Viviendo la emigraci¨®n
La emigraci¨®n -ese r¨ªo humano que escapa de su pa¨ªs en busca de un futuro mejor- comenz¨® a principios del a?o 1960. Alemania, Suiza, Francia, Holanda... Eran como para¨ªsos que se abr¨ªan al sue?o de hombres y mujeres. Sue?os... porque, al pasar un tiempo, el 80% de estos espa?oles se dieron cuenta del enorme sacrificio, de las innumerables privaciones y hasta de un trato inhumano que hab¨ªa que soportar para seguir igual, y los m¨¢s afortunados s¨®lo para vivir un poco mejor. Explotaci¨®n del hombre por el hombre. Enga?o. Frustraci¨®n. La emigraci¨®n es todo eso y mucho m¨¢s. Pero hab¨ªa que aguantarse por miedo.El antiguo trabajo era ya imposible recuperarlo. Y estaba el problema de poder encontrar otro. Tuvimos que aguantar tormentas y seguir adelante a?orando nuestro pa¨ªs. Trabajar duro, a veces hasta el total agotamiento f¨ªsico y moral. No nos qued¨® m¨¢s remedio que aprender modos y costumbres extra?as, aprender a sonre¨ªr cuando nos daban ganas de mandar todo a la porra. Era una espiral que no ten¨ªa fin. Cuando muri¨® Franco vimos una oportunidad de regreso. La dictadura hab¨ªa ca¨ªdo y los nuevos pol¨ªticos promet¨ªan una vuelta a la libertad, al trabajo. Pero con el paso del tiempo nos dimos cuenta que todo segu¨ªa igual o peor. Los sue?os s¨®lo fueron sue?os. Espa?a segu¨ªa siendo lejana, pobre y coto de los de siempre.
Los pol¨ªticos poco o nada hac¨ªan por los emigrantes. La misma verg¨¹enza, la misma humillaci¨®n de siempre al cruzar nuestras fronteras. Los parados siguen increment¨¢ndose y las industrias cayendo en picado. Se siente pena y hasta ganas de gritar al ver que tenemos que buscar en otros pa¨ªses lo que en el nuestro no quieren damos. ?Para qu¨¦ tanto partido pol¨ªtico? Con el del Gobierno y uno de oposici¨®n bastaba siempre que tuvieran ganas y deseos. Uno no comprende muchas cosas. A¨²n es tiempo de regreso, un regreso que todos, desde nosotros hasta nuestros hijos, deseamos con toda el alma, porque nuestro pa¨ªs es bello. Deseamos morir en el mismo lugar donde hemos nacido. ?Es mucho pedir?/
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.