Di St¨¦fano volvi¨® a jugar las cinco copas
Alfredo di St¨¦fano acept¨® la invitaci¨®n de EL PAIS de presenciar la pel¨ªcula de las cinco primeras copas de Europa ganadas por el Madrid y comentarlas sobre la marcha. El, por supuesto, es el protagonista, el h¨¦roe de la pel¨ªcula. Pero s¨² actitud ante ella no es la de una estrella ni la de un nost¨¢lgico, sino la de un buen aficionado que estudia el porqu¨¦ de los aciertos y de los fallos. A lo largo de la sesi¨®n se pone de relieve de forma especial una cosa: que a¨²n ahora, cuando han pasado m¨¢s de veinte a?os de aquello, no admite los fallos ni en s¨ª mismo ni en sus compa?eros. Ni los lujos: ?Cuando marqu¨¦ de tac¨®n fue porque no pude darle de otra manera?. Ma?ana saldr¨¢ hacia Par¨ªs en coche con un amigo y los hijos menores de ambos.
Las primeras im¨¢genes son del Madrid-Partiz¨¢n, el d¨ªa de Navidad de 1955: ?Ese era un buen equipo. Ten¨ªan un gran interior, Milutinovic, y a Bobec, y a Zebec, que hasta hace poco era el entrenador del Hamburgo?. Casta?os abre el camino del triunfo, con dos goles: ?Ese chico jugaba bien, pero se acab¨® pronto. Me parece que tuvo una lesi¨®n mala. Ahora le veo bastante, porque vive en Valencia. Es anticuario?. Hay un gol de Gento, y un golazo de Di St¨¦fano, que recibe de espaldas a la puerta y tira a la media vuelta: ?Rial toc¨® hacia m¨ª, y yo me acomod¨¦ para devolv¨¦rsela, pero ¨¦l no sigui¨® la jugada, y entonces, sobre la marcha, decid¨ª el disparo a media vuelta?. La pel¨ªcula ofrece a c¨¢mara lenta el gol, un prodigio.Y de repente nos trasladamos a Belgrado, sobre el campo helado del Partiz¨¢n: ?Llegamos el lunes, y cuando nos levantamos el martes hab¨ªa una nevada que cubr¨ªa un metro por encima de los coches. Era un disparate. Nos convencieron de que se podr¨ªa jugar dejando algo de nieve. Pasaron un rodillo por el centro del terreno, y ah¨ª qued¨® hielo puro. Por las bandas era nieve, y m¨¢s o menos se pod¨ªa uno tener en pie, pero la nieve se te pegaba en las botas. A ellos, no, porque se sab¨ªan la cosa y las tuvieron en remojo en petr¨®leo, como garbanzos, la noche anterior, y con eso ya la nieve no se pegaba. Adem¨¢s ten¨ªan los tacos en punta, y sobre el hielo se ten¨ªan en pie?.
Piensa que hay exageraci¨®n en Alonso cuando dijo que le dieron doce tiros en los postes: ?Tantos no fueron, pero s¨ª unos cuantos. ?Pobre Juan, qu¨¦ mal rato pas¨®! Nada m¨¢s empezar no s¨¦ qui¨¦n peg¨® un tirazo al larguero que hizo caer diez kilos de nieve?. Las im¨¢genes del partido, fugaces, ofrecen un panorama polar, varias ca¨ªdas, una parada de Alonso y uno de los goles del Partiz¨¢n.
Las semifinales se disputan contra el Mil¨¢n: ?Esos siempre tuvieron buen equipo?, sentencia Di St¨¦fano. Marca Rial, empata Nordhal -?era un delantero centro tipo tanque, pero con calidad en el manejo del bal¨®n?-, se cuela: Jose¨ªto y cruza un buen gol sobre la salida del portero; empata otra vez Schiaffino; Olsen adelanta al Madrid en buen cabezazo, y finalmente Di St¨¦fano marca el 4-2. Pero m¨¢s que esta jugada comenta unos regates de Cucchiaroni: ?Era un diablo este tipo?. En el partido de vuelta se ve el gol del Madrid, conseguido por Jose¨ªto, y luego el Mil¨¢n marca dos, los dos de penalti: ??Qu¨¦ ¨¢rbitro! ?Qu¨¦ le hicimos? Nos cobr¨® dos penaltis y casi nos hunde?.
