El 80% de la infancia tiende a imitar lo que ve en televisi¨®n
El 80% de los ni?os tiene tendencia a imitar lo que ve en la televisi¨®n y un 5% menos demuestra predisposici¨®n al consumismo alentado por dicho medio de comunicaci¨®n, seg¨²n un estudio realizado por la secci¨®n de Paidopsiquiatr¨ªa de la cl¨ªnica infantil de La Paz, de Madrid, realizado bajo la direcci¨®n de su jefe, el doctor Carlos Cobo. Dicha investigaci¨®n ha sido presentada en el V Simposio Espa?ol de Pediatr¨ªa Social, que se ha celebrado en el Puerto de la Cruz (Tenerife).
Cien ni?os, con deficiencias psicol¨®gicas y psicosom¨¢ticas, con edades de hasta siete a?os, han servido de muestra para tal prospecci¨®n. De la misma se ha podido desprender que no existe relaci¨®n directa entre la violencia que se ofrece en los programas televisivos y las conductas agresivas infantiles.La mitad d¨¦ los ni?os encuestados sufre sue?os sobre determinados espacios televisivos. Al 25% les produce terrores nocturnos aquellos programas que no figuran entre sus preferidos. ?El ni?o realiza juegos sobre los programas que m¨¢s le agradan. De esta manera libera sus espuestas hacia los mismos. En cambio hay otros a los que no les sugieren ning¨²n acto creativo, pero se producen represiones en su inconsciente que suelen aflorar durante el sue?o?, indic¨® a EL PAIS Cobo Medina.
Los dibujos animados ocupan el primer lugar en el ranking de preferencias infantiles, con independencia de la edad, el sexo y la personalidad de los ni?os consultados. Los programas por los que menos inter¨¦s despiertan estos televidentes son los de tipo cultural y los informativos. Casi la totalidad de los ni?os selecciona sus apetencias televisivas en funci¨®n de valores sentimentales, familiares, ¨¦tico-morales, de sociabilidad y omnipotencia de los personajes.
El 62% de los ni?os encuestados considera que la televisi¨®n, s¨ª bien no ofrece grandes posibilidades para su participaci¨®n, s¨ª les permite adquirir m¨¢s conocimientos que cualquier otra fuente de informaci¨®n. Los autores de este trabajo consideran que la televisi¨®n no es mala, por naturaleza, para la edad de la infancia, aunque su buen uso depende del que le quiera proporcionar la familia.
Dos horas con la "tele".
De las cinco horas de ocio de que dispone el ni?o al d¨ªa, durante la jornada escolar, dos las dedica a contemplar la televisi¨®n. Esta proporci¨®n del 40% de visi¨®n televisiva diaria es muy similar a la de los pa¨ªses europeos y est¨¢ por debajo de la de Estados Unidos. Por otra parte, los fines de semana, el consumo televisivo del ni?o se eleva hasta siete horas de promedio diario. Asimismo, el ni?o de familias con un nivel sociocultural medio-bajo es m¨¢s adicto a la televisi¨®n que los de niveles m¨¢s altos.A los psic¨®logos les preocupa la hora en que el ni?o se retira de la televisi¨®n y su utilizaci¨®n como reclam¨® publicitario en la misma. Seg¨²n los especialistas, las diez de la noche es la hora en que el p¨²blico infantil deja de presenciar la televisi¨®n. ?Se han perdido buenas costumbres en Televisi¨®n Espa?ola, como el Vamos a la cama, que serv¨ªa de referencia en cada hogar para que el ni?o interrumpiera su presencia ante el televisor y se retirara a su sue?o nocturno, del que se recomienda que dure doce horas. Ahora se podr¨ªa introducir en la programaci¨®n televisiva un peque?o espacio de dibujos animados, a las nueve de la noche, que sirviera de frontera del horario infantil en Televisi¨®n Espa?ola?, manifest¨® el paidopsiquiatra.
La utilizaci¨®n del ni?o en la publicidad televisiva, orientada adem¨¢s de a la infancia a los adultos, requiere, seg¨²n los autores de este trabajo cient¨ªfico, un control oficial, que tambi¨¦n deber¨ªa aplicarse en el caso de protagonismo infantil en papeles pornogr¨¢ficos. En este sentido, se aguarda a que el Estatuto del Menor, cuyo proyect¨® ha quedado bloqueado desde el a?o 1977, contemple estos supuestos. ?Nosotros somos algo pesimistas sobre la futura ley de protecci¨®n del menor y el subnormal, porque no se ha contado con los expertos en temas infantiles para su elaboraci¨®n?, precis¨® el doctor Cobo.
De otra parte, en una comunicaci¨®n presentada en dicho simposio por el departamento de Psicolog¨ªa Social y Laboral de la Universidad de La Laguna (Tenerife), se afirma que el 50% de las respuestas agresivas de cincuenta estudiantes de quinto curso de Psicolog¨ªa se produjeron cuando se les presentaron programas infantiles, como Ruy, el peque?o Cid o Starsky y Hutch. En dicho estudio se se?ala que, aunque no se puede afirmar que la agresividad que se suministra a trav¨¦s de la televisi¨®n sea la causante del comportamiento violento de sus espectadores, s¨ª se destaca el hecho de que la misma sea ?fuente de modelos de aprendizaje, as¨ª como que permite la adquisici¨®n de ciertos patrones de comportamiento agresivo?. El mismo equipo de estudios resalt¨® el papel que desempe?a la televisi¨®n como medio de castigo en la familia. El 73% de los ni?os de quinto de EGB encuestados reconoci¨® haber sido castigado en sus casas con no poder ver la televisi¨®n.
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