Huelga en el hospital Cl¨ªnico de Granada para forzar una investigaci¨®n sobre la gesti¨®n del centro
El hospital Cl¨ªnico de Granada, el centro sanitario m¨¢s importante de la provincia, se encuentra desde el pasado lunes al m¨ªnimo nivel de funcionamiento debido a la huelga legal que llevan a cabo los trabajadores del centro. Este paro fue acordado en su d¨ªa como medida de presi¨®n para lograr de los ministerios de Sanidad y Educaci¨®n la constituci¨®n de una auditor¨ªa que conduzca al esclarecimiento y a la soluci¨®n de los graves problemas e irregularidades denunciados por el comit¨¦ de empresa. La auditor¨ªa ha sido asimismo solicitada por los parlamentarios de izquierda de Granada. La responsabilidad de esta grave situaci¨®n es atribuida por los trabajadores del centro, m¨¢s de 2.000, a la Universidad de Granada y al Insalud.
La continua dejadez y el enfrentamiento latente desde hace tiempo entre ambos organismos. que han incumplido y contin¨²an incumpliendo acuerdos y responsabilidades leales en el tema, son, seg¨²n se denuncia en un documento elaborado por el comit¨¦ de empresa y, la asamblea de m¨¦dicos del centro, los causantes principales del grave problema organizativo Y asistencial que el hospital universitario de Granada padece en la actualidad.?El problema es general y afecta a todos los hospitales cl¨ªnicos de Espa?a, no s¨®lo al de Granada?, ha declarado a EL PAIS el rector de la Universidad granadina, Antonio Gallego. ?La clave del tema?, a?adi¨® el profesor Gallego Morell, ?radica en el retraso que est¨¢ sufriendo la firma del convenio marco que va a regular las relaciones entre las universidades y el Insalud para el normal desenvolvimiento de los distintos hospitales cl¨ªnicos, que ahora se rigen por convenios particulares con los que absolutamente nadie se muestra satisfecho?.
Con todo ello, el vac¨ªo de poder en el Cl¨ªnico granadino es pr¨¢cticamente absoluto, con cerca ya de dos a?os de direcci¨®n provisional, interina, cambiante y no remunerada econ¨®micamente, a cargo de alguno de los tres catedr¨¢ticos que forman la comisi¨®n de direcci¨®n (los profesores Pedraza, Molina y Piedrola), y la vacante por cubrir, tambi¨¦n desde hace el mismo tiempo, de un puesto de m¨¢xima responsabilidad para el departamento m¨¦dico-administrativo, como es la secretar¨ªa general, segunda autoridad asistencial del centro.
Ambos cargos corresponder¨ªa ocuparlos, sin embargo, a sendos inspectores del Insalud, seg¨²n el convenio firmado en su d¨ªa por la Universidad de Granada y el antiguo Instituto Nacional de Previsi¨®n (INP), que, si bien contin¨²a a¨²n vigente en la actualidad, se encuentra denunciado por parte de la primera desde 1979. Asimismo distintas cuestiones realizadas por el profesor Galleizo Morell cerca de la Secretar¨ªa de Estado para la Salud y de la Direcci¨®n General del Insalud, para el nombramiento de director del Cl¨ªnico, han resultado hasta el momento infructuosas.
Desorganizaci¨®n
El vac¨ªo de poder supone una falta total de Gobierno y direcci¨®n del hospital, donde no existe en la pr¨¢ctica la m¨¢s b¨¢sica planificaci¨®n, lo que genera continuas dif¨ªcultades del funcionamiento y gesti¨®n, tanto en materia asistencial como en el terreno administrativo y econ¨®mico.Resulta significativo, en este sentido, el hecho de que los acuerdos tomados en junta de cl¨ªnicas, que es un te¨®rico ¨®rgano asesor (formado por los veinte catedr¨¢ticos existentes y tan s¨®lo un representante de los 32 jefes de servicio, uno por los jefes de secci¨®n, otro por los adjuntos cl¨ªnicos y otro por los m¨¦dicos residentes), se hacen ejecutivos sin someterse antes al dictamen de organismos de rango superior y ejecutores, como la actual junta de gobierno, democr¨¢ticamente elegida, pero cuyo trabajo se encuentra en la actualidad bloqueado. Esto permite a algunos catedr¨¢ticos, seg¨²n el comit¨¦ de empresa, organizar la asistencia en sus c¨¢tedras y departamentos de forma totalmente particular, sin control alguno por parte de la instituci¨®n y por encima de los intereses generales del centro o de los propios enfermos.
