Medio siglo despu¨¦s del 14 de abril
Hoy hace cincuenta a?os, Espa?a viv¨ªa uno de los grandes entusiasmos colectivos de su historia: sin derramamiento de sangre, quedaba proclamada la Rep¨²blica. En una r¨¢pida y pac¨ªfica transici¨®n, Espa?a se hab¨ªa acostado mon¨¢rquica y se hab¨ªa levantado republicana. ( ... )En un pa¨ªs que intentaba llevar a cabo con casi siglo y medio de retraso la revoluci¨®n liberal, en un pa¨ªs dominado por caciques y con unas estructuras sociales medievales, la Rep¨²blica significaba para muchos de sus partidarios el pan que les negaban los terratenientes y las estructuras olig¨¢rquicas. Para otros equival¨ªa al anticlericalismo m¨¢s radical, por cuanto la cruz hab¨ªa sido convertida en s¨ªmbolo de todas las intolerancias. Para las multitudes que invadieron las calles de todas las ciudades de Espa?a, la palabra Rep¨²blica ten¨ªa otras muy diferentes traducciones: para unos era la Francia liberal, librepensadora e industrializada; para otros era el Octubre igualitario sovi¨¦tico; y en Catalunya y Andaluc¨ªa, sobre todo, no faltaban los que la consideraban como el primer paso para llevar a cabo el sue?o libertario.
El no es eso, no es eso de Ortega, resumi¨® la pronta decepci¨®n de los intelectuales ante un r¨¦gimen sacudido por toda clase de impaciencias, que, curiosamente, no afront¨® las de tipo social y que mantuvo intactas las estructuras sociales, pese a lo cual se defini¨® en la nueva Constituci¨®n como una Rep¨²blica de trabajadores. ( ... )
Espa?a vive hoy su ¨²ltima oportunidad regeneracionista. El dilema ya no est¨¢ entre rep¨²blica o monarqu¨ªa, sino entre democracia o tiran¨ªa. El trabajo de medio siglo ha hecho cambiar el contexto social, sobre el que es posible edificar ya un futuro de convivencia. Pero los enemigos de esta convivencia, que han mantenido intactas en nuestra atemorizada reforma pol¨ªtica sus posiciones, siguen avivando cada d¨ªa el fuego de la conspiraci¨®n. ( ... )
14 de abril.
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