La influencia del 14 de abril de 1931 en la pol¨ªtica actual
El 14 de abril de 1931 signific¨® la liberaci¨®n pol¨ªtica de los espa?oles al romper con las antiguas estructuras pol¨ªticas y sociales que significaban la monarqu¨ªa y la dinast¨ªa reinante, y, libremente, sin coacci¨®n de ninguna especie y con aplastante mayor¨ªa del pueblo espa?ol, dando ejemplo al mundo de su esp¨ªritu ciudadano, sin el menor incidente doloroso, se proclam¨® la II Rep¨²blica.Hay que resaltar que en las elecciones municipales celebradas el 12 de abril de aquel a?o, que dieron el triunfo a la candidatura democr¨¢tica, fue la Conjunci¨®n Republicano- Socialista, que integraba a los partidos republicanos de todas las tendencias y al partido socialista, la que consigui¨® esa aplastante mayor¨ªa.
Es de todos conocida la labor de las Cortes Constituyentes y sus Gobiernos en los dos primeros a?os de rep¨²blica.
Se aprob¨® el Estatuto de Catalu?a, se estudi¨®, en orden y sin violencias, el Estatuto del Pa¨ªs Vasco, muy adelantado, y se empez¨® el estudio del Estatuto de Galicia, que eran las llamadas, y con raz¨®n, comunidades hist¨®ricas.
Nadie m¨¢s partidario que los republicanos de izquierda de las autonom¨ªas de las regiones, cuando ¨¦stas est¨¦n solicitadas por la mayor¨ªa del pueblo, pues la Rep¨²blica las conced¨ªa cuando se contaba con dos tercios del censo electoral, y ninguna de las aprobadas hasta la fecha ha conseguido ese porcentaje.
En la Rep¨²blica, para los municipios, s¨ª fueron realmente sentadas las bases de la autonom¨ªa de los mismos.
Por no recordar el 14 de abril de 1931 y haber puesto en vigor los estatutos de Catalu?a y Euskadi y con objeto de recortarlos y retrasarlos, se lanzan a nombrar ?entes preauton¨®micos?, cosa que nadie acaba de entender, y crear un estado de opini¨®n que es irreversible, que puede dar lugar al desmembramiento de Espa?a sin beneficio para nadie, y menos para el pueblo espa?ol.
La Constituci¨®n tiene el art¨ªculo 143, el 151 y malo ser¨¢ que no se saquen de la manga otros para complicar las cosas y llegar al estado de ?anomal¨ªas?, que es lo que sucede ahora en Espa?a, que todo es an¨®malo.
Autonom¨ªa
Autonom¨ªa, s¨ª, en las regiones en que la pide la mayor¨ªa, no en las que la piden cuatro se?ores, que s¨®lo piensan en figurar y tener sus partiditos para hacer demagogia en beneficio propio, y no tienen respaldo popular.
El Gobierno del 14 de abril aprob¨® la separaci¨®n de la Iglesia y el Estado y se decret¨® la libertad religiosa sin discriminaciones para nadie.
Se aprob¨® una ley de Divorcio en la que se pod¨ªa obtener la separaci¨®n de los matrimonios frustrados, consiguiendo igualdad para todos los espa?oles, sin distinci¨®n de castas o categor¨ªas, amparando los leg¨ªtimos derechos de los hijos.
Se termin¨® la ley de Ense?anza Obligatoria No Confesional y se crearon m¨¢s escuelas en dos a?os que en cien a?os del r¨¦gimen anterior.
Se firm¨® asimismo un nuevo concordato con la Santa Sede, con di¨¢logo abierto y fruct¨ªfero por ambas partes.
Se hizo la reforma del Ej¨¦rcito, reduciendo sus cuadros de mando a las necesidades del pa¨ªs en aquellas fechas, sin perjudicar los intereses personales de los jefes y oficiales que se retiraron voluntariamente con todos sus haberes.
Se estudi¨® y se pusieron las bases para una aut¨¦ntica reforma agraria y para tratar de resolver las injusticias sociales perennes en nuestra historia.