La carencia de un reglamento de r¨¦gimen interno y la falta de contratos laborales para los m¨¦dicos de plantilla son dos de los principales problemas existentes en relaci¨®n con el personal del Cl¨ªnico, al que tampoco se le reconocen los m¨¦ritos de su estancia en este hospital para traslados o concursos a otros centros sanitarios. Por otra parte, no son pocos los m¨¦dicos que desde hace varios a?os ven descontada de su n¨®mina, por parte del Insalud, una determinada cantidad en concepto de docencia, sin que la misma les sea posteriormente repuesta por la Universidad, lo que supone ya una buena suma de millones de pesetas.
Mucho m¨¢s importante y escandalosa resulta, sin embargo, la cantidad de dinero que se derrocha sin justificar del presupuesto hospitalario anual -cerca de 4.000 millones de pesetas para el actual ejercicio- en concepto de intermediarios y minoristas proveedores de alimentos, medicinas, material sanitario y de laboratorio, servicios t¨¦cnicos y otros suministros o prestaciones.
Derroche
En este sentido, seg¨²n un estudio realizado por el comit¨¦ de em presa en 1978, en el mes de junio y tan s¨®lo respecto a seis productos concretos adquiridos por el servicio de cocina (tomates, lechugas, jud¨ªas verdes, pl¨¢tanos, naranjas y melocotones), la administra ci¨®n del Cl¨ªnico, a cuyo frente figura Sebasti¨¢n Bueno, pag¨® un total de 118.906 pesetas m¨¢s que si los mismos productos se hubie ran comprado directamente en Mercagranada. En todo ese tiempo no se rechaz¨® ning¨²n su ministro alimenticio, a pesar del evidente mal aspecto de muchos de ellos, que luego hab¨ªan de tirarse a la basura sin aprovechar.En cuanto a planificaci¨®n hospitalaria, en el documento de los trabajadores se denuncia la duplicidad de servicios, y hasta de departamentos, con objetivos y funciones similares, mientras que otros subsisten en condiciones precarias, sin que haya ning¨²n organismo coordinador con capacidad ejecutiva por encima de los propios departamentos. As¨ª, debido a su car¨¢cter regional, el centro cuenta con la ¨²nica bomba de cobalto existente en Andaluc¨ªa Oriental, lo que obliga a tenerla en funcionamiento durante m¨¢s de catorce horas diarias, mientras que hay ya un scanner instalado en otro hospital de Granada y se pretende ahora traer uno nuevo para el Cl¨ªnico, cuando en toda Espa?a no hay m¨¢s que 35 scanners y, en Par¨ªs, por ejemplo, con solamente cuatro se cubre un ¨¢rea de nueve millones de habitantes.
Los problemas de sectorizaci¨®n y planificaci¨®n se multiplican, adem¨¢s, debido a la funci¨®n que el hospital realiza como casa de socorro, que supone atender una media diaria de 225 pacientes en el servicio de urgencia externa. El ¨ªndice de ocupaci¨®n del centro es habitualmente superior al 120%, por lo que el n¨²mero de camas resulta del todo insuficiente. Los enfermos tienen que ser encarnados, ya de forma sistem¨¢tica en comedores y pasillos de las salas.
Insuficiente es, asimismo, la plantilla de personal, inferior en todos sus estamentos a la de cualquier centro de la Seguridad Social de similares caracter¨ªsticas, sobre todo en cuanto se refiere al personal no m¨¦dico, y de forma especial a nivel de celadores. La deficiente distribuci¨®n de la plantilla plantea tambi¨¦n graves problemas con el reparto de horas extraordinarias, cuyo exceso resulta dif¨ªcilmente soportable para no pocos profesionales. La falta de personal titulado en determinados servicios es paliada, asimismo, mediante su sustituci¨®n por otros profesionales e, incluso, por personal no titulado, lo que en ocasiones permite la incursi¨®n en posible intrusismo.
Catedr¨¢ticos que se niegan a dar docencia a los m¨¦dicos residentes, una alarmante reducci¨®n del n¨²mero de ¨¦stos en los dos ¨²ltimos a?os, la arbitraria ignorancia que en muchos casos se hace de los baremos de contrataci¨®n establecidos para las sustituci¨®nes, un cierto n¨²mero de plazas vacantes de m¨¦dicos que no se sacan a concurso, mientras que se les han suspendido los contratos a los residentes de cuarto a?o, antes de cumplir el plazo fijado, son otros de los temas m¨¢s controvertidos.
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