La final, en Par¨ªs, en el mismo campo donde se jugar¨¢ la del mi¨¦rcoles. Marca por delante el Reims. En el segundo, Alonso pierde el bal¨®n: ?Sali¨® bien, pero el choque del franc¨¦s le hace perderlo, ?ve??. De repente avanza Mu?oz, y Di St¨¦fano acelera hacia el claro para recibir y marcar: ?El f¨²tbol es sencillo. Basta con que dos hombres se pongan de acuerdo?. Empata Rial, se adelanta el Stade Reims, y llega el gol de Marquitos. Di St¨¦fano se r¨ªe: ?Mire c¨®mo entra, como un cami¨®n, ?qui¨¦n lo para a este??. Hay un rebote y cae el gol. Y finalmente Rial marca el del triunfo.
En la segunda, el primer enemigo es el Rapid de Viena: ?Los austriacosjugaban bien. A m¨ª siempre me dieron miedo?. El Madrid gana 4-2 en el Bernab¨¦u, pero en Viena lleg¨® a ir perdiendo 3-0. No hay im¨¢genes del partido, pero Di St¨¦fano lo recuerda bien: ??Qu¨¦ mal lo pasamos! Se lesion¨® Oliva y nos quedamos los diez. Happel nos meti¨® los tres, dos de tiro libre y otro de penalti. Happel estaba ahora como entrenador del Brujas y de la selecci¨®n belga. En el segundo tiempo fue cayendo la niebla. Yo cac¨¦ un gol en un c¨®rner, y despu¨¦s ech¨¢bamos el bal¨®n a la banda, que era donde m¨¢s niebla hab¨ªa, para que Gento y Kopa se escondieran con ¨¦l. Mientras, Benedicto buscaba, en taxi, un hospital para Oliva. Fuimos dejando pasar el tiempo as¨ª. Con aquellos no se pod¨ªa hacer otra cosa. Ni faltas siquiera, porque con Happel cada falta era un gol?. El desempate se sorte¨® y cay¨® en Madrid: ?Aqu¨ª ¨¦ramos superiores y ganamos bien?. Luego eliminan al Niza: ?Estos ten¨ªan un equipo con buen estilo, pero les faltaba la fuerza de los austriacos?.
Y de ah¨ª, al Manchester, con golazo de cabeza de Rial, otro de Di St¨¦fano sobre la salida del portero, y uno final de Mateos, que lo canta con los brazos en cruz, componiendo una imagen que dio lugar a una fotografia c¨¦lebre: ?Mate¨ªtos era muy buen futbolista. Un chico listo para jugar en punta. El Madrid tuvo mala suerte con ¨¦l, como con Marsal y Casta?os, porque se lesionaron j¨®venes?. Los ingleses marcan, y en Old Tratford el Madrid hace dos goles por delante para empatar finalmente a dos: ?Ah¨ª hicimos un partido serio. Ellos echaban mucho bal¨®n alto, pero la defensa se port¨® bien, y fuimos p¨ªcaros para cogerles la espalda. Salimos entre aplausos?.
Julinho me hizo un quiebro que me sac¨® del campo
La segunda final es en Madrid, contra la Fiorentina: ?Nos cost¨® mucho m¨¢s de lo que la gente cree. Mire, ese negro, Julinho, el siete, casi me tira del campo de un quiebro. ?Qu¨¦ potencia ten¨ªa!?. Hay un tirazo de Di St¨¦fano, que saca a c¨®rner el portero en espectacular volada: ?Ese es Sarti, el que luego estaba en el Inter cuando salieron campeones. Buen portero?. Hay un penalti a Mateos, que se cuela solo. Cuando va a tirar Di St¨¦fano se adelanta Sarti: ?Mire, mire, ?si estaba en el borde del ¨¢rea chica! Pero yo le pegu¨¦ con todo, pegado a su costado. Siempre he cre¨ªdo en el tiro fuerte como lo mejor para tirar un penalti. No soy partidario del enga?o?. M¨¢s tarde, Gento se va como una exhalaci¨®n y pica por encima de Sarti: ?Fue de los mejores goles que se puedan ver. De Paco siempre se ha dicho que corr¨ªa mucho, pero nadie dice lo bien que jugaba. Sab¨ªa mucho?.
Aparece en pantalla un equipo al que tarda en identificar como el Royal Antwerp. Hay dos cabezazos de Di St¨¦fano en Amberes que ponen al Madrid en 0-2, con la eliminatoria resuelta para el segundo partido, y un chaparr¨®n de goles en el Bernab¨¦u: seis. Se r¨ªe con uno de Rial, de espaldas: ?Algunas noches nos sal¨ªa todo?.
