"Las asociaciones de consumidores deben ir hacia su propia autofinanciaci¨®n"
Carlos Alonso de Velasco proviene de Presidencia del Gobierno donde ha ocupado hasta ahora el cargo de director general de Relaciones Administrativas y es concejal de UCD por el distrito de Chamber¨ª en el Ayuntamiento de Madrid. En su trayectoria profesional, sin embargo, no ha habido ning¨²n tipo de contacto con el mundo de los consumidores, en el que ¨¦l mismo afirma que acaba de aterrizar.En una primera toma de contacto, el nuevo director del INC ha declarado a EL PA?S que todav¨ªa necesita tiempo para conocer el funcionamiento del Instituto, cambiar impresiones con las distintas asociaciones de consumidores y profundizar, en definitiva, en la problem¨¢tica del consumidor. Mientras, ha informado a EL PA?S sobre sus opiniones a nivel general.
?Creo que las asociaciones de consumidores deben ser una pieza de equilibrio din¨¢mico entre el Estado y los productores en la defensa de sus leg¨ªtimos intereses, aunque hasta el momento han tenido poca fuerza dentro del conjunto de la sociedad?. Respecto al tema conflictivo del reparto de las subvenciones que el Instituto da a las organizaciones, Alonso de Velasco declar¨® que no le interesaba entrar en el tema del n¨²mero de socios, sino en los hechos. ?Conozco bastante a fondo el tema de los partidos y de los sindicatos y s¨¦ que todo el mundo infla las cifras de sus asociaciones; por eso soy bastante esc¨¦ptico en este tema?.
?Creo, adem¨¢s, que las asociaciones, si de verdad quieren tener fuerza, deben ir olvidando las subvenciones para tratar de autofinanciarse; nosotros no vamos a llevar un papel paternalista a la hora de potenciar a las organizaciones?.
En cuanto al papel que deben seguir estas organizaciones, el director del INC cree que sus reivindicaciones no s¨®lo deben estar en una actitud puramente defensiva, sino que deben emprender una labor educativa y creadora de nuevas formas de consumo.
Los problemas del Instituto
Lo cierto es que durante estos tres meses el Instituto pr¨¢cticamente ha estado inactivo y con problemas interiores debido, sobre todo, a la falta de clarificaci¨®n laboral que existe en este organismo desde que pas¨® a ser aut¨®nomo en el a?o 1978. Desde entonces, las cincuenta personas que trabajan en el INC tienen car¨¢cter de contratadas y s¨®lo un peque?o grupo de ocho o diez son funcionarios de la Administraci¨®n o antiguos funcionarios de la AISS.Por una orden del 29 de marzo de 1978, firmada por el actual ministro de Econom¨ªa y Comercio, Garc¨ªa Diez, se le atribu¨ªa al Instituto Nacional de Consumo las funciones que deb¨ªa desarrollar para la defensa de los consumidores y se les encomendaban tambi¨¦n las funciones de la extinguida Subdirecci¨®n General de Protecci¨®n al Consumidor. Se dec¨ªa tambi¨¦n c¨®mo hab¨ªa de regirse interna y org¨¢nicamente el Instituto.
Sin embargo, no s¨®lo no ha habido ninguna oposici¨®n para cubrir las plazas que deb¨ªa tener el Instituto, sino que tampoco se han aprobado los presupuestos internos por los que se debe regir. Esto quiere decir que las cincuenta personas que trabajan all¨ª en r¨¦gimen de contrataci¨®n no tienen ninguna escala laboral ni cobran un sueldo correspondiente al trabajo que realizan, a lo que se suma que, a?o a a?o, tienen que renovar su contrato.
