos decepciona un poco, pero no nos sorprende que algunos dirigentes ¨¢rabes no acaben de darse cuenta de la amenaza sovi¨¦tica?.
Estados Unidos, a?adi¨® este diplom¨¢tico, que solicit¨® permanecer en el anonimato, ?est¨¢, por supuesto, firmemente decidido a llegar a una soluci¨®n global en Oriente Pr¨®ximo, pero urge cada vez m¨¢s llegar a un acuerdo estrat¨¦gico?.
La nueva pol¨ªtica estadounidense parece haber obtenido una acogida relativamente favorable en Israel y Egipto, a pesar de algunas divergencias que el Departamento de Estado considera m¨ªnimas.
En El Cairo, Haig no consigui¨® convencer f¨¢cilmente al presidente Sadat de que si Estados Unidos, y no la ONU, tiene que crear una fuerza multinacional en el Sina¨ª, ¨¦sta tendr¨¢ inevitablemente que incluir a un gran n¨²mero de soldados norteamericanos.
En Jerusal¨¦n, Haig se esforz¨®, ante todo, por tranquilizar al Gobierno israel¨ª a prop¨®sito de la entrega a Arabia Saud¨ª, por parte de EE UU, de material militar sofisticado.
Sin embargo, Haig opin¨® ayer en Roma haber alcanzado los objetivos que se hab¨ªa propuesto durante su gira por Oriente Pr¨®ximo, informaron fuentes italianas al t¨¦rmino de la estancia en Italia del secretario de Estado.
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