Al Sevilla le encerramos en el hielo
Aparece en pantalla el Sevilla: ?El domingo hab¨ªamos perdido 3-1 all¨ª, en la Liga, y vinimos juntos a Madrid, en el tren. Ellos dec¨ªan que nos iban a ganar aqu¨ª, pero no les dejamos moverse?. El primer gol lo marca Di St¨¦fano, de cabeza, bombeando sobre Bustos, que hab¨ªa rechazado un disparo de Gento: ?Se qued¨® adelantado y se la ech¨¦ por arriba. ?Pobre Bustos, qu¨¦ mala noche pas¨®!?.
S¨®lo hay otro gol hasta el descanso, pero luego caen seis: ?Es que el otro fondo estaba helado, y los metimos ah¨ª, en el hielo, y no les dejamos salir en 45 minutos?. Los goles est¨¢n tomados detr¨¢s de la porter¨ªa y hay algunos de antolog¨ªa. Un centro de la izquierda lo dejan pasar Di St¨¦fano y Marsal, y Kopa llega a la carrera y marca: ?No se trataba de un lujo. Es que cuando no puedes rematar y el de atr¨¢s s¨ª, es mejor dejarla?.
Las semifinales son ante el Vasas. En el Bernab¨¦u caen cuatro goles, tres de Di St¨¦fano, que canta uno de ellos en un salto, con los brazos en alto y las piernas como si estuviera de rodillas, levitando en el aire. Otra foto c¨¦lebre, que sirvi¨® para hacer el cartel del Madrid durante un a?o.
Final en Bruselas, contra el Mil¨¢n: ?Fue un partidazo, casi el mejor que pueda ver, mire, ese que lleva el bal¨®n es Liedholm, s¨ª, el del brazalete. ?Qu¨¦ fen¨®meno! Ese te gambeteaba con los ojos. Te miraba y te apartaba de su camino. Y ese es Schiaffino, y aquel, Cucchiaroni; el siete, Danova, y este que la coge, Grillo?. Marca Schiaffino, y antes del descanso empata Di St¨¦fano. Llega un centro de la derecha : ?Me bot¨® mal, y en vez de emp¨¢lmarla la sujetd con la suela, haci¨¦ndola botar contra el piso. Ese defensa, ?ve?, pas¨® de largo y ya qued¨¦ libre?. En la segunda parte marca Grillo y Rial empata con un pase a la red: ?Lo vio bien, todo estaba cubierto, pero por arriba el bal¨®n pasaba seguro? En la pr¨®rroga Gento agarra el disparo que vale el t¨ªtulo: ?Bien, Paco?.
La cuarta Copa empieza con el Besiktas: ?Esos ten¨ªan un portero que se llamaba Varol, que hab¨ªa que agarrarlo a tiros para meterle un gol. Lo paraba todo. Le daban en la frente, en el pecho, en la rodilla, en los palos, ?qu¨¦ s¨¦ yo! ?. Al fin marca Santisteban, avanzado ya el segundo tiempo, y luego hay un gol embarullado, con seis jugadores sobre la l¨ªnea: ?No, no me acuerdo qui¨¦n lo marc¨®. Yo ya no estaba en el campo. El ¨¢rbitro me ech¨®. Los tipos se demoraban para sacar de banda, y, a una de esas me enzarc¨¦ por el bal¨®n con un turco. y el italiano Campanello nos ech¨® a los dos. La siguiente v¨ªctima es el Wiener, que se lleva 7-1 del Bernab¨¦u, cuatro de ellos de Di St¨¦fano.
La semifinal es contra el Atl¨¦tico. Empieza en el Bernab¨¦u y Chuzo marca desde fuera del ¨¢rea: ?Chucito ten¨ªa un buen tiro, demonio de pibe. Nos puso en problemas?. Empata Rial, de cabeza, y se r¨ªe Di St¨¦fano: ??Qu¨¦ bronca se arm¨®! Los del Atl¨¦tico le dijeron a Pazos que hab¨ªa fallado?. La verdad es que el gol entra con poco ¨¢ngulo, y parece parable. Sin embargo, casi.agarra el penalti que lanza Puskas: ?Ve, por echarla despacio. Puskas prefer¨ªa colocarlas, y ¨¦sa casi se la agarra?. En el Metropolitano hay un solo gol, de Collar: ?Mire qu¨¦ mal sali¨® Dom¨ªnguez. Se le daba mal Collar, le hizo vanos goles?.
