Corrado Balducci: "Existe el demonio y se dan casos de posesi¨®n diab¨®lica"
El esc¨¢ndalo del ex salesiano Domenico Bernardini, que en el instituto religioso por ¨¦l fundado, con permiso del obispo, exorcizaba a psicol¨®gicamente d¨¦biles, que acababan sinti¨¦ndose verdaderamente pose¨ªdas por el demonio, ha puesto en candelero en Italia el problema de los endemoniados. ?Existen, para la Iglesia, personas verdaderamente en manos del demonio? ?C¨®mo es posible que sucedan casos como el de Domenico Bernardini, a quien la polic¨ªa tuvo que llevar a la c¨¢rcel despu¨¦s de descubrir un tr¨¢fico de pr¨¢cticas m¨¢gicas extra?¨ªsimas, con ?violencias f¨ªsicas y psicol¨®gicas? sobre una serie de muchachas sin m¨¢s delito que el de estar cargadas de problemas sociales y psicol¨®gicos? ?Cu¨¢ntas de estas j¨®venes han acabado embarazadas y han dado a luz, fingiendo nacimientos virginales y sobrenaturales?
Mientras la cuesti¨®n espera ser debatida en el Parlamento, donde los radicales y comunistas han presentado una interpelaci¨®n al presidente del Gobierno y a los ministros del Interior y de Justicia, el corresponsal de EL PAIS en Roma ha abordado con un prelado vaticano el problema de los exorcismos y de la posesi¨®n diab¨®lica.Se trata de Corrado Balducci, miembro de la congregaci¨®n de propaganda fide y prelado de honor de Su Santidad el Papa. Balducel est¨¢ considerado, por sus publicaciones, traducidas en varias lenguas -entre ellas al espa?ol-, como el eclesi¨¢stico m¨¢s competente en la materia de la posesi¨®n diab¨®lica. Entre estas obras figuran Los endemoniados, hoy y La posesi¨®n diab¨®lica. Est¨¢ doctorado en Filosof¨ªa, Teolog¨ªa y Derecho Can¨®nico. Despu¨¦s de diplomarse en la Academia Eclesi¨¢stica, Pontificia de Roma, donde se preparan los futuros diplom¨¢ticos, trabaj¨® en la Secretar¨ªa de Estado y en las nunciaturas de Estados Unidos, Jerusal¨¦n y Uganda.
Corrado Balducci tiene 58 a?os y es el consultor de obispos y sacerdotes de diversas partes del mundo en los casos m¨¢s complicados de posesi¨®n diab¨®lica.
Es la primera vez que acepta someterse al interrogatorio de un periodista. La entrevista tiene lugar en Roma, en su despacho del colegio teol¨®gico de propaganda fide, frente a la c¨²pula de San Pedro.
Pregunta. ?Cu¨¢ntos endemoniados hay exactamente en Italia? Porque s¨®lo el ex salesiano Bernardini contaba con m¨¢s de un centenar de comunidades donde practicaba los exorcismos.
Respuesta. Ante todo, hay que distinguir entre las personas que son presentadas a los obispos o a los sacerdotes autorizados para hacer los exorcismos y los verdaderamente endemoniados. Los primeros ser¨¢n hoy unos 15.000 en Italia, pero verdaderos endemoniados quiz¨¢ existan hoy s¨®lo unos diez casos.
P. Pero el n¨²mero que dan los peri¨®dicos es mucho m¨¢s alto.
R. Probablemente se refieren a toda esa multitud de personas que se presentan ante sacerdotes con fama de santos o a quienes practican los exorcismos para ser bendec¨ªdos o tocados porque tienen cualquier tipo de problema. Baste pensar que s¨®lo aqu¨ª, en Roma, pasan miles de personas por la Santa Sede ante el padre C¨¢ndido para obtener alguna gracia. Basta pensar en los tiempos del padre P¨ªo de Pietralcina. Pero cuando se le lleva una persona a la autoridad de la Iglesia para que se la practiquen los exorcismos ante el temor que pueda estar pose¨ªda por el demonio, eso es otra cosa. Y pienso que ¨¦stas no pasen, en Italia, de 15.000.
