Acci¨®n conjunta para mejorar el h¨¢bitat minero

Un plan para impulsar la mejora del h¨¢bitat minero asturiano, gravemente deteriorado por el incumplimiento de los compromisos adquiridos por la Administraci¨®n, ha sido presentado en el Ministerio de Administraci¨®n Territorial por el gobernador civil, Jorge Fern¨¢ndez, y una representaci¨®n de los alcaldes de los municipios afectados.

Dicho plan, aceptado previamente por los alcaldes la mayor¨ªa socialistas, ser¨¢ financiado por el Estado, la Diputaci¨®n y los ayuntamientos. La inversi¨®n calculada inicialmente es del orden de cuatrocientos millones de pesetas. Los pilares de la participaci¨®n de la Diputaci¨®n y los ayuntamientos ser¨ªan, seg¨²n la propuesta hecha, el canon el¨¦ctrico, que las corporaciones provinciales comenzar¨¢n a percibir este a?o, y que para Asturias supondr¨¢ del orden de 3.500 millones de pesetas en 1987, y el impuesto sobre la producci¨®n de carb¨®n.A este respecto, los directores generales de Administraci¨®n y de Cooperaci¨®n Local informaron a las autoridades asturianas que la figura impositiva del carb¨®n ser¨¢ sustituida en la nueva ley de R¨¦gimen Local por la concesi¨®n a determinados municipios tur¨ªsticos e industriales de una carta econ¨®mica especial que les facultar¨¢ para imponer una serie de recargos no contemplados en la actual legislaci¨®n de las haciendas locales.

Explotaci¨®n intensiva

La cuenca minera asturiana se vio extremadamente castigada por una explotaci¨®n intensiva entre 1936 y 1950, etapa en la que el carb¨®n desempe?¨® un papel energ¨¦tico de primer orden. Entre la guerra civil espa?ola y la segunda guerra mundial, las minas asturianas llegaron a tener un n¨²mero de trabajadores que duplicaba la plantilla actual. Este hecho, unido al incumplimiento de las normas de polic¨ªa minera y a la concentraci¨®n de la poblaci¨®n en pueblos pegados a la bocamina, provoc¨® un grave deterioro ecol¨®gico en toda la zona. Las escombreras invadieron los cauces de los r¨ªos, provocando inundaciones, y llegaron a cambiar la ventilaci¨®n natural. En los montes sufrieron cortes fuentes y caudales.En Mieres, una escombrera derrumb¨® el muro del cementerio municipal y los vecinos tuvieron que rescatar los cad¨¢veres. Para resolver el problema del h¨¢bitat minero, el Gobierno emprendi¨® en 1967 un plan extraordinario, que pretend¨ªa fundamentalmente mejorar la red viaria. Pero unos caminos fueron construidos de forma distinta a como hab¨ªan sido proyectados, otros no llegaron a terminarse, y ninguno de ellos tiene hoy un titular encargado de su conservaci¨®n, porque ni el Estado, ni la Diputaci¨®n, ni los ayuntamientos se hicieron cargo de ellos.

La obra est¨¢, pues, incompleta y abandonada. Los municipios mineros est¨¢n dispuestos a colaborar en la mejora del h¨¢bitat, pero exigen previamente la soluci¨®n de la grav¨ªsima crisis de sus haciendas municipales, motivada por la insuficiente compensaci¨®n recibida por la actividad minera.

Por otra parte, la industria extractiva de carb¨®n no tributa por cuota fija y existe un n¨²mero muy elevado de viviendas de protecci¨®n oficial que pagan tasas y arbitrios muy reducidos. Los ayuntamientos mineros percibieron solamente setenta millones de pesetas en 1980, cantidad considerada un¨¢nimemente rid¨ªcula para una producci¨®n de nueve millones de toneladas de carb¨®n.