El primer disparo, el ¨²ltimo disparo

Ha sido el primer disparo en lo que hasta ahora era una guerrilla meramente dial¨¦ctica. Tiene que ser, tambi¨¦n, el ¨²ltimo. La agresi¨®n contra el profesor Jim¨¦nez Losantos, uno de los primeros firmantes del manifiesto de los 2.300, es un acto criminal que condenamos todos los que situamos el debate de los problemas sobre las bases de la racionalidad. (...)A la vista de la presumible fruici¨®n con que algunos se estar¨¢n frotando las manos tras la agresi¨®n, queremos decir abiertamente que ser¨ªa absolutamente injusto que el comportamiento de unos irresponsables cayera ahora sobre todo el pueblo catal¨¢n.

Tenemos que ser lo suficientemente sensatos como para ver que la agresi¨®n busca calentar a¨²n m¨¢s la cuesti¨®n ling¨¹¨ªstica, y que la ¨²nica respuesta que merece es que se considere como el acto criminal de unos fan¨¢ticos sobre quienes debe caer el peso de las leyes. Y punto. ( ... )

Insistimos: este debe ser el ¨²ltimo disparo de la pol¨¦mica sobre la lengua. Que podamos decir un d¨ªa, en el futuro, que el mes de mayo de 1981 tuvo una desgraciada an¨¦cdota que no pudo evitar que los condenados a entenderse lo hicieran. Si esta agresi¨®n no pasa a la Historia, as¨ª, nuestro porvenir es muy triste.

22 de mayo