Don Juan Carlos presidi¨® los funerales por los tres militares de la Casa Real asesinados por ETAm
Los Reyes de Espa?a presidieron ayer, en el patio de armas del Regimiento de la Guardia Real, los funerales por los tres militares que resultaron muertos el pasado mi¨¦rcoles en el atentado perpetrado por la organizaci¨®n terrorista ETA Militar en Madrid contra el veh¨ªculo en el que viajaba el teniente general Joaqu¨ªn de Valenzuela, jefe del Cuarto Militar del Rey. Alrededor de 2.000 personas, la mayor¨ªa representantes de las Fuerzas Armadas, siguieron la ceremonia religiosa, a la que asisti¨® tambi¨¦n la Junta de Jefes de Estado Mayor en pleno, m¨¢ximo eslab¨®n de la cadena del mando militar. El teniente coronel Tevar fue enterrado ayer en Guadalajara.
Don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa llegaron al acuartelamiento de la Guardia Real, situado en la localidad madrile?a de El Pardo, a las once de la ma?ana. El Rey, que vest¨ªa uniforme de capit¨¢n general y usaba boina azul de su regimiento, entr¨® acompa?ado por la Junta de Jefes de Estado Mayor. En la plaza de armas del regimiento, que lleva el nombre de Reina Sof¨ªa, se encontraba en formaci¨®n un batall¨®n de la Guardia Real, formado por una compa?¨ªa de cada Ej¨¦rcito.Tras ocupar lugar preferente, los Reyes esperaron la llegada de los f¨¦retros con los restos mortales del teniente coronel Guillermo Tevar, del suboficial de escolta Antonio Noguera y del cabo conductor, Carlos Fern¨¢ndez Taboada. Los ata¨²des iban cubiertos por la bandera de Espa?a y eran portados por miembros de la Guardia Real.
Los f¨¦retros fueron colocados en un t¨²mulo frente al altar. Los Reyes ocuparon uno de los laterales junto con los componentes de la Junta de Jefes de Estado Mayor, mientras en el otro se encontraban los familiares de las v¨ªctimas. El Rey, antes de comenzar la ceremonia religiosa, coloc¨® sobre cada f¨¦retro la cruz de la Orden del M¨¦rito Militar, con distintivo blanco, concedida a t¨ªtulo p¨®stumo.
La misa c¨®rpore insepulto fue oficiada por el vicario general castrense, Emilio Benavent, junto con varios sacerdotes. Benavent, en la homil¨ªa, se refiri¨® al dolor y la amargura que sent¨ªan los all¨ª reunidos por el brutal asesinato, ?especialmente Sus Majestades, porque he podido comprobar, hablando con sus guardias, cu¨¢nto les quieren?. A?adi¨® que el pueblo espa?ol se encontraba sobrecogido ?por la tremenda carga de provocaci¨®n de los atentados contra miembros de las Fuerzas Armadas?, y pidi¨® que llegue el d¨ªa en que no vuelvan a cometerse m¨¢s atentados terroristas.
Al t¨¦rmino del oficio religioso fue depositada una corona de laurel ante el monumento a los Ca¨ªdos y posteriormente fue interpretado el toque de oraci¨®n por la banda de m¨²sica del regimiento. El batall¨®n de la Guardia Real desfil¨® posteriormente ante los tres f¨¦retros, como homenaje de despedida, mientras el Rey, desde el lugar que ocup¨® durante la ceremonia, saludaba el paso de las tropas. En ese instante, un reducido grupo de personas, la mayor¨ªa mujeres, que portaban insignias con la bandera de Espa?a, pronunciaron algunos gritos como ?Viva Espa?a? y ?Viva la unidad de la patria?, a los que siguieron otros, desde diferentes lugares, de ?Viva el Rey?.
Los tres f¨¦retros fueron introducidos, en el mismo patio de armas, en tres furgones militares, que los trasladar¨ªan posteriormente a sus lugares de origen: Guadalajara, caso del teniente coronel Tevar, y M¨¢laga y Orense, para los guardias reales Antonio Noguera y Manuel Rodr¨ªguez Taboada, respectivamente.
Los Reyes, visiblemente emocionados, se acercaron a los familiares de los militares asesinados para expresarles su condolencia y departir unos momentos con ellos, produci¨¦ndose entonces fuertes escenas de dolor.
El desalojo del recinto militar se produjo sin ning¨²n incidente, a pesar de que varias mujeres all¨ª presentes dieron gritos con intenci¨®n de que fueran secundados, sin que esto lo lograran. Sin embargo, tanto en la puerta del regimiento, ya en la calle, como en la explanada de la iglesia de El Pardo, varias personas, en su mayor¨ªa mujeres, se situaron en ambos lados de la calzada aplaudiendo insistentemente a los autom¨®viles de los generales, jefes y oficiales que hab¨ªan acudido a la ceremonia. Estas mujeres pronunciaron constantes gritos de ?Tejero, libertad? y ?Ej¨¦rcito al poder? y entonaron en varias ocasiones el Cara al sol, sin que se produjeran otros incidentes. Efectivos de la Polic¨ªa Nacional controlaron los alrededores del acuartelamiento militar.
De los tres militares asesinados, el ¨²nico que recibi¨® sepultura ayer fue el teniente coronel Tevar. Varios miles de personas asistieron a la ceremonia de inhumaci¨®n, que tuvo lugar en el cementerio de Guadalajara. Un grupo de personas enton¨® el Cara al Sol y pidi¨® a gritos ?Libertad para Tejero? y ?Ej¨¦rcito al poder?, hechos estos que se sucedieron durante todo el tiempo que dur¨® el sepelio, al que acudieron las primeras autoridades provinciales. Los furgones con los restos mortales de las otras dos v¨ªctimas llegaron a ¨²ltima hora de ayer a sus lugares de origen: M¨¢laga y Orense, donde hoy est¨¢n previstos los entierros.
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