Se empeque?eci¨®

No fue la ocasi¨®n de gol perdida por Camacho el determinante de la derrota del Madrid. La lamentaci¨®n en ese sentido, por tanto, es vana. El Madrid perdi¨® porque hizo, quiz¨¢, el peor partido de los ¨²ltimos tres meses. Ni siquiera puso el coraje habitual. El Madrid se empequeneci¨® ¨¦l solo.La clave del encuentro estuvo en el fallo de Stielike y Juanito. El alem¨¢n fue mantenido err¨®neamente junto a la banda izquierda, como puro y simple marcador de Lee, y ello priv¨® al Madrid del motor que impulsa a los compa?eros de ataque. Perdido Juanito en la zona c¨®moda, el Madrid careci¨® de elementos suficientes para intentar el gol. Santillana fue un n¨¢ufrago al que nadie apoy¨®. Cunn¨ªngham intent¨® cuatro cosas por la derecha sin apoyo y el resto del tiempo se perdi¨® totalmente.

El portero del Liverpool no tuvo ocasi¨®n de intervenir formalmente ni una sola vez. El escaso empuje madridista queda perfectamente reflejado en este hecho. Hubo un f¨²tbol blandito. Hubo, en definitiva, un conjunto homog¨¦neo, aunque no fuera brillante, el Liverpool, y un equipo que bas¨® todas sus posibilidades en las individualidades.

El Liverpool ha terminado la competici¨®n sin haber sido derrotado, y a un equipo tan poderoso como el Bayer, le venci¨® en las dos confrontaciones. El Madrid no estuvo ni siquiera a su altura. Pero tampoco hay que condenarle. En el conjunto del torneo super¨® su propio list¨®n.