El te¨®logo Urs von Balthasar presenta en Madrid la revista "Communio"

Communio es un movimiento internacional cat¨®lico, nacido de la mano de Hans Urs von Balthasar, te¨®logo suizo de 76 a?os, que se expresa mediante una revista del mismo t¨ªtulo, editada en ocho pa¨ªses y que ayer presentaron, en Madrid, delegados de estos pa¨ªses. Los sectores progresistas saludaron fr¨ªamente su aparici¨®n hace diez a?os, tild¨¢ndola de ser un anti Concilium, revista de los te¨®logos del Vaticano II.

Para Von Balthasar, sin embargo, esta revista pretende tomarse en serio lo de la internacionalidad, dejando a cada pa¨ªs el espacio suficiente para introducir sus propias variantes.El te¨®logo suizo explicaba a EL PA?S la originalidad del planteamiento recurriendo a la diferencia que media entre los vocablos comuni¨®n y comunismo. Este ¨²ltimo ?es un teor¨ªa jud¨ªa, un mesianismo secularizado que viene del Antiguo Testamento, en donde un pueblo indiferenciado espera la edad de oro. Comuni¨®n, empero, refleja la idea cristiana del hombre como ser absoluto, como persona. Para Marx y el Antiguo Testamento el individuo no existe?.

No se trata de un movimiento espiritualista, sino que asume la dimensi¨®n pol¨ªtica de la fe, aunque ¨¦sta admite diversas traducciones. En Italia, por ejemplo, Communio est¨¢ vinculado al movimiento pol¨ªtico Communio e Liberazione, con relaciones democristianas. Tambi¨¦n aparece la revista en Polonia, donde el Estado tard¨® en dar el visto bueno a su edici¨®n, debido a la actitud beligerante de uno de los solicitantes: Karol Wojtyla. La cosa se arregl¨® cuando le nombraron Papa.

Hans Urs von Balthasar, que hace a?os fue conocido en Espa?a por un cr¨ªtico art¨ªculo sobre el Opus Dei, es una de las figuras se?eras de la teolog¨ªa centroeuropea. No ha ahorrado cr¨ªticas a modernos te¨®logos, como Metz, y a teolog¨ªas como la que representan Moltmann o los latinoamericanos, ?teolog¨ªas sin esperanza, ?aunque tengan fe y caridad?. Por supuesto, rechaza versiones meramente espiritualistas del cristianismo, pero est¨¢ convencido de que en las fuentes tradicionales de la religi¨®n se hallan los elementos necesarios para explicar al cristiano su lugar en el mundo sin tener que recurrir ?al Cristo pol¨ªtico de los latinoamericanos o a politizaciones de la religi¨®n?.