P. Entonces, ?la Iglesia acepta a¨²n hoy casos de verdadera posesi¨®n diab¨®lica?
R. Sin duda alguna. Yo mismo empec¨¦ a interesarme por estos problemas, a los que llevo dedicando m¨¢s de treinta a?os de mi vida, porque fui protagonista de un verdadero caso de posesi¨®n diab¨®lica: una joven, de dieciocho a?os, en la que viv¨ªan diez demonios. Se trata de un caso publicado. Es quiz¨¢ del ¨²nico caso en el mundo del que conservamos fotograf¨ªas de los momentos m¨¢s cr¨ªticos, cuando, por ejemplo, rechazaba el crucifijo o la comuni¨®n con gestos horribles de la cara.
P. ?Pero estos casos que ustedes llaman de posesi¨®n diab¨®lica no podr¨ªan ser fen¨®menos de psiquiatr¨ªa, enfermedades mentales, casos de histerismo?
P. No le oculto que el problema m¨¢s grave de la posesi¨®n diab¨®lica es la diagnosis. Por eso le he dicho que en Italia, de cada mil casos, quiz¨¢ s¨®lo uno resulta aut¨¦ntico. Antiguamente, los criterios se basaban sobre todo en la presencia de fen¨®menos considerados superiores a las fuerzas humanas, pero el progreso de la ciencia psiqui¨¢trica y el nacimiento de la parapsicolog¨ªa pusieron en grave crisis aquel criterio. Fue esto lo que me movi¨®, en 1950, a dedicarme completamente al estudio de nuevos criterios de diagnosis en este campo.
P.?Cu¨¢les fueron sus resultados?
R. Del estudio de la endemoniada, en cuyos exorcismos particip¨¦ junto con otros dos sacerdotes y toda una comunidad de religiosos, llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que s¨®lo en casos rar¨ªsimos se debe aceptar incluso la hip¨®tesis de la posesi¨®n diab¨®lica. Puede empezar a sospecharse s¨®lo si en una persona aparecen contem por¨¢neam ente tres fen¨®menos: de orden psiqui¨¢trico, parapsicol¨®gico y clara repulsi¨®n Y adversi¨®n hacia todo lo que es sagrado. Del estudio que he hecho en numerosos manicomios he podido ver que raramente existen casos psiqui¨¢tricos junto con caracter¨ªsticas parapsicol¨®gicas.
P. Pero existen casos en los que se presentan s¨®lo elementos psiqui¨¢tricos y parapsicol¨®gicos sin la aversi¨®n manifiesta a lo sagrado. ?C¨®mo pueden en estos casos llegar a la certeza de la posesi¨®n diab¨®lica?
R. Yo le puedo decir c¨®mo he actuado en estos casos y los consejos que doy a los obispos y exorcistas. Basta a veces, para salir de la duda, decirles a los familiares que le echen a la persona que se sospecha de posesi¨®n diab¨®lica unas gotas de agua bendita en el vaso de agua o de vino en la comida. Si tiene alg¨²n demonio dentro, dif¨ªcilmente conseguir¨¢ beberla. bien se le pone una medalla de la Virgen debajo del colch¨®n sin que lo sepa. Es caso seguro que no conseguir¨¢ dormir. Recuerdo que con la joven que yo conoc¨ª necesitaba aveces horas enteras para poder-colocarle la part¨ªcula consagrada en la boca?.
