Espa?a vibr¨® de emoci¨®n durante dos minutos de silencio
A mediod¨ªa en punto de ayer un silencio sobrecogedor se alz¨® sobre el suelo espa?ol en todos sus rincones. Millones de personas de todas las edades y todas las condiciones sociales expresaban de esta forma durante dos minutos su protesta contra el terrorismo, su reivindicaci¨®n de paz y libertad y su solidaridad con las Fuerzas Armadas y con las de seguridad del Estado, respondiendo masivamente a la convocatoria efectuada en este sentido por los cuatro partidos con mayor representaci¨®n parlamentaria: UCD, PSOE, PCE y AP.
Fueron, sin duda, los minutos m¨¢s largos y m¨¢s emocionantes de la historia de Espa?a, en los que los medios modernos de comunicaci¨®n y los m¨¢s antiguos -la radio, las campanas y los tambores- se aunaron para convocar a los que en una Espa?a en paz y libertad. El silencio que trenzaban los ta?idos de las campanas, el redoble de algunos tambores militares y las sinton¨ªas de las radios s¨®lo fue roto por aislados grupos ultraderechistas que aprovecharon el recogimiento nacional para que sus gritos contra el Rey, la Constituci¨®n y la libertad se oyeran m¨¢s. El diario El Alc¨¢zar llam¨® desde sus p¨¢ginas a que no se guardaran los dos minutos de silencio, lo que contrastaba con el resto de la Prensa.A mediod¨ªa en punto, a la llamada de las emisoras de radio, al son de las campanadas de los relojes de las plazas mayores de los pueblos de Espa?a; al sonar de las sirenas de f¨¢bricas, barcos, trenes, ambulancias, coches policiales; al ta?er de las campanas desde las iglesias m¨¢s humildes a las catedrales m¨¢s altivas, una llamada que ven¨ªa recorriendo siglos de historia desde los templos rom¨¢nicos, g¨®ticos, renacentistas, barrocos, neocl¨¢sicos o modernistas; ante el parpadeo de los sem¨¢foros de las ciudades o los pitidos de los guardias urbanos, avisando de que hab¨ªa llegado la hora, el paisaje de Espa?a cambi¨® en el acto. La pel¨ªcula de este pa¨ªs vivo, hormigueante, fren¨¦tico y apesadumbrado dio paso a la instant¨¢nea: Espa?a se rompi¨® por un momento en mil postales de plazas y calles llenas de gente.
A mediod¨ªa en punto, el silencio se hizo carne, y la emoci¨®n del momento embarg¨® a muchos de los protagonistas. La piel se erizaba, los ojos se humedec¨ªan, hab¨ªa quien cruzaba los brazos, quien se postraba de rodillas y rezaba, como hizo una mujer ante una iglesia del barrio de Malasa?a, de Madrid. A mediod¨ªa en punto sonaron en Espa?a miles de portazos de automovilistas que se bajaban de sus coches para sumarse a la manifestaci¨®n silenciosa; los metros se deten¨ªan donde quiera que la hora les sorprend¨ªa, y lo mismo hac¨ªan los trenes en cualquier punto de su trayecto, y muchos automovilistas que vivieron este momento en las carreteras. Las universidades, los colegios, se vaciaron.
Las sirenas de los barcos sonaron en los puertos
Las sirenas de los barcos sonaron en los puertos de los tres mares que rodean Espa?a, y todav¨ªa m¨¢s lejos, como ha testimoniado Onda Pesquera; los barcos que faenaban en el banco sahariano detuvieron su actividad y tambi¨¦n hicieron sonar sus sirenas para unirse al gesto pac¨ªfico de los espa?oles de tierra firme. Hasta en la isla de Hierro, el lugar m¨¢s apartado del suelo espa?ol, la llamada contra el terrorismo y la paz encontr¨® eco entre la exigua poblaci¨®n.
A mediod¨ªa en punto, el Consejo de Ministros se interrumpi¨® en la Moncloa; Jordi Pujol se puso en pie en su despacho oficial, donde s¨¦ encontraba reunido con una representaci¨®n universitaria; Carlos Garaikoetxea guard¨® silencio junto a sus colaboradores; Felipe Gonz¨¢lez, Santiago Carrillo y Rodr¨ªguez Sahag¨²n abandonaron las sedes de sus partidos y bajaron a la calle. Manuel Fraga, que se encontraba en Murcia, dirigi¨® el rezo de un padrenuestro por las v¨ªctimas del terrorismo. A esa misma hora, en el Regimiento de la Guardia Real de El Pardo, en el funeral al que asist¨ªan los Reyes, sonaba el toque de oraci¨®n por las tres v¨ªctimas del jueves.
Todas las grandes empresas del pa¨ªs -Renfe, Seat, FASA, Iberia (salvo los que se encontraban en vuelo)- y los cinturones industriales de las grandes ciudades, salvo el Pa¨ªs Vasco, donde tuvo menor acogida, se sumaron al paro. Los funcionarios de los ministerios y de los restantes departamentos de la Administraci¨®n paralizaron su actividad, y en la mayor parte de los casos salieron a las v¨ªas p¨²blicas a testimoniar su repulsa al terrorismo y su fe en la democracia.
En la casi totalidad de los ayuntamientos, la Corporaci¨®n en pleno encabez¨® la manifestaci¨®n silenciosa, mientras en muchos de ellos las banderas eran colocadas a media asta en se?al de duelo por las v¨ªctimas del terrorismo y muy especialmente por las de los ¨²ltimos d¨ªas.
