El Gobierno espa?ol y la extrema derecha

( ... ) En vez de calmar los esp¨ªritus en los medios militares, como algunos hab¨ªan esperado, esta pol¨ªtica ha dejado, sobre todo, una impresi¨®n de impunidad que no pod¨ªa m¨¢s que favorecer una nueva tentativa: tres meses despu¨¦s del golpe militar del 23 de febrero, los ultras han logrado de nuevo sacudir la fr¨¢gil democracia espa?ola. ?Cambiar¨¢ el Gobierno de Madrid, en consecuencia, su pol¨ªtica? Se puede dudar despu¨¦s de asistir a la conferencia de Prensa dada por las autoridades civiles y militares de Barcelona. Si se cree a estas ¨²ltimas, el comando estaba formado por delincuentes comunes, conocidos por su pasado anarquista, y una de sus motivaciones podr¨ªa haber sido el de desvalijar el banco. Estas afirmaciones no corresponden a los primeros testimonios recogidos.Est¨¢ claro que el Gobierno, cogido entre los fuegos cruzados de los atentados separatistas vascos de ETA y de los ultras de extrema derecha, no puede condehar los primeros y fingir que ignoran los segundos. Es un asunto de estrategia que ha entrado en una fase decisiva. Los autores del ataque contra el banco Central han escogido perfectamente la fecha, el lugar y la justificaci¨®n de su acci¨®n (...).

Por otra parte, es evidente que el destino de los jolpistas del 23 de febrero hipoteca hoy la pol¨ªtica del pa¨ªs y que las incertidumbres que suscitan el proceso mantienen un clima de malestar permanente en los medios militares. El Gobierno no sab¨ªa qu¨¦ pol¨ªtica seguir en este asunto. Ahora sabe, desde los acontecimientos del 23 al 24 de mayo, que la indulgencia no recompensa.

26 de mayo