At¨ªpica informaci¨®n

La esperada conferencia de Prensa del ministro de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social, Jes¨²s Sancho Rof, no ha despejado las dudas que persisten en torno a la epidemia de neumon¨ªa at¨ªpica, a su origen y a su propagaci¨®n. Y es probable que tampoco haya servido para atajar la psicosis y el desconcierto que padece el ciudadano de a pie de este pa¨ªs. Las contradicciones de los personajes comparecientes y el lenguaje t¨¦cnico y sofisticado no han sido el mejor ant¨ªdoto para un pa¨ªs indefenso y alarmado ante una enfermedad presumiblemente nueva.Las cuestiones principales -por qu¨¦ se produce el brote, su origen, c¨®mo se contrae, las medidas preventivas, las defensas, la actitud de la Administraci¨®n sanitaria- siguen sin respuesta convincente veintid¨®s d¨ªas despu¨¦s. Tampoco se tiene constancia de que se haya preparado un entramado suficiente para proteger la salud de los habitantes. La a¨²n sin estrenar casi Direcci¨®n General de Protecci¨®n Civil sigue muda. La falta de concreci¨®n en las informaciones de las autoridades sanitarias -s¨®lo han concluido, sin excesiva fe, que la enfermedad no se contrae por v¨ªa digestiva, sino a¨¦rea- sigue dando p¨¢bulo a rumores de todo tipo, y la gente de la calle puede pensar de forma l¨ªcita que se le est¨¢ ocultando informaci¨®n. No hay por qu¨¦ dudar de la buena fe de la gente, que se pregunta si en el fondo de la cuesti¨®n hay razones econ¨®micas suficientes para intentar apagar alao de extraordinaria

?Se conoce el primer apellido, pero nos falta el segundo?, dice el ministro. No estamos seguros de determinada cosa, etc¨¦tera. ?No hay ninguna otra investigaci¨®n v¨¢lida y demostrada hasta ahora que no sea la se?alada por el Ministerio?. Pero el Ministerio no informa suficientemente, o lo hace de forma vaga, veintid¨®s d¨ªas despu¨¦s. No hay medidas preventivas claras y tranquilizadoras. Incluso las conclusiones presentadas por un equipo m¨¦dico -el del doctor Muro-, por falta de pruebas cient¨ªficas que muestren, apenas se han tenido en cuenta, y en numerosas provincias se ha primado la caza del ave o del perro y se ha agudizado la aversi¨®n a la ingesti¨®n de determinadas verduras, frutas y hortalizas. Al ciudadano le queda la duda, y las pruebas son concluyentes: miles de toneladas de estos productos quedaron ayer sin vender en los mercados.

"Se est¨¢ ante un problema importante, pero no grave?, dice el ministro. Y se echa por delante la cifra de que durante el pasado a?o murieron por neumon¨ªa, s¨®lo en Madrid, unas mil personas. Se dice incluso que la gripe es m¨¢s mort¨ªfera, pero faltan datos. No hay por qu¨¦ dudar de la capacidad cient¨ªfica del Centro Nacional de Microbiolog¨ªa y Virolog¨ªa de Majadahonda y de otros departamentos especializados, los de la Paz, el Centro Especial Ram¨®n y Cajal y otros de los grandes del pa¨ªs. Queda ¨²nicamente la duda de si han sido consultados los mejores especialistas del ramo, algunos de ellos instalados en provincias. Pero en veintid¨®s d¨ªas (los cultivos y estudios de los g¨¦rmenes precisan no m¨¢s de dos semanas) deber¨ªa manejarse una mayor informaci¨®n que la rutinaria de ?la epidemia est¨¢ controlada?, ?existe un tratamiento eficaz que combate el brote?, ?no hay peligro grave de contagio entre la poblaci¨®n?, etc¨¦tera.

Sintom¨¢tico es tambi¨¦n el silencio que mantienen los dos laboratorios mejor equipados del mundo (los de Atlanta y Glasgow), que tambi¨¦n estudian el caso, e incluso la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, aunque este organismo le ha quitado suficiente hierro al tema en los ¨²ltimos d¨ªas. No se duda en ning¨²n caso de la buena fe de las autoridades sanitarias, especialmente las responsables directas de la Secretar¨ªa de Estado para la Sanidad y la Direcci¨®n General de la Salud P¨²blica, pero se mantienen reservas sobre la falta de informaci¨®n al pa¨ªs y sobre la aparente descoordinaci¨®n, si no contradicci¨®n, de los equipos investigadores.