Refugiados: ?quien los crea?
El 14 de octubre del a?o pasado dos muchachas vietnamitas y sus hijos peque?os fueron secuestradas y violadas repetidamente en un campo de refugiados del sudeste asi¨¢tico. Otra refugiada adolescente fue vendida por funcionarios tailandeses a un prost¨ªbulo situado en las proximidades del campo de refugiados, y numerosas ni?as y j¨®venes corren la misma suerte. Tambi¨¦n en Tailandia, en la isla de Kao-Kra, muchos ni?os que hu¨ªan con sus padres -boat people- fueron torturados y violados. Durante la querra de Nicaragua, en 1979, la cuarta parte de los refugiados en el campimento de Choluteca, perseguidos por la aviaci¨®n de Somoza, eran ninos menores de seis a?os.Estos son algunos de los testimonios presentados en la reuni¨®n sobre el ni?o refugiado que tuvo lugar en Ginebra bajo el auspicio del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), y al que asistieron, entre otras veinte personalidades, Luis Echevarr¨ªa, ex presidente de M¨¦xico. Sean McBride, ex ministro de Relaciones Exteriores de Irlanda y premio Nobel de la Paz, el doctor Leon Schwarzenberg, tambi¨¦n premio Nobel, la actriz sueca Liv Ullman, y la esposa del presidente mexicano, Mar¨ªa del Carmen Romano.
A lo largo de las jornadas se puso de manifiesto que sobre una cifra aproximada de doce millones de refugiados en el mundo, cinco millones son ni?os. Estad¨ªsticas del ACNUR se?alan que tanto en Asia como en Africa, en uno de cada dos casos, decir ?refugiado? es sin¨®nimo de ?ni?o?. Este porcentaje se debe, entre otras razones, a la alta tasa de natalidad existente en los pa¨ªses perif¨¦ricos del sistema mundial -el llamado Tercer Mundo-,ya que los ni?os son los primeros a quienes se intenta salvar ante conflictos armados.
En la actualidad no hay continente que no exporte o reciba refugiados, y especialmente en Asia y Africa las migraciones derivadas de persecuciones pol¨ªticas, ¨¦tnicas o religiosas -factores que van unidos a la guerra y la represi¨®n- son masivas. Los datos avanzan en contra del optimismo: cada vez hay m¨¢s exiliados, personas que dejan de estar protegidas por sus Gobiernos y pasan a ser v¨ªctimas de ellos, o de situaciones b¨¦licas. Los esfuerzos que realizan el ACNUR, la Cruz Roja y los organismos dedicados en todo el mundo a la cuesti¨®n no son in¨²tiles, pero el problema parece infinito en tanto no se solucionen las causas de las que nacen los refugiados
A esta ¨²ltima cuesti¨®n se refirieron, en particular, los asistentes a la reuni¨®n de Ginebra sobre el ni?o refugiado. En el documento final emitido consideran que ?las grandes potencias mundiales. independientemente de sus posiciones pol¨ªticas o ideol¨®gicas, tienen una gran responsabilidad en los conflictos armados y las guerras. Estos conflictos -agrega- son llevados adelante, o al menos iniciados, por pa¨ªses peque?os que se convierten en Estados clientes de una o m¨¢s potencias dado que las armar, el adiestramiento militar, el asesoramiento y la ayuda econ¨®mica provienen invariablemente de alguno de los grandes bloques de poder?. De ah¨ª que, concluyen, estos bloques deben asumir que con sus pol¨ªticas son activos creadores de refugiados. Por otra parte, los miembros de la reuni¨®n de Ginebra expresaron su indignaci¨®n por el hecho de que se gaste un mill¨®n de d¨®lares por minuto en armas y no se destine una fracci¨®n de esa cifra para los refugiados y los ni?os refugiados.