P. ?Cu¨¢nto les cost¨® echar de aquella joven los diez demonios que seg¨²n ustedes pose¨ªa?
R. En realidad, sufr¨ªa ya mucho desde los doce a?os. Los demonios le hab¨ªan entrado a trav¨¦s de un maleficio que le hab¨ªan hecho en su pueblo. Pero los verdaderos exorcismos duraron nueve meses. Y tuvimos que turnarnos toda una serie de sacerdotes. Los demonios fueron dej¨¢ndola poco a poco. Nos dimos cuenta de que se hab¨ªa ido el ¨²ltimo demonio cuando en una iglesia, en Roma, donde hab¨ªa sido exorcizada, todos sentimos un olor de podrido horrible, que es uno de los s¨ªntomas de que el demonio se ha ido. De hecho, en aquel instante la joven qued¨® ya libre completamente. Hoy lleva una vida normalis¨ªma.
P. ?Cu¨¢l es la doctrina actual de la Iglesia en materia de exorcismos?
R. Hoy existe un gran vac¨ªo en este campo. S¨®lo unos pocos c¨¢nones del Derecho can¨®nico. Ser¨ªa necesaria una nueva legislaci¨®n. Se sigue actuando con la doctrina de los antiguos te¨®logos. En l¨ªneas generales, cualquier persona, si lo hace en nombre de Dios, puede hacer exorcismos, ya que no se trata de un sacramento, sino de un ?sacramental?, como, por ejemplo, el agua bendita. La eficacia no depende del rito, sino de la fe de la persona que la realiza. Pero oficialmente la Iglesia hoy permite que los exorcismos hechos con la f¨®rmula oficial, que es a¨²n la de 1614, los hagan s¨®lo aquellos sacerdotes que han sido autorizados expl¨ªcitamente por el obispo. En las grandes ciudades, como Roma, Tur¨ªn, Mil¨¢n, N¨¢poles, etc¨¦tera, existen normalmente dos sacerdotes encargados oficialmente. En los otros lugares, cuando se presenta un caso de posesi¨®n, el obispo encarga a un sacerdote, seg¨²n el caso?.
P. ?Con qu¨¦ criterios el obispo escoge a estos sacerdotes?
R. Normalmente se trata de sacerdotes con fama de espiritualidad, porque el demonio lo que m¨¢s teme es precisamente la santidad. Y, despu¨¦s, que tenga una cierta edad, si se trata de exorcizar a jovencitas. Como puede imaginar, no conviene poner un caso de estos en manos de un joven sacerdote, porque el demonio es muy astuto y podr¨ªa liarlo?.
P. Pero ?no convendr¨ªa que conociera tambi¨¦n un poco de psiquiatr¨ªa y psicolog¨ªa?
R. Esto es necesario para la diagnosis. De hecho, para llegar a la certeza de la posesi¨®n intervenimos personas que hemos estudiado a fondo estas ciencias. El sacerdote recibe s¨®lo el encargo del exorcismo?.
P. ?C¨®mo se desarrolla este acto?
R. No existe un modo ¨²nico. Cada sacerdote lo hace seg¨²n cree m¨¢s oportuno. Lo ¨²nico que pide la Iglesia es que se haga seg¨²n las f¨®rmulas autorizadas y con tono ?autoritario?. Al demonio hay que tratarlo con autoridad, con fuerza, e insultarlo. Y pedirle que se vaya de la persona en nombre de Dios, de la Virgen y de aquellos santos que m¨¢s odia, como, por ejemplo, san Miguel Arc¨¢ngel. Es un trabajo muy duro. Cada sesi¨®n puede durar horas y todo el per¨ªodo, meses y hasta a?os. El exorcista debe tener mucha fuerza interior, porque el demonio generalmente se burla y se venga de ¨¦l.
P. Hay hoy muchos sacerdotes y te¨®logos cat¨®licos que no creen en el diablo como persona, sino como a la encarnaci¨®n del mal.
R. Evidentemente estos sacerdotes no pueden practicar los exorcismos. Pero Pablo VI cre¨ªa en el demonio y tambi¨¦n Juan Pablo II acaba de hablar de ¨¦l a los universitarios franceses en Roma.
