Un a?o de par¨¢lisis institucional

El 14 de abril de 1980, el Parlamento Foral de Navarra acordaba por mayor¨ªa absoluta exigir a Jaime Ignacio del Burgo su dimisi¨®n como presidente de la Diputaci¨®n y diputado foral, por sus supuestas implicaciones en el caso FASA que, en opini¨®n de la C¨¢mara, hab¨ªan quedado demostradas en las conclusiones de una comisi¨®n de encuesta creada al efecto. En cumplimiento de este acuerdo, la Diputaci¨®n Foral destituy¨® como presidente a Del Burgo dos semanas despu¨¦s, si bien ¨¦ste continu¨® como diputado, cargo al que se accede por votaci¨®n directa del electorado.En este tema, el Parlamento cometi¨® un error de bulto, ya que acord¨® exigir la dimisi¨®n del diputado, cuando ¨¦ste es un tema de la exclusiva responsabilidad de Del Burgo y de las personas que le votaron.

A partir de este error en el que incurrieron los parlamentarios, ofuscados por la pasi¨®n antidelburguista que se respir¨® en Navarra a ra¨ªz de la supuesta vinculaci¨®n de Del Burgo con un esc¨¢ndalo financiero de la empresa FASA, tema que est¨¢ actualmente en los tribunales, la vida del Parlamento Foral ha sido tormentosa y sus actividades han tenido aditamentos de cr¨®nica de sucesos, ajenos, a la vida parlamentaria. En catorce meses, se han celebrado ocho plenos, de los que cuatro han tenido que ser suspendidos, despu¨¦s de tumultuosas sesiones.

En esta situaci¨®n, Arbeloa tiene tres opciones: dimitir, en cuyo caso acceder¨ªa a la presidencia de forma interna Jos¨¦ Antonio Urbiola (Herri Batasuna); tomar medidas disciplinarias contra los parlamentarios que entorpezcan las tareas de la C¨¢mara, o expulsar a Del Burgo. Arbeloa puede optar por expulsar de la sala a Del Burgo -y atenerse a continuaci¨®n a una denuncia por un presunto delito de prevaricaci¨®n- o expulsar a los parlamentarios que protestan por la presencia del pol¨ªtico centrista, con el argumento, v¨¢lido por otra parte, de que fue el Pleno quien tom¨® el acuerdo de exigir la dimisi¨®n de Del Burgo como diputado.

Lo que no parece l¨®gico es que el Parlamento Foral de Navarra, despu¨¦s de catorce meses de sustos y sobresaltos, contin¨²e en un callej¨®n sin salida, esperando a que Del Burgo se encuentre fuera de Pamplona para convocar plenos. Esta soluci¨®n infantil no debe prolongarse por m¨¢s tiempo, so pena de entrar en un proceso irreversible de degradaci¨®n parlamentaria en Navarra.