El desempate es en Zaragoza. Falta la imagen del primer gol del Madrid, empata Collar, y Di St¨¦fano se enfada al ver el gol. Es una escapada de Collar por la derecha, con centro, ante el que se suceden los fallos del Madrid: ??C¨®mo pudimos dar ese gol!?. Collar marca con la derecha, pero Puskas, tambi¨¦n con la derecha, dar¨¢ la victoria al Madrid.
Nada m¨¢s comenzar la final, contra el Stade Reims, en Stuttgart, anuncia: ??Qu¨¦ golazo marc¨® Mate¨ªtos!?. Y en efecto, al momento, Mateos se va por la izquierda y cruza un disparo suave, que toca en la cepa del palo y se cuela. Luego hay penalti a Mateos, que falla este mismo jugador: ?Estaba jugando bien, se sent¨ªa crecido y lo quiso tirar ¨¦l?. Dom¨ªnguez hizo un parad¨®n a tiro de Piantoni, y Gento se marca una escapada con centro final al que no llega nadie: ? Claro, yo le dec¨ªa, Paco, espera, que yo te mando el bal¨®n, pero no puedo llegar. Era una bala?. Gol de Di St¨¦fano en gran tiro raso desde el borde del ¨¢rea, y algunas im¨¢genes lastimosas de Kopa, que no se pod¨ªa mover: ?Jugamos con diez todo el segundo tiempo, por lesi¨®n del franc¨¦s. Esta final no fue muy buena, ni pasamos apuros.
Qu¨¦ bronca con aquel empuj¨®n a Gensana
En la quinta, la primera victoria fue el d¨¦bil Jeunesse d'Esch, luxemburgu¨¦s. Luego viene el Niza, otra vez. Aparece Pepillo, para marcar un buen gol: ?Ese chico val¨ªa?. Y Di St¨¦fano se pregunta c¨®mo se llamaba un rubio del Niza, que juega con buen estilo. La semifinal es contra el Barcelona de HH: ?Ese equipo ten¨ªa dos superdelanteras, una h¨²ngara y otra suramericana. Y muy buena gente en las dem¨¢s l¨ªneas. La eliminatoria era dif¨ªcil de verdad?.
Pero sobre el campo result¨® f¨¢cil. En Madrid, abre Di St¨¦fano en cabezazo en plancha: ?Yo no era muy buen cabeceador, pero trataba de presentarme por sorpresa, para cabecear con claridad?. Luego, Puskas, y, finalmente, Di St¨¦fano, otra vez de cabeza, a la salida de un c¨®rner. Quiere que repitamos el gol varias veces: ?Aqu¨ª se arm¨® la bronca, porque ellos dec¨ªan que yo empuj¨¦ a Gensana?. Repetimos una y otra vez, y finalmente r¨ªe: ?S¨ª, le empujo con el dedo y le desequilibro?. Marca Eulogio Mart¨ªnez y el partido acaba.
?Helenio Herrera dec¨ªa que estaba hecho lo de remontar dos goles, pero all¨ª nos soltamos un partidazo?. Abre Puskas, con un gol de derecha. Ahora se cuela Di St¨¦fano en posici¨®n de extremo y recibe en el ¨¢rea una tarascada de Segarra: ?No me tir¨¦, porque capaz que no me cobrara penalti el ¨¢rbitro?. Sigue lajugada, se mete hasta el palo, centra atr¨¢s, y despu¨¦s de un barullo marca Gento: ?Repita, repita: ?ve? Estamos cuatro en el ¨¢rea chica. As¨ª hay que jugar, con osad¨ªa. Hay que ir por uvas cuando se quiere conseguir algo?. Otro gol de Puskas y uno final de Kocsis: ??Si jugar¨ªamos, que nos aplaudi¨® el p¨²blico del Barcelona al marcharnos!?.
En Glasgow empezamos con problemas
En la c¨²spide de su gloria, el Madrid se presenta en Glasgow para jugar su quinta final: ?El Eintracht no fue tan f¨¢cil como se pueda pensar ahora por el resultado. Hab¨ªan eliminado al Glasgow, ganando en ese campo, en semifinales, y les ten¨ªamos miedo?. Al poco de empezar, una escapada por la derecha de un alem¨¢n, centro atr¨¢s y gol, buen gol para el Eintracht: ?Y despu¨¦s de eso vino un tiro de ellos al larguero?.