P. ?No existe el peligro que en vez de diagnosticar una posesi¨®n diab¨®lica se acabe autosugestionando a una persona d¨¦bil ps¨ªquicamente de estar pose¨ªda, como en el caso de Dom¨¦nico Bernardini?
R. Ese es el gran peligro. Por eso la Iglesia pide que en el 98% de los casos que se presentan se les mande ante el m¨¦dico o al psic¨®logo. M¨¢s a¨²n, a a persona con sospechas de posesi¨®n nunca se le debe hablar de exorcismos. Ni debe ser acompa?ada por el sacerdote durante la diagnosis. Deben ir solo los familiares. S¨®lo cuando los indicios son fuertes se la lleva, aunque sea por la fuerza, al exorcista.
P. ?Cu¨¢les son los fen¨®menos que usted personalmente ha visto m¨¢s sorpredentes en estos casos que usted llama de posesi¨®n di¨¢bolica.
R. Much¨ªsimos. Una joven que hab¨ªa pasado s¨®lo tres meses por la escuela hablaba perfectamente en lat¨ªn y cuando yo le hac¨ªa preguntas respond¨ªa: ?Aprende mejor el lat¨ªn?. Otras hablaban en ¨¢rabe. Conoc¨ªan cosas a distancia que jam¨¢s pod¨ªan saber. Emit¨ªan gritos que no eran humanos. Vomitaban objetos y animales que nunca hab¨ªan tragado. Demostraban una fuerza que ni diez personas lograban contener. Volaban por la habitaci¨®n. Aumentaban hasta ocho veces de peso de repente. Rug¨ªan como energ¨²menos cuando se les acercaba alg¨²n s¨ªmbolo sagrado.
P. ?C¨®mo se explica que existan m¨¢s mujeres que hombres considerados endemoniados?
R. Eso no es verdad. Existen m¨¢s mujeres entre los miles que se presentan como endemoniados, pero entre los verdaderos pose¨ªdos por el demonio no cuenta que sea hombre o mujer.
P. ?Por qu¨¦ existen m¨¢s casos entre gente ignorante, en el Tercer Mundo, entre los pobres que entre los ricos?
R. Es una pregunta a la que ya respond¨ªan los te¨®logos hace siglos. Probablemente para que pueda aparecer con mayor claridad que aquella persona no enga?a y as¨ª sea m¨¢s clara la presencia en ella del diablo; se dan m¨¢s casos en los pa¨ªses a¨²n en v¨ªas de evangelizaci¨®n, probablemente para que se manifieste mejor la potencia de la Iglesia, que es m¨¢s fuerte que el demonio.
P. ?Por qu¨¦ hay menos endemoniados desde que se han desarrollado los estudios psiqui¨¢tricos y de parapsicolog¨ªa?
R. No es que haya menos casos. Lo que ocurre es que la diagnosis es m¨¢s severa y los casos de verdadera posesi¨®n resultan m¨¢s numerosos. Se podr¨ªa decir que antes hab¨ªa m¨¢s endemoniados falsos, esto es un bien. No hay que tener miedo al an¨¢lisis de la ciencia. Al contrario. Yo nunca he comprendido, por ejemplo, por qu¨¦ la Iglesia ha tenido siempre tanto miedo a la parapsicolog¨ªa.
Corrado Balducci fue invitado al congreso promovido en Nueva York por la Parapsycology Foundation y al Festival Internacional de Ciencia-Ficci¨®n en 1975. Sus libros cuentan con un pr¨®logo elogioso del padre del psicoan¨¢lisis italiano, Emilio Servadio, el cual, aun no creyendo en la posesi¨®n diab¨®lica, ha reconocido la honradez cient¨ªfica de Corrado Balducci, que ha consagrado a?os de estudio para investigar los fen¨®menos psiqui¨¢tricos y parapsicol¨®gicos a fin de comprender mejor la doctrina cat¨®lica de la posesi¨®n diab¨®lica, eso que Servadio llama ?el cono de sombra de lo demoniaco?.
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