El Castell¨®n, un Primera sin estadio
Santacatalina, Guill¨¦n y Santolaria ven¨ªan en los cromos, como Gabilondo, Grerm¨¢n y Mach¨ªn; como Sauto, Ipi?a y Huete; como Bertol¨ª, Iturraspe y Lel¨¦. El primer Castell¨®n que estuvo en la divisi¨®n de honor coincidi¨® con el f¨²tbol que se recitaba por tr¨ªos: Tabales, Mesa, Aparicio; Floro, Mill¨¢n, Gonz¨¢lez; Eizaguirre, Alvaro, Juan Ram¨®n. El primer Castell¨®n que estuvo en Primera todav¨ªa ten¨ªa un campo cl¨¢sico: el Sequiol. El Castell¨®n que ha retornado a la divisi¨®n grande, no lo recita nadie, y tampoco tiene campo para la pr¨®xima temporada porque Ayuntamiento y Consejo Superior de Deportes se endosan mutuamente el problema.
El Castell¨®n pertenece a la generaci¨®n de los clubes heroicos de la posguerra. Fue uno de los sucesores de los hist¨®ricos venidos a menos. El Castell¨®n de Ruano Hern¨¢ndez, Basilio, Elzo y Piz¨¢ le dio color a la Liga 1941-1942. Basillo fue un centro delantero muy en las formas de la ¨¦poca. Piz¨¢ fue un extremo izquierdo con pa?uelito en la cabeza. Entonces hab¨ªa quien se preservaba de los aneurismas con un pa?uelo blanco anudado sobre la frente. Con ese amuleto se remataba a gol con entusiasmo Hab¨ªa entonces quien luc¨ªa una boina para tapar la calva. Hace pocos anos hubo un jugador del Sp¨®rting, Vald¨¦s, que lo de la calva quiso solucionarlo con un biso?¨¦ y en una tarde aciaga lo perdi¨® en el centro del campo y se llev¨® un so poncio enorme. Se lo quit¨® para siempre.El Castell¨®n, como otros muchos clubes situados m¨¢s all¨¢ de sus posibilidades tras su andadura en Primera, hasta la temporada 1946-1947, descendi¨® a Segunda pero fue sustituido por el Alcoyano de la moral. Aquel a?o ya hab¨ªa hecho su aparici¨®n Badenes, que finalmente triunfar¨ªa en el Valencia. Las desgracias del Castell¨®n tuvieron como colof¨®n el descenso a Tercera, pozo al que cay¨® sin una sola peseta para pagar a les jugadores. Y a veces ni siquiera para que pudieran cobrar los due?os de los taxis en los que hubo que hacer alg¨²n desplazamiento.
El Castell¨®n volvi¨® a dar el salto en la temporada 1971-1972 con Planelles y Del Bosque como mandamases del equipo. Por entonces el Castell¨®n era una sucursal de la casa blanca y serv¨ªa para el fogueo de los Miguel Angel, Planelles y Del Bosque y retiro de los Mendieta, Araquistain y Ortu?o. El Madrid se trajo de Castalia a Babiloni, defensa al que Miguel Mu?oz tem¨ªa m¨¢s que a un nublado, porque era tan duro que incluso en los entrenamientos corr¨ªan peligro sus propios compa?eros.
El Castell¨®n de los sub-20 ha retornado a Primera Divisi¨®n. Con un equipo juvenil y tres veteranos incrustados: Racic, Ferrer Planelles, el Castell¨®n ha logrado lo que parec¨ªa imposible antes del inicio de la Liga. La pasada temporada se qued¨® con la miel en los labios en la jornada final. Parec¨ªa un sue?o que la racha se repitiera. El Castell¨®n, sin quererlo, se ha convertido casi en el ¨²nico defensor de la tan debatida norma de los sub-20.
La felicidad del pasado domingo en Castalia no podr¨¢ tener una larga duraci¨®n, porque justo al acabar el encuentro comenzaron a plantearse los graves problemas que el club tiene para la pr¨®xima temporada. El estadio Castalia, por la zona de la torre de marat¨®n, est¨¢ en ruinas. Esa zona est¨¢ amenazada constantemente por las avenidas de un r¨ªo seco que s¨®lo se alimenta de las lluvias torrenciales. El estadio, desde que fue construido, ha tenido muy escasos cuidados. Lo m¨¢s que se le ocurri¨® a un demente fue estrechar el terreno de juego para colocar entre la pista de atletismo y el c¨¦sped un peque?o grader¨ªo. El estadio se lo carg¨® el f¨²tbol y ahora tampoco sirve. El gobernador civil no se atreve a clausurarlo por no crear problemas de orden p¨²blico. El Consejo Superior de Deportes no est¨¢ dispuesto a dar los cien millones de pesetas que le piden para la restauraci¨®n. El Ayuntamiento, l¨®gicamente, tampoco puede correr con todos los gastos de un recinto cuya principal utilizaci¨®n es privada.
El CSD le propone al Ayuntamiento que cambie la calificaci¨®n de los terrenos a fin de que puedan ser habilitados para la construcci¨®n de viviendas y que en otro lugar levante un nuevo estadio. De cualquier manera, un estadio cuya titularidad es molesta para el Ayuntamiento y el propio CSD no puede tener una salida satisfactoria. Y de cualquier manera el Castell¨®n tendr¨¢ que continuar la pr¨®xima temporada en Castalia.
La soluci¨®n satisfactoria podr¨ªa llegar a trav¨¦s del propio club. A su presidente, Antonio Sales, le han ofrecido en Castell¨®n unos terrenos id¨®neos. La Federaci¨®n se ha comprometido a ayudarle en la empresa. La Federaci¨®n entregar¨ªa el 50% del importe de las obras y el resto se lo procurar¨ªa el propio club a trav¨¦s de una financiaci¨®n que avalar¨ªa el presidente y para la cual adem¨¢s se solicitar¨ªa el apoyo de socios y entidades locales.
El futuro campo del Castell¨®n tendr¨ªa una cabida similar al estadio Castalia, pero con la comodidad de que este carece.
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