El alcalde de Bayona (Pontevedra), dispuesto a autorizar una urbanizaci¨®n junto al parador Conde de Gondomar

El enorme revuelo que ha causado en Bayona (Pontevedra) el conflicto de las vendedoras de la plaza de Abastos, que ha provocado incluso amenazas de muerte, no es el ¨²nico tema que tiene divididos a los bayoneses. Recientemente, el alcalde de la villa, el independiente Benigno Rodr¨ªguez Quintas, ha manifestado p¨²blicamente que est¨¢ dispuesto a conceder autorizaci¨®n municipal para construir una urbanizaci¨®n en la ladera de la pen¨ªnsula en la que se asienta el castillo de Monte Real y parador nacional Conde de Gondomar, a pesar de que esa parcela est¨¢ calificada como zona verde de uso p¨²blico.

La parcela en cuesti¨®n ocupa la ladera suroeste de la pen¨ªnsula de Monte Real, o Monte Boi, al pie del recinto amurallado que data del siglo XV y en cuyo interior se construy¨® el parador nacional Conde de Gondomar cuando era ministro de Informaci¨®n y Turismo, Manuel Fraga.La pen¨ªnsula de Monte Boi era propiedad de la familia Bedri?ana, a la que, a trav¨¦s del entonces ministro secretario general del Movimiento, Jos¨¦ Sol¨ªs, se le sugiri¨® que rechazase una oferta de un grupo norteamericano para aceptar la del Ministerio de Informaci¨®n y Turismo (MIT). Los americanos ofrec¨ªan unos cien millones de pesetas, pero los Bedri?ana aceptaron los diecinueve millones del MIT, por patriotismo.

El Ministerio de Informaci¨®n y Turismo se hizo cargo de todo el recinto amurallado y dej¨® a la familia propietaria una parcela de 15.000 metros cuadrados, en la que podr¨ªan construir hasta un m¨¢ximo del 30% de su superficie, siempre que no se sobrepasen las dos alturas y media y que las construcciones resultasen acordes con el paisaje y con la perspectiva.

La parcela se desvaloriz¨® sensiblemente, puesto que cualquier intento de la familia de obtener un beneficio tropezaba sistem¨¢ticamente con la oposici¨®n del Ayuntamiento y la legislaci¨®n sobre protecci¨®n de recintos militares, playas y costas.

Sin embargo, recientemente hizo su aparici¨®n en la zona una misteriosa sociedad, en la que aparec¨ªa como apoderado el alcalde de Gondomar, Jos¨¦ Lis Costas, que logr¨® comprar a la familia Bedri?ana la parcela, por unos ocho millones de pesetas. Despu¨¦s se desvelar¨ªan las intenciones de los compradores: construir una urbanizaci¨®n de ?chal¨¦s r¨²sticos en una zona divina?, seg¨²n la expresi¨®n del alcalde de Gondomar.