Esto no es una explicaci¨®n
LA EXPLICACI?N, por llamarla de alguna manera (solicitada en un editorial de EL PAIS del pasado s¨¢bado), que el ministro del Interior intent¨® hacer ayer en las Cortes de los abracadabrantes sucesos de Almer¨ªa, al margen las insuficiencias concretas que ata?en al esclarecimiento del caso, pone de relieve algo infinitamente m¨¢s grave: la escasa capacidad del Gobierno, en los momentos actuales, para la direcci¨®n de los asuntos del orden p¨²blico y la debilidad cong¨¦nita que le aqueja en el buen control de las cuestiones policiales. A decir verdad, no es una cuesti¨®n espec¨ªfica del ministro Ros¨®n ni de ning¨²n otro ministro. Sus problemas son los mismos que los de sus antecesores, y ser¨¢n los de su sucesor si no se emprende de manera urgente una acci¨®n del poder destinada a evitar y sancionar los abusos de autoridad en este pa¨ªs.Numerosos miembros de la Guardia Civil, polic¨ªas nacionales y funcionarios del orden se han dirigido d¨ªas atr¨¢s a este peri¨®dico recabando el apoyo de la opini¨®n a la hora de esclarecer debidamente lo sucedido en Almer¨ªa, a fin de que el error o la infamia de una minor¨ªa no arroje injustamente un descr¨¦dito m¨¢s generalizado sobre los cuerpos de seguridad. No se trata aqu¨ª de abrir un proceso contra las fuerzas del orden p¨²blico, sino de esclarecer un hecho concreto y juzgar a los concretos responsables. Si el Gobierno, como en el caso Arregui, como en tantos otros casos, es tan torpe que se empe?a en mantener su actitud imp¨²dica de negar la evidencia y lavarse las manos, no conseguir¨¢ otra cosa que agitar la justa indignaci¨®n, popular e impedir un debate sereno y necesario sobre algo que si fue un tr¨¢gico error, como ya reconoci¨® en su d¨ªa el propio ministro Ros¨®n, no debe acumularse a errores m¨¢s tr¨¢gicos a¨²n: el de suponer que la sociedad est¨¢ dispuesta a comulgar con ruedas de molino y el de aparentar una firmeza que no existe. Pues no ha de existir firmeza all¨ª donde el poder no es capaz de ejercer la autoridad entre sus propios servidores.
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