Organismo muerto
Aparte del problema puramente interno y laboral, el Instituto aparece dentro del marco de la Administraci¨®n como un organismo muerto, por el que han pasado desde su creaci¨®n tres directores: Jos¨¦ Luis Ruiz Navarro, Jos¨¦ Mar¨ªa Bengoechea Calvo y Pablo Gonz¨¢lez Liberal. En justicia hay que decir que s¨®lo en los ¨²ltimos a?os el Instituto tom¨® algo de importancia en relaci¨®n con la defensa de los consumidores, dentro, claro est¨¢, de lo poco que el Instituto puede hacer por ellos. Por ejemplo, se celebraron unas Jornadas de Monitores de Consumo a las que asistieron invitadas todas las organizaciones censadas; se present¨® un corto sobre electrodom¨¦sticos-..?Y llegaron los robots?- al festival de Berl¨ªn, que acaba de obtener dos premios; se crearon premios de periodismo y se puso en marcha un gabinete de Prensa que en la actualidad se dedica a realizar guiones de radio patrocinados por el Instituto sobre cosas tan variopintas como el mejill¨®n, el jam¨®n de York o las lavadoras.Ninguno de los presidentes que ha pasado por el Instituto ha conseguido poner en marcha una revista de informaci¨®n y defensa del consumidor, donde se publiquen an¨¢lisis comparativos de productos, avalados por el propio INC, tal y como existe en Francia con la revista 50.000 millions de consomateurs, de la que se tiran casi medio mill¨®n de ejemplares. Al parecer, la Administraci¨®n dio un frenazo en seco a esta posibilidad y las m¨¢quinas encuadernadoras que ya se hab¨ªan comprado para editar la revista esperan muertas en una habitaci¨®n de la sede del Instituto.
Esto, unido a la falta de competencia que tiene el INC en el ¨¢mbito de la disciplina de mercado, hace que este organismo haya nacido pr¨¢cticamente muerto, ya que su papel es puramente de mediador entre los consumidores y la Administraci¨®n. En ning¨²n fraude importante el INC cuenta con un papel protagonista; simplemente se limita a observar. No puede imponer sanciones ni denuncias, ¨²nicamente puede formular una petici¨®n de denuncia al organismo que en cada caso corresponda y siempre tratar¨¢ de actuar como mediador en las reclamaciones que le formulen los consumidores.
Epoca de crisis econ¨®mica en el pa¨ªs
El Ministerio de Econom¨ªa y Comercio afirma querer potenciar el Instituto de Consumo, as¨ª como las distintas asociaciones de los consumidores, antes que aprobar una ley que regule la defensa. Sin embargo, esto se contradice con los recortes administrativos que se est¨¢n haciendo dentro del Instituto, debido a la crisis econ¨®mica que sufre el pa¨ªs. Por ejemplo, este a?o se han congelado los sueldos y se espera que se congelen tambi¨¦n las subvenciones que se aprueben para el a?o 1982. En cualquier caso, las asociaciones todav¨ªa no han cobrado las correspondientes al a?o 1981, y, por lo que se ha podido saber, el Instituto va a ser bastante m¨¢s estricto en las normas que regulan el c¨®mo y el porqu¨¦ del reparto de estas subvenciones. Pero, por otro lado, se paga cerca de un mill¨®n de pesetas mensuales s¨®lo por el alquiler de la planta que hace de sede del INC en la calle madrile?a de Juan Bravo.Esto es importante si se tiene en cuenta que los recursos del Instituto vienen s¨®lo de los cr¨¦ditos consignados en los Presupuestos Generales del Estado y de los ingresos que les proporcione la venta de sus publicaciones, ingresos estos ¨²ltimos que no pueden ser muy altos, ya que de las siete publicaciones que en la actualidad vende el Instituto la m¨¢s cara es de cuatrocientas pesetas. Se ha hecho un intento para vender las pel¨ªculas educativas que ha realizado el Instituto a los cines comerciales, pero ha sido rechazado al no cubrir la cuota de pantalla, por lo que en la actualidad el Instituto ha interpuesto un recurso ante el Ministerio de Cultura.
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