El Mundial como, medio o como fin
En el curso de las primeras reuniones del Comit¨¦ Mixto de Seguimiento del Mundial-82 de F¨²tbol en alg¨²n momento se nos ha echa do en cara el que los socialistas quer¨ªamos ?aprovechar el Mundial para otros fines?. No negaremos que estas cr¨ªticas nos han causado cierta perplejidad, y no tanto porque no se ajusten a la realidad, ya que, por el contrario, conviene aclarar que en el PSOE la celebraci¨®n en Espa?a de la Copa del Mundo de F¨²tbol siempre se ha .considerado como un medio orientado hacia diversas metas deliberadamente ambiciosas, y no como un fin en s¨ª mismo. La sorpresa a que antes nos referimos se debe a que -tal vez ingenuamente- no cre¨ªamos los socialistas que a nadie pudiera ocurr¨ªrsele plantearse el Mundial y sus preparativos de otra forma que como un medio para alcanzar objetivos de distinta ¨ªndole, todos ellos de utilidad para nuestro pa¨ªs.En efecto, para el Partido Socialista, el Mundial-82 era, y debe seguir siendo, una excelente ocasi¨®n un medio, en primer lugar, de presentar al mundo entero una imagen aut¨¦ntica, renovada y atractiva de Espa?a y de los espa?oles. Una imagen en la que se conjugasen encantos y virtudes tradicionales -paisajes, cultura, hospitalidad, imaginaci¨®n, generosidad, alegr¨ªa...- con valores recientemente recuperados -respeto, tolerantia, libertad, democracia...- y con cualidades reales de nuestro pueblo, menos reconocidas y valoradas -honradez, seriedad, capacidad de trabajo, responsabilidad, constancia, visi¨®n organizativa, eficacia...-. El Mundial es, pues, para nosotros un medio para promocionar una imagen de Espa?a definitivamente europea y, sin embargo, entra?ablemente singular. Pero para el PSOE, un acontecimiento deportivo de la dimensi¨®n de la Copa del Mundo de F¨²tbol deber¨ªa ser adem¨¢s, por el nivel, la belleza y la emoci¨®n de sus encuentros, un medio importante para fomentar en nuestro pa¨ªs el inter¨¦s por el deporte y, sobre todo, por su pr¨¢ctica, desgraciadamente tan poco generalizada entre nuestro pueblo.
Oportunidad tambi¨¦n, y medio, nos parec¨ªa el Mundial a los socialistas, para mejorar o crear una serie de instalaciones deportivas de las que m¨¢s adelante deber¨ªan beneficiarse, por supuesto, quienes practican la alta competici¨®n, pero igualmente el pueblo en general, si la labor se lleva a cabo con el esp¨ªritu social necesario.
El Mundial pod¨ªa haber constituido, por otra parte, una soberbia ocasi¨®n y un medio -entendemos nosotros- para acometer y adelantar todo un cap¨ªtulo de obras urgentes que se precisan en catorce de las principales ciudades de nuestro pa¨ªs. Obras que, en la mayor parte de los casos, contribuir¨ªan a corregir desaguisados urban¨ªsticos causados por la especulaci¨®n inoperante bajo la dictadura. Obras, en definitiva, que habr¨¢ que llevar a cabo -con Mundial o sin ¨¦l- lo antes posible para humanizar las condiciones de vida de una parte muy significativa de la poblaci¨®n espa?ola.
Por ¨²ltimo, para los socialistas, el reto que supone celebrar en Espa?a el Campeonato Mundial de F¨²tbol deb¨ªa representar un medio para remozar, mejorar o poner en marcha las infraestructuras de que hoy carece y necesita nuestro pa¨ªs, si es que de verdad queremos incorporarnos a niveles continentales, en lo que se refiere a transportes, red vial, telecomunicaciones, radio y televisi¨®n.
En suma, es correcto afirmar que los socialistas queremos ?aprovechar el Mundial?. Creemos que era, y es, un medio para crear ocupaci¨®n -esto es, puestos de trabajo- para mejorar instalaciones e infraestructuras y para promocionar dignamente la imagen de Espa?a ante la opini¨®n universal.
Frente a este criterio, nos hemos encontrado con otro, defendido por mucha gente en el Real Comit¨¦ Organizador: consiste en considerar el Mundial como un fin. Quienes sustentan este punto de vista tienen una sola preocupaci¨®n fundamental: que el campeonato salga bien. El resto no parece interesarles, o, si acaso, de manera totalmente accesoria. A nuestro modo de ver, esta es una visi¨®n tecnocr¨¢tica del problema, sencillamente inaceptable. Y lo grave es que esta manera de enfocar los preparativos del Mundial est¨¢ teniendo ya consecuencias tal vez irreversibles. No parece estarse cuidando de que cada peseta que se gaste sirva para algo en el Mundial y, sobre todo, m¨¢s all¨¢ del Mundial. En cambio, se dir¨ªa que cada peseta invertida debe contribuir exclusivamente a que la Copa del Mundo en Espa?a ?sea un ¨¦xito?.
A los socialistas eso ni nos basta ni nos gusta. Y adem¨¢s nos inquieta que bajo la capa de la tecnocracia pueda haber quien de hecho est¨¦ entendiendo -como nosotros- el Mundial como un medio. Como nosotros, pero a su manera: un medio para figuronear y, lo que ser¨ªa mucho peor, un medio para hacer buenos negocios.
Sea como fuere, ante estos planteamientos nos van a encontrar a los socialistas muy firmes y muy opuestos a permitir que las cosas transcurran por cauces tan evidentemente apartados del inter¨¦s de Espa?a y de nuestro pueblo.
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