Blasfemia mora
Resulta llamativo el silencio de tantos que escriben y se oponen a la ¡®religionizaci¨®n¡¯ de los ultras cat¨®licos pero callan cuando se trata de otras confesiones religiosas
Abogados Cristianos y Hazte O¨ªr no conseguir¨¢n nada con su timo de la estampita. Como en otros casos, su denuncia no servir¨¢ m¨¢s que para darles una inmerecida visibilidad, que es el objetivo que persiguen. Les importan bien poco la vaquilla, el cromo o los sentimientos de los verdaderos cat¨®licos, que no son tan fan¨¢ticos como para no entender una broma. Los creyentes dem¨®cratas deber¨ªan salir a protestar contra la indebida apropiaci¨®n que hacen estas organizaciones ultras de los sentimientos religiosos de todos los cristianos espa?oles. Nadie les ha otorgado esa representaci¨®n y su estrategia de colapsar los juzgados con causas absurdas deber¨ªa ser el delito, no los chistes de los humoristas, m¨¢s a¨²n con Samuel Paty y el atentado de Charlie Hebdo en la memoria.
Pero no hay de qu¨¦ preocuparse, el ministro del asunto nos ha prometido que este a?o acabar¨¢ con el delito anteriormente conocido como de blasfemia. El problema es que el religioso no es el ¨²nico sentimiento cuya ofensa puede llevarnos ante un juez. En este pa¨ªs son ya unas cuantas las mujeres feministas denunciadas por sus opiniones sobre el tema trans sin que desde la izquierda hubiera una protesta un¨¢nime por esta vulneraci¨®n del derecho a la libertad de expresi¨®n. Y, por otro lado, si alguien se mofa del islam o critica los preceptos dictados por Mahoma se va a encontrar con el aplauso de la extrema derecha (la misma que no tolera una broma sobre cristianos) y el silencio atronador, cuando no la cr¨ªtica feroz, de una parte de los progres supuestamente laicistas. Gritar¨¢n islamofobia y nos explicar¨¢n que el machismo en el Cor¨¢n es culpa de los traductores. En este sentido, las organizaciones isl¨¢micas (casi todas islamistas) se creen con todo el derecho a silenciar a las feministas exmusulmanas que denuncian la misoginia que conocen de primera mano. Conozco a demasiadas mujeres que han tenido que callar y esconderse amargamente porque al alzar la voz no han recibido m¨¢s que amenazas y acoso (aqu¨ª, no en Ir¨¢n) sin que ni una sola ministra de Igualdad de los ¨²ltimos a?os haya dicho ni media palabra sobre la situaci¨®n de las moras. Resulta llamativo el silencio de tantos (y tantas) que escriben y opinan y se oponen a la religionizaci¨®n que pretenden imponer los ultras cat¨®licos pero callan cuando se trata de otras confesiones religiosas. Se creen que es respeto pero no es m¨¢s que dejadez de funciones y una indiferencia c¨®mplice con esos radicales que tambi¨¦n son parte de esta sociedad aunque los sigan viendo como ajenos.
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