Pero Di St¨¦fano dirige la manlo bra. Se le ve atr¨¢s, cortando, gritando a Del Sol para que salga hacia adelante, controlando, tocando aqu¨ª y all¨¢, acelerando s¨²bitamente la jugada. De pronto se cuela Canario, centra, y all¨ª, en el borde del ¨¢rea chica, Di St¨¦fano marca en postura forzada: ?El bal¨®n era para ese defensa, ?ve?, y fall¨® el despeje. Yo acomod¨¦ el pie de mala manera y pude marcar?.. Poco despu¨¦s, pase de Del Sol a Canario tiro de ¨¦ste, que al portero se le escapa, y Di St¨¦fano llega como una bala para marcar: ? Entr¨¦ con todo. Si mete la mano se la arranco, me la llevo, me llevo todo el tipo, con gorra y todo. ?Qu¨¦ largo era este portero! ?. Ahora se escapa Del Sol, pierde el bal¨®n al llegar al ¨¢rea, pero lo recupera Puskas y lo coloca en la escuadra. Repetimos: ??C¨®mo le pegaba Pancho. Las pon¨ªa en la escuadra, no se andaba con macanas!?. En el segundo tiempo, un penalti a Gento, que no es. Marca Puskas y los alemanes le rega?an por no haberlo echado fuera: ??A qui¨¦n se le ocurre! ?Qui¨¦n va a echar un penalti fuera! Lo mata la afici¨®n si hace eso?.
De repente parece ponerse de mal humor: ?Aqu¨ª empez¨® la bronca, en ese tac¨®n de Vidal¨ªn. Siempre pasaba lo mismo, cuando iban las cosas bien cada uno quer¨ªa adornarse, y en f¨²tbol cuando haces tonter¨ªas te vas al pozo?. Le recuerdo que ¨¦l hizo c¨¦lebres sus goles de tac¨®n y la respuesta es contundente: ?Cuando marqu¨¦ de tac¨®n era porque no pod¨ªa darle de otra manera. Pero antes de dar un taconazo descos¨ªa la bota a punterazos?. En cualquier caso, sigue la superioridad, se va Gento y Puskas marca de cabeza. Luego hay un tiro en fallo de Marquitos, que recoge Puskas y lo pone en la escuadra: ?Ahora le preguntas a Marcos y te dice que lo hizo aposta, que pas¨® a Pancho?. Marcan los alemanes, marca Di St¨¦fano nada m¨¢s sacar, de centro, en ca?onazo desde el borde del ¨¢rea: ?Pobre portero, ya ni se mov¨ªa?. Y marca el tercero el Eintracht, en fallo de Vidal, que se quiere adornar en el ¨¢rea y cede mal a Dom¨ªnguez. Se r¨ªe otra vez: ?Pobre Vidal¨ªn, ?qu¨¦ bronca le armamos! ?.
La Intercontinental cierra la serie. Di St¨¦fano tiene mal recuerdo de aquel d¨ªa, a pesar del 5-1 que dio el t¨ªtulo al Madrid: ??Qu¨¦ gol me com¨ª ese d¨ªa!?. El primer avance es una belleza, con toda la delantera en l¨ªnea, como una formaci¨®n de stukas. Hay un tri¨¢ngulo entre Del Sol, Di St¨¦fano y Puskas con tiro final de ¨¦ste. Llegan los dem¨¢s goles, uno de ellos de Di St¨¦fano, de espaldas a la porter¨ªa, corrigiendo de tac¨®n la trayectoria de un tiro de Puskas: ?As¨ª neutralic¨¦ al portero, que ya hab¨ªa iniciado el movimiento?. Pero nada le consuela cuando ve el gol fallado. Recibe un centro de la derecha, lo controla con el pecho y se ve s¨®lo ante el portero, al borde del ¨¢rea chica: ?Le amagu¨¦ y me comi¨® el amague, fingi¨® que ca¨ªa en ¨¦l, y no, me oblig¨® a tirar por donde ¨¦l quiso. Me gan¨® de vivo a vivo?. Y tal como lo dice parece que ese gol le haya costado la Copa del Mundo ayer mismo. El partido termina 5-1, el Madrid es campe¨®n intercontinental.
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