Harry Hopmman, el maestro australiano, dar¨¢ un curso en Madrid
Manuel Santana reuni¨® ayer en las instalaciones del Cuartel de la Monta?a a los medios informativos para informar sobre la llegada, el pr¨®ximo lunes, del maestro australiano Harry Hopmman considerado como el mejor entrenador de Copa Davis, y, al mismo tiempo, hacer un balance del trabajo de la Escuela de Tenis, a trav¨¦s de la que Hopmman impartir¨¢ un cursillo en Madrid, desde que ¨¦sta se fund¨® por iniciativa del propio Santana con el apoyo de Benito Castej¨®n, entonces director general del Consejo Superior de Deportes.
Manuel Santana, incomprensiblemente apartado o marginado del mundo oficial del tenis espa?ol durante cinco a?os, explic¨® con meridiana claridad que fue Benito Castej¨®n quien le dijo que ten¨ªa que incorporarse al tenis de alguna manera. Santana no tuvo ning¨²n inconveniente en manifestar que no lo hab¨ªa. hecho por sus claras diferencias en la forma de actuar de la Federaci¨®n Espa?ola y de la forma de trabajar de algunos de sus t¨¦cnicos. ?Nunca tuve?, dijo, ?nada contra su presidente, Pablo Llorens, pero s¨ª con la forma de trabajar que llevaban?.De la mano de Benito Castej¨®n, Santana decidi¨® la creaci¨®n de esta escuela. ?Es evidente que ahora las figuras hay, que crearlas de otra forma. Ya no hay recogepelotas como nosotros, y de esto, y ya lo he repetido varias veces, hay que alegrarse socialmente; pero el tenis se resentir¨¢. Para ocupar este vac¨ªo, la ¨²nica forma de asegurar el futuro del tenis es crear este tipo de escuelas donde acude todo tipo de gente, universitarios incluidos. Gente que quiere hacer algo al margen desu profesi¨®n. Tal y como est¨¢n las cosas, hacen falta profesores y monitores. Se les exige mucho porque ellos ser¨¢n los responsables del nivel que pueda adquirir el tenis espa?ol?.
Santana celebr¨®, por un lado, el que a partir de ahora los presupuestos de la Escuela de Tenis estuviesen incluidos en los de la Federaci¨®n; pero, al mismo tiempo, no tuvo inconveniente en decir que, por ejemplo, en el caso de que la escuela trajera a un hombre de la val¨ªa y talla de Harry Hopmman, la espa?ola no quiso saber nada en el aspecto econ¨®mico?. Esto nos ha llevado a tener que cobrar 15.000 pesetas a cada cursillista. Ser¨¢n cincuenta y, afortunadamente, hemos tenido que seleccionar porque hab¨ªa muchas peticiones. Con estos ingresos cubrimos los gastos. Hopmman se ha portado magn¨ªficamente y tan s¨®lo cobrar¨¢ viajes y estancia de ¨¦l y su mujer. Despu¨¦s, alg¨²n regalo. Creo que merece la pena tener con nosotros a un hombre con este historial tenistico, que nos puede ayudar tanto a los profesores como a nivel de Copa Davis?.
Harry Hopmman gan¨® la Copa Davis en 1939, y despu¨¦s, cuando volvi¨® en 1950, despu¨¦s de haber estado ausente como capit¨¢n durante once a?os, Australia consigui¨® quince triunfos a lo largo de los diecinueve a?os siguientes.
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