El presidente del Gobierno se integra en el ambiente popular de la Semana Santa sevillana
Las manifestaciones de la Semana Santa, que se multiplican estos d¨ªas en Andaluc¨ªa, han contado con el apoyo oficial de los ayuntamientos democr¨¢ticos, cuyos alcaldes y concejales de los distintos partidos pol¨ªticos han dado escolta a las distintas figuras de la gran representaci¨®n de la pasi¨®n y muerte de Cristo. El propio presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, se integr¨® en el ambiente de fervor procesional que inunda estos d¨ªas Sevilla. Nuestro corresponsal en esta ciudad, Jos¨¦ Aguilar, y el de C¨®rdoba, Sebasti¨¢n Cuevas, describen algunas im¨¢genes de estos d¨ªas.
El presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, asisti¨® ayer en la catedral de Sevilla a los oficios del Jueves Santo, visit¨® las iglesias-sede de varias cofrad¨ªas y se dio un moment¨¢neo ba?o de multitud en la madrugada de hoy, mezcl¨¢ndose con el pueblo andaluz y for¨¢neo para contemplar el paso de las procesiones. El presidente declar¨® a una emisora local que esperaba poder olvidarse de los problemas por unos d¨ªas.Calvo Sotelo, que lleg¨® en un vuelo regular de Iberia acompa?ado de su esposa y dos de sus hijos, viaj¨® a la particular representaci¨®n que hace el Sur de la pasi¨®n y muerte de Jesucristo. Lo primero que hizo fue cumplir con el rito oficial de ofrendar un ramo de flores a la imagen de la Virgen de los Reyes, patrona de la ciudad.
Por la noche, el presidente contempl¨®, desde un balc¨®n, la entrada de los pasos de la Hermandad del Baratillo, fundada en el siglo XVII y apadrinada espiritualmente por un san Jos¨¦ cuya talla fue donada por el torero Pepe Hillo. La iglesia en cuesti¨®n se encuentra junto a la Maestranza, en el barrio del Arenal, antigua zona picaresca y tabernaria de Sevilla. Como nazareno de esta cofrad¨ªa figuraba el consejero de Agricultura de la Junta de Andaluc¨ªa, Jos¨¦ Gonz¨¢lez, que hab¨ªa prometido hacer esta penitencia durante los miedos que sufri¨® el 23-F en el Congreso de los Diputados.
Una vez concluida la procesi¨®n, Leopoldo Calvo Sotelo pase¨® entre la gente que iba de recogida, para sofoco de escoltas y autoridades, cumpliment¨® la liturgia sevillana del chocolate con churros (fue invitado por los due?os de un chiringuito) y recibi¨® saludos variados y alg¨²n abucheo ocasional, que de todo hubo en la noche semanasantera del jefe del Gobierno.
Ayer, la jornada del presidente conjug¨® tambi¨¦n lo oficial con lo popular. Hubo visitas a las hermandades, oficios religiosos en la catedral y presidencia en los palcos de la plaza de San Francisco, donde acude puntualmente la Sevilla establecida para ver y ser vista, aunque son ya numerosas las autoridades y jerarqu¨ªas que prefieren esos momentos de los pasos por calles angostas y oscuras en los que la Semana Santa sevillana cobra su m¨¢xima significaci¨®n est¨¦tica.
Alguno de esos momentos habr¨¢ vivido Calvo Sotelo, seg¨²n el programa previsto, en esta madrugada del Viernes Santo -la madrug¨¢ de los sevillanos-, en que salen a la calle las m¨¢s renombradas cofrad¨ªas: la Macarena (1.600 nazarenos), el Gran Poder, la Esperanza de Triana, los Gitanos, el Calvario o el Santo Entierro. Anoche, a las doce, el presidente habr¨¢ visto la salida de esa Macarena que visti¨® de luto a la muerte de Joselito y habr¨¢ admirado la marcha de la centuria romana -los armaos- que no son cien, sino noventa, visten trajes de 100.000 pesetas y usan aut¨¦nticas plumas de avestruz de Africa, tra¨ªdas de Nueva York por un cubano que no vive en Cuba.
C¨®rdoba celebra con un ostensible resurgimiento de piedad los desfiles procesionales de su Semana Santa, informa Sebasti¨¢n Cuevas.
Jos¨¦ Sol¨ªs Ruiz, alcalde honorario de Cabra, declar¨® ?haberse quitado unos a?os de encima? cuando el mi¨¦rcoles santo presidi¨®, despu¨¦s de una d¨¦cada de ausencia, el desfile procesional de Nuestro Padre Jes¨²s de las Necesidades, junto al alcalde socialista de su pueblo, Juan Mu?oz, y el hombre-bisagra, Paco Carmona, que fund¨® con una lata de carne de membrillo de Puente Genil el primer transmisor de lo que fue una emisora de la cadena sindical.
Pero, como cada a?o, la que la arm¨® fue Baena. En el rinc¨®n donde confluyen las campi?as cerealistas con las tierras del olivo, coliblancos y colinegros se disputan el orgullo de batir la badana de los tambores con mayor estruendo. Treinta kil¨®metros dicen que mide el c¨ªrculo de la audiencia. A Juan Bernier, el poeta de C¨¢ntico, el estruendo le rememora ?la tradici¨®n fronteriza medieval con el reino nazar¨ª granadino, cuando se convocaba a guerra a labriegos y soldados?.
Una liturgia antigua
Por las tierras de Montoro, bermejas de almagras, una liturgia inocente y repetida deambula por las viejas calles de rojas casas con escudos pret¨¦ritos. Abajo, desde la retamar, una menestral¨ªa piadosa sube con cirios y tambores hasta el coraz¨®n burgu¨¦s del pueblo.E n la capital, los barrios y los gremios desempolvan antiguas devociones, y cientos de miles de devotos, unos penitentes, otros fieles espectadores, siguen los desfiles procesionales en la carrera oficial para desparramarse cada uno hacia su barrio a la hora de la entr¨¢, al filo de la madrugada, de una teor¨ªa de v¨ªrgenes y cristos elevados en andas barrocas entre nubes de incienso, claveles y saetas.
Por la juder¨ªa, el V¨ªa Crucis del Santo Cristo de la Soledad hizo su desfile por calles donde no puede desplegarse totalmente un pa?uelo, blancas y dolorosas, a las que ha regresado la vieja tradici¨®n de los altares populares, los monumentos para las estaciones de penitencia. Con los altares ha renacido la vieja saeta de Antonio Chac¨®n o Manuel Torres: ??Que bonito est¨¢ el monumento / con las luses ensend¨ªas! / ?Mujeres que est¨¢is endentro / despertad si est¨¢is dorm¨ªas / y adorad al Sacramento!?.
Colaboraci¨®n de la izquierda
El Ayuntamiento, regido por un comunista, que recibi¨® el Domingo de Ramos cr¨ªticas a la ausencia de la gr¨²a para desocupar de veh¨ªculos el itinerario, ha puesto al servicio de la agrupaci¨®n de cofrad¨ªas no s¨®lo las gr¨²as, sino a toda la plantilla del cuerpo de Polic¨ªa Municipal, que ha desembarazado de todo obst¨¢culo a los desfiles procesionales, menos el de la lluvia, que apareci¨® el mi¨¦rcoles en forma de tormenta y estrope¨® la fiesta. ?No creo que nos echen la culpa del agua?, se lamentaba el Jueves Santo un concejal de izquierdas.
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