Jack Nicholson: "Ahora es imposible el cine rom¨¢ntico"
Ha presentado la ¨²ltima pel¨ªcula en la que es protagonista
Jack Nicholson, personaje que ha interpretado a violentos y rom¨¢nticos en el celuloide y que cree que ahora es imposible el cine rom¨¢ntico, ha debido tardar mucho tiempo en conseguir que las cejas se le curven justo hacia la mitad. Tambi¨¦n ha debido costarle lo suyo lograr la mirada de loco con que observa cuanto le rodea. Nicholson decidi¨® hace tiempo construirse un personaje p¨²blico, lleno de tics, de man¨ªas, para disimular no s¨¦ qu¨¦ pasiones a las que juega ocult¨¢ndolas de cualquier forma. Es un hombre suficientemente loco de verdad como para llamar la atenci¨®n sin falsos papeles y con un historial cinematogr¨¢fico lo bastante alejado de la mediocridad como para merecer un curioso respeto. Nicholson, por otra parte, se pasa el d¨ªa intentando encontrar esa pel¨ªcula que le divierta y acabe por convertirlo en el actor-mito respetado por todos. Es decir, seguramente querr¨ªa ser Marlon Brando, aunque ¨¦l cree que no cometer¨ªa sus mismos errores.
Ha pasado por el Festival de Cannes para presentar fuera de concurso la cuarta adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de la novela de Ca¨ªn, El cartero siempre llama dos veces, pel¨ªcula que en 1946 hizo popular John Garfield, actor que, recordado al cabo de los a?os, re¨²ne la condici¨®n de excelente int¨¦rprete junto a la de ciudadano ejemplar, al haberse negado a compartir las ideas de McCarthy, y, a juicio de muchos, sufrir con ello de manera tal que acab¨® con su propia vida. A Nicholson le gusta esa referencia, pero quiere ser ahora un Garfield corregido y aumentado.?En los a?os cuarenta hab¨ªa demasiada censura en el cine americano, y no se pod¨ªan hacer las pel¨ªculas como realmente deber¨ªan ser?, dice. ?En esta nueva versi¨®n hemos optado por trasladar el aut¨¦ntico esp¨ªritu de Cain transformando en sexo lo que antes s¨®lo era romanticismo. Pero es que el romanticismo ahora no es veros¨ªmil. En aquella ¨¦poca pod¨ªa creerse, porque todas las pel¨ªculas estaban impregnadas del mismo sentimiento. Pero hoy ser¨ªa rid¨ªculo. Por otra parte, el erotismo de esta ¨²ltima pel¨ªcula es s¨®lo una parte de ella. El resto tambi¨¦n me parece que respeta mejor el esp¨ªritu del libro original?.
Es, le decimos, m¨¢s violento, como violento es, en general, el cine de nuestra ¨¦poca o, al menos, de una violencia distinta a la que en los a?os cuarenta reflejaba el cine.
?S¨ª, claro?, contesta complacido, encantado de poder desarrollar su teor¨ªa y referirse, como veremos, a una parte de su trabajo muy importante para ¨¦l, ?la violencia tiene que ser contada en nuestros d¨ªas en t¨¦rminos m¨¢s agresivos. Usted, que viene de Espa?a, lo entender¨¢ mejor. Antes, la violencia era, ?c¨®mo dir¨ªa?, m¨¢s literaria. Hoy tiene que ser palpable. Ya no es posible el cine rom¨¢ntico. Quiz¨¢ por eso las pel¨ªculas que yo he dirigido no han tenido el apoyo del p¨²blico ni de la cr¨ªtica. Sobre lo ¨²ltimo, sin embargo, me gustar¨ªa se?alar que no conozco todas las cr¨ªticas que se han publicado los productores siempre te ense?an las malas, con af¨¢n probablemente de que no pidas m¨¢s de lo que ellos te dan si tienes ¨¦xito. En ese sentido, la pel¨ªcula que he interpretado a las ¨®rdenes de Kubrick, El resplandor, ha tenido cr¨ªticas flojas, pero tambi¨¦n apasionadas. Los productores, sin embargo, no me las han ense?ado nunca. Mis pel¨ªculas eran rom¨¢nticas. Drive, he said y Rumbo al Sur no tuvieron ¨¦xito precisamente por intentar representar personajes no tan violentos. El cine ha sido siempre un reflejo de la realidad, y la realidad de nuestros d¨ªas es obviamente violenta?.
Juego de famosos
En el Festival de Cannes no concedi¨® demasiadas entrevistas, pero jug¨® al personaje m¨¢gico que se dejaba ver de cuando en cuando. Oficialmente recluido en su hotel, aparec¨ªa inopinadamente en fiestas y calles, de manera que pod¨ªa deducirse que detr¨¢s de sus arrebatos exist¨ªa un minucioso estudio de su comportamiento p¨²blico.?No, yo no puedo comparar mi trabajo con Rafelson en El cartero siempre llama dos veces con el de Kubrick en El resplandor. Son muy distintos. Adem¨¢s, en El cartero... fui yo quien propuso la idea e hizo que se pusiera en pie. Cada director rueda de forma distinta, y cada uno, que es lo importante, tarda un tiempo distinto en hacer la pel¨ªcula. En cualquier caso?, dice, enarcando las dos cejas al mismo tiempo, pero en alturas distintas, de forma que su frase quede remarcada con iron¨ªa y un poco de vanidad, ?de cualquier forma, digo, los dos directores han estado de acuerdo en que soy el mejor actor del mundo. Los actores que estamos en punta tenemos realmente muy dif¨ªcil lo de hacer pel¨ªculas importantes: debemos vigilar el gui¨®n, los dem¨¢s int¨¦rpretes, la realizaci¨®n?.
?A la hora del rodaje?, prosigue, ?creo que soy un actor bastante disciplinado, y s¨®lo cuando piden mi opini¨®n la doy. Hay que ayudar a que las cosas avancen y, por ejemplo, en lo que al llamado erotismo de esta ¨²ltima pel¨ªcula se refiere, los actores tuvimos una posibilidad de decisi¨®n realmente importante, porque es en nosotros mismos, en nuestro trabajo, donde pod¨ªa residir la novedad de la pel¨ªcula. Rafelson, en ese sentido, fue muy comprensivo y esper¨® a que Jessica Lange y yo interpret¨¢ramos las escenas para decidir luego c¨®mo las rodaba?.
?No s¨¦ si volver¨¦ a d¨ªrigir. Probablemente, s¨ª, pero mi carrera no se divide en dos apartados distintos e irreconciliables, sino que forman parte de un todo: soy un hombre del cine, del espect¨¢culo, y a ¨¦l me dedicar¨¦ siempre?, termina Nicholson.
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