Inquietud de Marruecos ante la posibilidad de que Mauritania reconozca a la RASD
Despu¨¦s de haber sido acusada de permitir que su territorio lo convierta el Polisario en un segundo frente contra Marruecos, la posibilidad de que Nuakchot pueda reconocer a la Rep¨²blica Arabe Saharaui Democr¨¢tica (RASD) en la cumbre de Nairobi inquieta a los marroqu¨ªes.Estos dos factores por s¨ª solos podr¨ªan confimar que Mauritania, qui¨¦ranlo o no sus dirigentes, afanados en la b¨²squeda de una dificil¨ªsima neutralidad en el conflicto del Sahara, es, y ser¨¢, una pieza clave del mismo hasta que no se le encuentre una soluci¨®n a ¨¦ste. M¨¢s a¨²n, puede decirse que directamente en los ¨²ltimos seis a?os, o indirectamente a lo largo de toda su trayectoria como pa¨ªs independiente, el conflicto del Sahara o las relaciones con Marruecos han condicionado el devenir de ese pa¨ªs, creado por Francia y cubierto en sus tres quintas partes de arena.
Desde el golpe de Estado militar del 10 de julio de 1978 hasta hoy, Mauritania ha tenido tres jefes de Estado, cuatro primeros ministros, el Gobierno fue reorganizado seis veces, cinco veces cambiaron de manos el Ministerio del Interior, el de Informaci¨®n y la Jefatura del Estado Mayor del Ej¨¦rcito. La composici¨®n del Comit¨¦ Militar de Salvaci¨®n Nacional (CMSN), originariamente Comit¨¦ Militar de Rehabilitaci¨®n Nacional (CMRN), cambi¨® tambi¨¦n seis veces.
De los cinco tenientes coroneles instigadores el golpe de Estado que derroc¨® al presidente Uld Daddah en 1978, s¨®lo queda el actual primer ministro, Maauiya Uld Taya. Los otros, junto con las personalidades que constitu¨ªan el poder de Uld Daddah, se han reintegrado a sus tribus respectivas, con lo que ello comporta de riesgo para la estabilidad de una sociedad eminentemente tribal.
Los dos ¨²ltimos intentos de golpe de Estado, el de diciembre de 1980 y el de marzo ¨²ltimo, han sacudido a la sociedad mauritana y reflejan, en cualquier caso, la intensa lucha a trav¨¦s de personas interpuestas que libran en Nuakchot los partidarios de uno y otro campo en el conflicto del Sahara. La benevalencia con que fueron tratados, los primeros conspiradores de diciembre, prolibios, y la dureza de trato aplicada a los segundos, promarroqu¨ªes, cuyosjefes fueron fusilados por primera vez en la hiltoria reciente de los golpes de Estado en Mauritania, viene a confirmar indirectamente que, en realidad, lo que por razones hist¨®ricas, ¨¦tnicas, sociales y culturales va contra natura en Mauritania es la alianza con Marruecos.
A pesar de todos esos golpes exitosos o fallidos, cambios y reinodelaciones que sugieren la fragilidad del Estado, en verdad y en el cr¨¦dito de los dirigentes de Nuakchot lo que debe anotarse es su capacidad para haber hecho sobrevivir y aceptar a Mauritania como Estado independiente y, en el presente, tras la toma de poder de Maauiya Uld Taya, intentar imponer a libios, argelinos o marroqu¨ªes una neutralidad en el conflicto del Sahara.
Tres principios
La neutralidad para Mauritania, no obstante, no implica que deban abandonarse tres principios: el reconocimiento del derecho a la autodeterminaci¨®n de los pueblos, el del respeto de las fronteras heredadas del colonialismo y el de los inevitables condicionantes que el pasado hist¨®rico impone a la soluci¨®n de los conflictos.La historia, explicada por los mauritanos, recuerda que ellos son los descendientes de los moros almor¨¢vides, que en el siglo XI conquistaron Marruecos y Espa?a. Para ellos, el Sahara y Mauritania siempre constituyeron un mismo espacio moro hist¨®rico, ¨¦tnico, cultural y social. Esta es la parte hist¨®rica que le hace comprender m¨¢s f¨¢cilmente las razones del Polisario y, por el contrario, asumir mal las pretensiones marroqu¨ªes.
Est¨¢n naturalmente tambi¨¦n los intereses de Estado en la convicci¨®n de que un Polisario sin territorio donde crear un Estado se ver¨¢ tarde o temprano incitado a ocupar todo aquel espacio geogr¨¢fico y humano con el que se siente emparentado. Entre los sentimientos que dictan las actitudes de los dirigentes mauritanos est¨¢ de todas formas presente, el hecho de que los primeros a?os de la vida independiente de Mauritania son precisamente de confrontaci¨®n con Marruecos, apoyado por la Liga Arabe, que, pretendiendo que Mauritania siempre form¨® parte del imperio jerifiano, le discut¨ªa su derecho a existir como naci¨®n.
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