Schmidt vuela a Washington dispuesto a convencer a Reagan de que inicie este a?o las negociaciones con la URSS
El canciller federal alem¨¢n, Helmut Schmidt, inicia hoy, mi¨¦rcoles, una visita de cuatro d¨ªas a Washington, con el inter¨¦s primordial de conseguir que Estados Unidos se comprometa firmemente a iniciar negociaciones de desarme con la Uni¨®n Sovi¨¦tica sobre los misiles de alcance medio este mismo a?o y, al mismo tiempo, establecer las bases de una relaci¨®n m¨¢s estrecha con el nuevo presidente norteamericano, Ronald Reagan.
Schmidt ha unido su futuro pol¨ªtico con el doble acuerdo de la Alianza Atl¨¢ntica (OTAN), del rearme at¨®mico con euromisiles, si fracasa la negociaci¨®n de desarme. En Bonn se considera un ¨¦xito la ¨²ltima conferencia de la OTAN, en Roma, con la promesa de iniciar negociaciones, y el Gobierno federal quiere que esas negociaciones se aceleren, porque se ha perdido ya mucho tiempo. El problema del doble acuerdo reside en la fijaci¨®n de una fecha, el a?o 1983, para el estacionamiento de los Pershing 2 y los misiles Cruise. El tiempo trabaja a favor de los contrarios a la negociaci¨®n, y en la RFA muchos consideran que la nueva Administraci¨®n norteamericana no tiene un inter¨¦s real en negociar el desarme.Despu¨¦s de sus dos discursos del pasado fin de semana, Schmidt necesita todav¨ªa m¨¢s la confirmaci¨®n de que Estados Unidos va a negociar seriamente el desarme. Si estas negociaciones de desarme no se inician pronto, Schmidt quedar¨ªa al descubierto ante su propio Partido Socialdem¨®crata (SPD), donde las voces contra el rearme at¨®mico de la OTAN son cada d¨ªa m¨¢s altas. En una frase de sus discursos del fin de semana, Schmidt habl¨® de que su suerte est¨¢ unida al ¨¦xito de esas negociaciones de desarme.
Cinco horas con Reagan
El canciller alem¨¢n tendr¨¢ cinco horas de entrevistas con Reagan cinco horas completas, porque Schmidt se defiende perfectamente en ingl¨¦s, y en Bonn se se?ala que el presidente norteamericano no entra en detalles, lo que permitir¨¢ a los dos pol¨ªticos concentrarse en las grandes l¨ªneas de la pol¨ªtica.
Schmidt es partidario de un encuentro entre Reagan y el dirigente sovi¨¦tico Le¨®nidas Breznev, lo que podr¨ªa favorecer la puesta en marcha de las negociaciones de desarme. A Bonn, y especialmente a Schmidt, le inquiet¨® mucho la fase de incomunicaci¨®n entre las dos superpotencias que s?gui¨® a la invasi¨®n de Afganist¨¢n, lo que supuso un a?o y medio de retraso en las negociaciones de desarme y aumento del desequilibrio en las llamadas armas de la zona gris, los euromisiles estrat¨¦gicos, con la continua producci¨®n y estacionamiento de las SS-20 sovi¨¦ticas.
Entre Bonn y Washington, ¨¦l punto de fricci¨®n podr¨ªa estar en el acento que pone la RFA en el aspecto de la negociaci¨®n del doble acuerdo y el inter¨¦s de Estados Unidos en el rearme. Un elemento perturbador pueden ser las continuas exigencias de Estados Unidos de mayores gastos militares por parte de Bonn. Aqu¨ª, el socialdem¨®crata Schmidt sabe que la RFA ha tocado el techo de sus posibilidades financieras, porque no, se quiere poner en peligro la llamada red de seguridad social (prestaciones sociales de paro, enfermedad, etc¨¦tera) a favor de los gastos militares.
Sobre la posible implicaci¨®n de la RFA en la seguridad. del golfo P¨¦rsico la posici¨®n de Bonn est¨¢ tambi¨¦n clara: ning¨²n compromiso militar fuera del ¨¢mbito territorial de la OTAN, pero posible ayuda financiera a pa¨ªses de la zona y aceptaci¨®n de nuevas tareas militares en Europa.
Schmidt tendr¨¢ que convencer a sus interlocutores norteamericanos de que su posici¨®n en la RFA es firme, a pesar de las cr¨ªticas en el SPD contra el doble acuerdo. En este contexto, supone un problema para el canciller el cambio de presidente en Francia. Con Giscard d'Estaing, Schmidt habr¨ªa telefoneado antes del viaje a Washington, y esto le dar¨ªa m¨¢s fuerza y capacidad negociadora. Ahora, con Fran?ois Mitterrand, la situaci¨®n es incierta, pero Bonn parte de la base de que sigue plenamente vigente la declaraci¨®n conjunta franco-alemana del pasado febrero, en la que los dos pa¨ªses se pronunciaron contra todo intento de romper el equilibrio y establecer una superioridad en las relaciones internacionales. Esto va dirigido tanto a Estados Un ?dos como a la Uni¨®n Sovi¨¦tica. En el campo econ¨®mico, Selimidt tendr¨¢ que exponer las quejas de la RFA ante la pol¨ªtica econ¨®mica de Estados Unidos de elevados intereses, que lleva por la calle de la amargura a la moneda alemana.
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