Se concedi¨® el voto a la mujer, a pesar de conocer los gobernantes de aquella ¨¦poca la influencia en Espa?a hasta esas fechas de los confesonarios, tan visitados por las mujeres espa?olas.
Cuando en 1933 se disolvieron las Cortes Constituyentes y se convocaron nuevas elecciones se cometi¨® el gran error por el PSOE de no querer ir en conjunci¨®n con los republicanos de izquierda, por creer este partido que solo alcanzar¨ªa el triunfo, y efectivamente, el PSOE fue la minor¨ªa m¨¢s numerosa del nuevo Parlamento, pero las derechas unidas alcanzaron la mayor¨ªa y gobernaron esos a?os hasta 1936, deshaciendo la labor de los primeros a?os de la Rep¨²blica.
En las elecciones de febrero de 1936 vuelven los partidos de izquierda a concurrir unidos a las elecciones y, sin tomar parte en el Gobierno que presid¨ªa Portela-Valladares, vuelven a triunfar como ocurri¨® el a?o 1931, y un grupo de militares y la extrema derecha, la Iglesia y el gran capital se sublevan contra el poder constituido leg¨ªtimamente, iniciando una guerra con el apoyo de las potencias fascistas, en contra de la democracia.
Este triunfo electoral est¨¢ ligado completamente al ideario del 14 de abril y a los dos primeros a?os de rep¨²blica.
Tiene cierta gracia, aunque nos d¨¦ pena, cuando se nos repite que el cambio se ha hecho desde la legalidad. ?Qu¨¦ legalidad puede tener un r¨¦gimen de fuerza por mucho que haya durado?
Admitimos que hubo en Espa?a en esos a?os un Estado de hecho, pero nunca de derecho.
La ¨²nica forma de volver a la legalidad hubiera sido poner en vigor la Constituci¨®n del a?o 1931 y luego, si hubiera sido preciso, modificarla, pero dentro de un mecanismo constitucional, que podr¨ªa haber sido:
1. Solicitar del pueblo espa?ol, mediante refer¨¦ndum, la forma de Estado que prefiere.
2. Convocar Cortes Constituyentes.
3. Elaborar la Constituci¨®n.
Lo que tiene que hacer el Gobierno de Espa?a es gobernar para todos los espa?oles, no para su partido, y llamar a las cosas por su nombre, sin abusar del consenso, y ahora del concierto y quiz¨¢ ma?ana del pastel.
El 14 de abril, repetimos, fue producto del renacer pol¨ªtico y c¨ªvico del pueblo espa?ol; en ¨¦l se conjugaron los deseos de profesores y alumnos, profesionales y artesanos, campesinos y obreros, artistas y comerciantes y, en general, todas las capas sociales, para dar a nuestro pa¨ªs nuevas estructuras pol¨ªticas, econ¨®micas y sociales, de acuerdo con su tiempo.
Las instituciones seculares conspiraron directa e indirectamente contra la Rep¨²blica; la oposici¨®n de ambos lados la atacaba con toda clase de pretextos. Para unos era demasiado avanzada, en cuanto ?Espa?a?, dec¨ªan, ?no estaba preparada para aquellos cambios?; otros cre¨ªan que se iba demasiado despacio. ?Qu¨¦ diferencia con la actualidad, en que los consensos y conciertos privan a todos los niveles, con el deseo de no hacer nada aparentando que se sigue un camino de progreso.
El 14 de abril de 1931 requiri¨® lo que es v¨¢lido tambi¨¦n hoy, en 1981: que los problemas nacionales se estudien y resuelvan en el foro nacional, que debe ser el Congreso de los Diputados, y que su soberan¨ªa sea acatada sin discusi¨®n por los dem¨¢s estamentos.
Todas estas ilusiones y conquistas fueron destruidas por los mismos que se oponen ahora a que se consolide la democracia en Espa?a.
Esperamos que la energ¨ªa de los actuales gobernantes impida volver a los a?os cuarenta.
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