Se tienen noticias muy aisladas de lo sucedido en los acuartelamientos; sin embargo, hay testimonios concretos que indican que al menos en algunos hubo actos y manifestaciones en la l¨ªnea del llamamiento efectuado por los partidos. As¨ª, por ejemplo, en Palma de Mallorca, en Capitan¨ªa General, el cuerpo de guardia hizo redoblar los tambores durante los 120 segundos convenidos. En Murcia. se respetaron los dos minutos de silencio en el Regimiento de Artiller¨ªa de Campa?a y en el Batall¨®n de Instrucci¨®n Paracaidista de Alcantarilla. En Zaragoza tambi¨¦n se guard¨® el silencio de dos minutos en algunos centros militares, aunque, al parecer, no fue posible llevar a cabo tal actitud en la Academia General Militar, por haber negado el permiso. su director accidental.
El paro no fue secundado en los cuarteles
Un portavoz del Ministerio de Defensa explicar¨ªa posteriormente que la iniciativa de los partidos ten¨ªa dif¨ªcil traducci¨®n en los cuarteles, raz¨®n por la que no ha sido seguida en la mayor parte de los casos.
El testimonio de solidaridad a las Fuerzas Armadas fue especialmente ratificado en numerosas ciudades, sobre todo andaluzas, por las autoridades locales y cargos representativos que se trasladaron, inmediatamente despu¨¦s de finalizada la manifestaci¨®n silenciosa, a los gobiernos militares y a los acuartelamientos para manifestarles a los miembros de los cuerpos armados el respaldo de la ciudadan¨ªa. Los partidos andaluces invitaron a la poblaci¨®n a que durante el d¨ªa de ayer se trasladara a los cuarteles a dar la mano a las fuerzas de seguridad ciudadana.
Adem¨¢s del llamamiento c¨ªvico efectuado desde gran parte de las iglesias de Espa?a, por medio de los toques de campana, numerosos sacerdotes y varios obispos y arzobispos realizaron actos en solidaridad con el llamamiento de los partidos pol¨ªticos.
En medios econ¨®micos tambi¨¦n fue secundado masivamente el paro de dos minutos convocado por iniciativa de los partidos mayoritarios. Las bolsas de Madrid y Barcelona se mantuvieron en silencio durante el per¨ªodo indicado, si bien la actitud del centro burs¨¢til de la capital de Espa?a se vio violentada por los gritos de j¨®venes ultraderechistas que, desde el exterior del edificio, entonaron, brazo en alto, el Cara al sol.
Todo el personal de la sede de la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales (CEOE) se concentr¨® delante del edificio central de la organizaci¨®n, Diego de Le¨®n, 50, con su secretario general, Jos¨¦ Mar¨ªa Cuevas, al frente. La Confederaci¨®n Nacional de Agricultores y Ganaderos, que celebraba una asamblea general extraordinaria, interrumpi¨® sus sesiones de trabajo y los asistentes al acto, unas doscientas personas, rezaron un padrenuestro por las v¨ªctimas del terrorismo. Noticias procedentes de nuestros corresponsales relatan numerosas adhesiones al paro por parte de entidades econ¨®micas.
En contraste con estas actitudes, la principal patronal catalana, Fomento del Trabajo Nacional, no suscribi¨® el llamamiento de todos los partidos y centrales sindicales, pese a que dicha patronal fue formalmente requerida a que lo hiciese.
El pasado mes de febrero Fomento tampoco quiso adherirse a la manifestaci¨®n unitaria de rechazo al intento de golpe de Estado del 23 de aquel mes, ni tampoco dio facilidades a las centrales sindica-
les para que fuese difundida en las empresas la convocatoria de la manifestaci¨®n, que tuvo lugar el 27 de febrero en todas las capitales de provincia de Espa?a. En aquel entonces, la solicitud a la patronal de adhesi¨®n a la manifestaci¨®n parti¨® de las centrales UGT y CC OO.
Tambi¨¦n par¨® la Conferencia de Madrid
Las delegaciones de los 35 pa¨ªses miembros de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (CSCE) se sumaron ayer al paro c¨ªvico contra el terrorismo, al interrumpir a mediod¨ªa la reuni¨®n que estaban celebrando y permanecer en pie y en silencio durante dos minutos.
Fue el embajador italiano y coordinador de la reuni¨®n de jefes de delegaci¨®n de ayer, Roberto Franceschi, quien propuso este paro de dos minutos en solidaridad con el pueblo espa?ol. Todos los representantes de los pa¨ªses miembros (Estados Unidos, Canad¨¢ y todos los europeos, excepto Albania) secundaron la iniciativa italiana y suspendieron la reuni¨®n por dos minutos, al igual que el personal que trabajaba en las distintas dependencias del Palacio de Congresos y Exposiciones.
El embajador Javier Rup¨¦rez, jefe de la delegaci¨®n espa?ola, agradeci¨® este gesto, al que calific¨® de ?suprema muestra de solidaridad con un pueblo que quiere vivir en paz, en libertad y en justicia; con un pueblo que est¨¢ haciendo todo lo posible para que as¨ª sea Rup¨¦rez dijo que ?una turbia banda de asesinos que nada tiene que ver con las necesidades y los planteamientos de este pueblo est¨¢ intentando romper la convivencia solidaria y pac¨ªfica del pueblo espa?ol... He visto como este cualificado Foro Internacional demuestra su solidaridad con su lucha y su libertad. Les estoy enormemente agradecido: as¨ª se lo transmitir¨¦ al Gobierno espa?ol, al que represento, y a ese pueblo al que sirvo?.
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