El Gobierno de Bonn no se siente culpable de la muerte, por huelga de hambre, del terrorista Sigurd Debus
El Gobierno federal alem¨¢n no se siente responsable de la muerte del terrorista Sigurd Debus, fallecido a consecuencia de una huelga de hambre, ni tampoco ve ninguna culpa de otros organismos estatales, declar¨® el ministro federal de Justicia, el socialdem¨®crata Juergen Schmude (SPD), a la revista Quick. Schmude fue muy criticado por su carta de respuesta a la organizaci¨®n humanitaria Amnist¨ªa Internacional, en la que apuntaba la posibilidad de mejorar las condiciones de encarcelamiento de los presos por terrorismo. En su entrevista con Quick, Schmude dice que ? desgraciadamente, Debus llev¨® tan lejos su huelga de hambre, que al final ya no se pod¨ªa hacer nada?.El ministro declara que en esa situaci¨®n, ?la ¨²ltima decisi¨®n corresponde a los m¨¦dicos. El legislador s¨®lo puede ofrecer un marco legal. Cuando existe peligro agudo de muerte, la alimentaci¨®n forzada es un deber, porque la vida tiene prioridad sobre otros criterios. La dificultad grave est¨¢ en calcular el momento en que la vida corre peligro ?.
Schmude se manifiesta contrario a aplicar en la RFA la normativa brit¨¢nica, respeta la voluntad de los presos en huelga de hambre hasta dejarlos morir, ?nosotros queremos evitar que se deje morir a los presos conscientemente. Si se va tan lejos, no hay ning¨²n freno. El Estado tiene que intervenir y tirar del freno?.
El ministro dice que no prometi¨® suavizar las condiciones de encarcelamiento, sino que apunt¨® la posibilidad de cambios, una vez acabada la huelga de hambre, lo que corresponde a la administraci¨®n de Justicia de cada Estado (land), que ?se orientar¨¢ seg¨²n las circunstancias de cada caso individual?.
Schmude rechaza la exigencia de los presos de reunirse en grupos de quince personas de ideolog¨ªa af¨ªn, porque ?el r¨ªesgo para la seguridad ser¨ªa demasiado grande?, pero dice que ?se pueden encontrar medios y v¨ªas para reunir a varios, de forma que ninguno est¨¦ completamente solo. Para eso no se habr¨ªa necesitado una huelga de hambre?.
Recientemente, un periodista visit¨® la prisi¨®n de Berl¨ªn-Moabit, donde se encuentra la discutida ?galer¨ªa de alta seguridad? para presos por delitos de terrorismo.
El periodista describi¨® en la radio sus impresiones, ?un hombre est¨¢ sentado ante cuarenta pantallas, rodeado de luces rojas, de botones y tel¨¦fonos. La mayor¨ªa de las pantallas muestran pasillos con aspecto de catacumba y numerosas puertas. En otra pantalla se ve una habitaci¨®n con una mesa de pimp¨®n y aparatos para hacer gimnasia. Una de las numerosas c¨¢maras enfoca a cuatro hombresen el patio, donde dos pasean despacio y otros dos corren y rebasan repetidas veces a los que pasean. Al fondo se ve una torre de control?.
Visi¨®n l¨²gubre
El periodista comenta que ?la primera impresi¨®n del visitante evoca espont¨¢neamente la l¨²gubre visi¨®n de George Orwell en 1984?.La galer¨ªa de alta seguridad en la vieja prisi¨®n de Berl¨ªn-Moabit se inaugur¨® en enero de 1980 y cost¨® 250 millones de pesetas. Hay sitio en esa galer¨ªa para veintisiete presos. La decisi¨®n de construir esa galer¨ªa de alta seguridad se tom¨® despu¨¦s de dos espectaculares fugas de presos.
El proyecto fue muy criticado. Simpatizantes de los presos hablaron de ?muerte blanca? en las celdas, con controles ¨®pticos y ac¨²sticos que lo registran todo. La derecha habl¨® de una ?c¨¢rcel de cinco estrellas?.
La galer¨ªa de alta seguridad tiene siete departamentos separados con celdas integradas, hay un m¨®dulo de hasta siete celdas y otro de s¨®lo dos. Cada departamento separado est¨¢ conectado con sus celdas en una sala com¨²n. Actualmente, en Moabit hay tres grupos de presos por terrorismo: un grupo de cinco hombres y dos grupos de cuatro y tres mujeres.
Los hombres son miembros del Movimiento Dos de Junio, de la llamada ?segunda generaci¨®n terrorista?, que tom¨® el nombre en recuerdo de la fecha de la muerte del estudiante Benno Olinesorg, el 2 de junio de 1967, en una manifestaci¨®n contra el difunto sha de Persia. Esa fecha est¨¢ considerada clave en el movimiento estudiantil alem¨¢n.
En Moabit el d¨ªa comienza a las seis de la ma?ana con un control rutinario de celdas. De siete a 7.30 se sirve el desayuno con un carrito que recorre las celdas. Despu¨¦s, cada grupo tiene una hora de salida al patio de la c¨¢rcel. Sigue la asistencia a procesos de los presos o la hora de visitas privadas o de los abogados.
Las visitas de los abogados, que no son controlados, se realizan con un cristal de por medio para evitar todo contacto. Con las visitas privadas puede haber contacto, dar la mano o besarse, pero en presencia de un polic¨ªa y un funcionario de prisiones, y despu¨¦s sigue un registro de los presos.
A las doce se reparte la comida normal y despu¨¦s se abren las celdas de cada grupo hasta las diez de la noche. A las tres de la tarde se sirve una cena fr¨ªa, que suelen tomar m¨¢s tarde en grupo. Los presos ven la televisi¨®n, escuchan la radio o leen hasta las diez de la noche. Cada dos semanas hay un registro intensivo de las celdas y cada dos meses se saca todo y se hace un control exhaustivo.
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