El ni?o, gen¨¦ricamente, ha sido utilizado demasiadas veces para conmover y movilizar sentimentalmente con fines propapand¨ªsticos. En el caso de los refugiados, las cifras hablan por s¨ª solas para negar todo gesto demag¨®gico. A la vez, el ni?o refugiado es s¨ªmbolo del drama pasado y la incertidumbre futura y una v¨ªctima a¨²n m¨¢s fr¨¢gil de la lucha de intereses: la mala alimentaci¨®n, cambios de clima, deficientes condiciones sanitarias, alcanzan para acabar con la vida de miles de ellos. ?Las epidemias se extienden r¨¢pidamente?, explica un m¨¦dico que trabaja en campos de tr¨¢nsito, ?a causa de la subalimentaci¨®n. Se puede comenzar con una infecci¨®n respiratoria y, muy pronto el enfermo sufre de gastroenteritis, encefalitis y neumonia?.
En un seminario celebrado en Madrid, tambi¨¦n en octubre pasado, sobre el ni?o refugiado y su familia, convocado por la delegaci¨®n en Espa?a del ACNUR, psicoanalistas, m¨¦dicos y trabajadores sociales se?alaron, en la misma l¨ªnea, que los trastornos psicol¨®gicos son sumamente graves en el ni?o refugiado. La doctora Mar¨ªa Luisa Siquier de Ocampo explic¨® que el clima de persecuci¨®n, primero, y el exilio, despu¨¦s, produce una alteraci¨®n en la forma de captar el mundo por parte del ni?o hasta el punto de que ¨¦ste prefiere desconocer una realidad tan hostil. El paso siguiente es negarse a todo tipo de aprendizaje.
Ante esta situaci¨®n, los asistentes a Ginebra realizaron un llamamiento a la comunidad internacional y a los Gobiernos para que apoyen el trabajo del ACNUR y se respete estrictamente el derecho de asilo. A la vez, se apela a los medios de comunicaci¨®n, los l¨ªderes religiosos, las autoridades educativas, intelectuales, periodistas y figuras p¨²blicas para que presten mayor atenci¨®n al problema y sensibilicen a la opini¨®n p¨²blica sobre los refuLgiados. Asimismo, se dirigieron al secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, y a todos los Gobiernos con el objetivo de que se adopten medidas jur¨ªdicas orientadas a que cesen ?los actos inhumanos, las violaciones, los secuestros de ni?os refugiados?. Para ello se propuso el establecimiento de un tribunal internacional con jurisdicci¨®n para considerar casos y castigar cr¨ªmenes contra los refugiados.
Posiblemente la mayor importancia de la reuni¨®n de Ginebra sea la de haber apuntado en una direcci¨®n, quiz¨¢ obvia, pero no casualmente olvidada: qui¨¦n crea los refugiados. Y el relacionar la cuesti¨®n de la expansi¨®n imperialista, el poder a nivel mundial, la dependencia de los pa¨ªses perif¨¦ricos y la industria armament¨ªstica con una de sus consecuencias m¨¢s dram¨¢ticas: millones de personas convertidas en ap¨¢tridas, viviendo en campos de tr¨¢nsito, esperando que alg¨²n pa¨ªs los ampare, intentando adaptarse en nuevos medios muchas veces contrarios a su presencia.
La pregunta ?qui¨¦n los crea? otorga realidad y contexto a la imagen que vemos en la Prensa o la televisi¨®n de las barcas sobre el mar de la China o largas caravanas en Africa, porque para la mayor parte de la opini¨®n p¨²blica europea y, estadounidense los refugiados -una especie de pa¨ªs n¨®mada, heterog¨¦neo y disperso- son s¨®lo una imagen. Indagar en su historia arranca al espectador de una dimensi¨®n pasiva, eventualmente caritativa, y lo conduce a entender la cuesti¨®n en t¨¦rminos de pol¨ªtica internacional. Cuando nos preguntamos por qu¨¦ hay refugiados empezamos a rastrear en las responsabilidades y se pueden exigir, justamente, soluciones.
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