El h¨²ngaro Istvan Szavo actualiza la novela "Mephisto", de Klaus Mann
Uno de los m¨¢s prestigiosos directores de cine h¨²ngaro Istvan Szabo, descubierto por la cr¨ªtica internacional casi desde sus comienzos en los a?os sesenta, considera que Mephisto no es una pel¨ªcula sobre la alemania nazi ni que los problemas de su personaje principal -un actor, antiguo militante socialista que colabora con el nacismo porque cree que el arte es apol¨ªtico no se circunscriben a esa ¨¦poca.?Pienso?, dice, ?que ese personaje no es un cerdo ni una v¨ªctima. Es un hombre de gran talento, pero que tiene la necesidad de ejercitarlo, de complacer a todos. Quiere que todos le admiren. Lo ¨²nico que cuenta para ¨¦l es su carrera. No tiene amores, no tiene amigos: s¨®lo su carrera le importa. He querido hacer una pel¨ªcula en la que el espectador no pueda tener un juicio moral hasta las ¨²ltimas secuencias. Es decir, mi personaje es evidentemente un inmoral, pero cabe preguntarse si en otro pa¨ªs, en otras circunstancias, hubiera tenido necesidad de ser inmoral. La existencia humana est¨¢ llena de compromisos, en cualquier momento, en cualquier circunstancia. Por eso creo que Mephisto ofrece una cierta posibilidad de identificaci¨®n para el espectador. Es, en ese sentido, una pel¨ªcula cat¨¢rtica?.
Inspirada en el Mephisto, de Klaus Mann, la pel¨ªcula de Istvan Szabo tiene significaciones curiosas, viniendo de un pa¨ªs en el que la libertad de expresi¨®n no ha alcanzado a¨²n toda su realidad. ?La novela fue escrita en los a?os treinta es decir, de lleno en la situaci¨®n que expresa. Cincuenta a?os despu¨¦s hay que hacer una nueva reflexi¨®n sobre el texto sin necesidad de circunscribirlo a esa ¨¦poca. Estoy convencido de que el tema de Mephisto interesa en muchos pa¨ªses, por no decir en todos. Po eso hemos matizado algunos pasa jes del libro, hemos actualizado por as¨ª decir, lo que nos parece eterno en la novela?.
?Mi pel¨ªcula ten¨ªa que ser rodada forzosamente en Irlanda?, declar¨® John Boorman en la conferencia de Prensa, ya que aquel es uno de los pocos lugares que a¨²n conservan en el mundo su naturaleza intacta. Sobre esto quer¨ªa yo hablar en Excalibur. Naturalmente que me fascina la historia de los caballeros del rey Arturo, tanto, que sue?o con esta pel¨ªcula desde hace m¨¢s de diez a?os, pero me interesaba utilizarla para exponer mi punto de vista sobre la necesidad del hombre de hoy por recuperar una cierta espiritualidad perdida?.
?Frente al materialismo de nuestros d¨ªas?, a?ade, ?el hombre se siente indefenso. En los tiempos legendarios del rey Arturo, sin embargo, hab¨ªa opci¨®n para imaginar, para la magia. Hoy, no. He dado muchas vueltas a este proyecto. Incluso estuve tentado de adaptar al cine El se?or de los anillos. Pero he querido finalmente hacer mi propla versi¨®n de los personajes de la Tabla Redonda, en aquel decorado irland¨¦s, que, por cierto, he localizado en un radio de acci¨®n de cincuenta kil¨®metros alrededor de mi casa. Es un paisaje id¨ªlico que tiene ahora su traducci¨®n en el premio especial del jurado por las calidades art¨ªsticas y t¨¦cnicas de Excalibur?.
Una espl¨¦ndida pel¨ªcula que divierte y asombra a lo largo de sus dos horas y media de proyecci¨®n. Once millones de d¨®lares es un presupuesto realmente bajo para la calidad del espect¨¢culo presentado. Boorman lo explica diciendo que ?esto s¨®lo es posible con la ayuda de los actores, de los t¨¦cnicos. Eran pr¨¢cticamente desconocidos, cobraron poco, hasta colaboraron en la pel¨ªcula miembros de mi familia. Nos propusimos reducir al m¨ªnimo los gastos. Gracias a eso Excalibur es hoy posible ?.
Con la pel¨ªcula de Boorman contin¨²a, pues, este sprint final del Festival de Cannes, que ha conservado este a?o los mejores t¨ªtulos para el final.
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