Deontolog¨ªa
Hace pocas fechas le¨ªa en una columna interior de EL PAIS el execrable homicidio de un doctor malague?o por un paciente suyo de 74 a?os y enfermo. Al dolor e indignaci¨®n que me produce la violencia humana, y que hago extensible a sus familiares, vino a sumarse la indignaci¨®n que produjo en este humilde lector y ciudadano el telegrama del Consejo General de Colegios M¨¦dicos, al Rey, presidente del Gobiemo, etc¨¦tera, en el que se afirmaba de forma rotunda que este hecho culminaba la campa?a emprendida contra la profesi¨®n m¨¦dica por los partidos pol¨ªticos, ayuntamientos y corporaciones y su posterior amenaza de ruptura con el Ministerio que lleva la Seguridad Social.Mi indignaci¨®n part¨ªa: 1, de la utilizaci¨®n de la desgracia ocurrida a un compa?ero aislado para otros fines; 2, la acusaci¨®n mal¨¦vola e intencionada, con claro ¨¢nimo de descr¨¦dito, de los partidos pol¨ªticos, ayuntamientos y corporaciones, lo que indirectamente supone arremeter con el pueblo, que los ha elegido; para mal posiblemente de los que no digieren la democracia; 3, como no es f¨¢cilmente pensable que un ilustre Consejo General de Colegios M¨¦dicos se deje llevar por un rasgo de histeria colectiva, no queda otra salida al humilde ciudadano lector, que pensar en una descarada e incalificable demagogia.
Su llamamiento a los distintos colegios m¨¦dicos no ha tenido pr¨¢cticamente eco, como era de esperar de la sensatez de la mayor¨ªa
La lucha denodada, sin tregua y con la humildad deI verdadero cient¨ªfico de la medicina ante un problema nuevo. Eso es deontolog¨ªa y ¨¦tica m¨¦dica, eso honra a la profesi¨®n y la dignifica, como lo est¨¢ haciendo la neumon¨ªa at¨ªpica, en un esfuerzo colectivo de todos los m¨¦dicos.
Porque el sentido com¨²n de los ciudadanos, lo que nos hizo pensar con aquella triste muerte del doctor malague?o por un enfermo de 74 a?os y con un hacha, es en la demencia de ese hombre, lo que naturalmente es cosa de los jueces dilucidar, tras un examen profesional y desapasionado.
Ustedes son libres de publicar telegramas demag¨®gicos y amenazantes. Pero los ciudadanos tambi¨¦n somos libres de pensar que el mejor servicio que har¨ªan a Espa?a tras su telegrama es dimitir.
Sean realistas: casi todos los espa?oles hemos tenido que pasar por la consulta voluntaria-obligada; sabemos del pluriempleo de algunos y del paro de los m¨¢s j¨®venes y de prebendas (algunas). Podr¨¢n convencer a un Gobierno como el actual presion¨¢ndolo para que retire la ley de Incompatibilidades y la vaya dando largas. Pero la paciencia del pueblo es ir¨ªfinita, la crisis va para largo. Esta es la hora de la verdad y no de la demagogia ni de las pataletas./
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