Un poema sobre los gatos, de Eliot, inspira un musical de ¨¦xito en Londres
Acaba de estrenarse en Londres el musical Cats (Gatos), un espect¨¢culo que tiene todos los ingredientes para convertirse en una convocatoria de ¨¦xito en un pa¨ªs donde se venera a unos seis millones de gatos. Un musical inspirado en El libro del viejo Possum de gatos pr¨¢cticos, de T. S. Eliot (1888-1965), el gran escritor nacido en Misuri y nacionalizado brit¨¢nico.El texto del musical Cats coincide pr¨¢cticamente con el texto de Eliot (Possum para los amigos), unos poemas sugestivos y divertidos que constituyen una peque?a joya de la literatura brit¨¢nica, si bien los productores han incorporado algunos versos in¨¦ditos, proporcionados por Valerie, la viuda del escritor.
El joven p¨²blico puede contemplar el desfile de toda una serie de personajes felinos, c¨®micos, serios o tiernos, pero siempre humanos. El acierto de la coreografia, obra de Gillian Lynne a partir de un dise?o de John Napier, es uno de los grandes m¨¦ritos del musical, sobre todo en la escena de la batalla entre los pekes y los pollicles, por m¨¢s que los actores est¨¦n faltos todav¨ªa del suficiente rodaje. Elaine Paige (int¨¦rprete de la Evita londinense), Wayne Sleep, Paul Nicholas y Bonnie Langford son algunos de los nombres del reparto, bajo la direcci¨®n de Trevor Munn, director art¨ªstico de la Royal Shakespeare Company.
Andrew Lloyd Weber -compositor de Jesucristo Superstar y de Evita y millonario a sus 33 a?os puso ritmo a la rima de los versos de Elliot y logr¨® recrear el ambiente del barrio londinense de Kensington en los a?os treinta. La banda musical es de irregular calidad, pero algunas de sus composiciones llegar¨¢n a la lista de ¨¦xitos, sobre todo la canci¨®n Memory, una melod¨ªa que recuerda excesivamente la de No llores por m¨ª, Argentina.
Junto a los excelentes disfraces y maquillajes y a los peinados inspirados en la moda punk, en el escenario del ultramoderno New London Theater, entre neum¨¢ticos y basuras a escala de estos Gatos aparecen all¨ª, arque¨¢ndose, melosos o agresivos, una serie de vivos retratos.
Al terminar el espect¨¢culo, con la teatralizaci¨®n del poema sobre c¨®mo dirigirse a un gato, los actores inclinan ligeramente el cuerpo e, indiferentes, como gatos que se precien, desaparecen silenciosamente del escenario. Y cuando el p¨²blico aplaude entusiasmado, no vuelven, pues ?los gatos se muestran contrarios a la familiaridad?.
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