La versi¨®n policial anula la hip¨®tesis de Calvo Sotelo sobre el asalto al Banco Central
La nota oficial de la polic¨ªa de Barcelona confirmando sus conclusiones provisionales sobre el m¨®vil del espectacular asalto a la oficina principal del Banco Central, en el sentido de que la banda armada que all¨ª actu¨® estaba formada exclusivamente por delincuentes comunes que nunca tuvieron conexiones con la ultraderecha, anula la hip¨®tesis oficial que el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, expuso ante el Pleno del Congreso la pasada semana. El jefe del Ejecutivo dijo el martes 26 de mayo que un miembro de la extrema derecha hab¨ªa organizado el asalto.
Esta nueva versi¨®n del suceso de Barcelona podr¨ªa crear, a juicio de distintos observadores, un problema de credibilidad p¨²blica, dadas las numerosas suposiciones, canalizadas por conducto oficial y de forma oficiosa, a que se ha llegado sobre el verdadero m¨®vil del asalto. Si bien importantes sectores de la opini¨®n p¨²blica no dudan que la versi¨®n facilitada por la polic¨ªa sea la correcta, el problema se plantea en el hecho de que, en el corto espacio de tiempo transcurrido desde que se perpetr¨® el asalto, se han barajado dos hip¨®tesis, ambas de momento descartadas, aunque el caso est¨¢ en manos ahora de la autoridad judicial.La primera se centr¨® en las sospechas de que los integrantes de la citada banda armada pudieran ser miembros de la Guardia Civil. Esta hip¨®tesis cobra fuerza cuando tanto la polic¨ªa como la propia Guardia Civil, primero en la persona del jefe de la IV zona (Barcelona), general Pajuelo, y luego en la del propio director general de este instituto, general Aramburu, llegan al convencimiento de que, por el modo de actuar y por el l¨¦xico empleado por los asaltantes en el interior del Banco Central, podr¨ªan encontrarse miembros de este benem¨¦rito instituto.
Estas sospechas se barajan pr¨¢cticamente durante las 37 horas que dura la ocupaci¨®n, e incluso, siempre en el terreno de la suposici¨®n, se piensa que entre los integrantes de la banda pudiera encontrarse el ¨²nico oficial de la Guardia Civil implicado en el golpe que en la actualidad se halla huido, el capit¨¢n Gil S¨¢nchez Valiente. Concretamente, en una conversaci¨®n telef¨®nica entre el general Pajuelo y el posteriormente identificado como el N¨²mero Uno, Jos¨¦ Juan Mart¨ªnez G¨®mez, el primero dice: ?Que se ponga S¨¢nchez Valiente?, a lo que el Rubio, apodo por el que se conoce tambi¨¦n al N¨²mero Uno, le responde: ?No se puede poner. Y adem¨¢s el que manda aqu¨ª soy yo?. Esto dio lugar a que se especulara que podr¨ªa haber una persona con mayor responsabilidad que el supuesto S¨¢nchez Valiente en el interior de la entidad bancaria.
Este detalle, unido a las declaraciones en Vitoria del ministro de Defensa, Alberto Oliart, en el sentido de que hab¨ªa sido detectado este oficial de la Guardia Civil en Andorra, o la presencia, frente a la puerta principal del Banco Central, de una tanqueta de la Guardia Civil con un teniente coronel en su interior que conoce a S¨¢nchez Valiente, hicieron fuerte la primera hip¨®tesis sobre el caso, en cuya construcci¨®n se recogieron asimismo las aportaciones de dos rehenes que aseguraban haber sospechado de la existencia de guardias civiles entre sus secuestradores.
Las conversaciones entre el mando operativo y el interior del banco, y otras que inexplicablemente se produjeron desde Madrid sin el conocimiento de los m¨¢ximos responsables de las investigaciones, se encuentran grabadas en cintas magnetof¨®nicas, que ya han sido solicitadas formalmente por el Grupo Parlamentario Socialista, para que sean conocidas por la Comisi¨®n de Interior del Congreso En estas cintas est¨¢n grabadas cuantas comunicaciones se llevaron a cabo entre secuestradores y encargados de la investigaci¨®n, y de su contenido se desprendi¨® la primera hip¨®tesis. La posibilidad de que entre los secuestradores hubiera guardias civiles fue transmitida desde Barcelona a las primeras autoridades del Gobierno, que durante bastante tiempo le dieron prioridad a esta supuesta versi¨®n.
Extrema derecha
Liberados los ¨²ltimos rehenes y detenidos los asaltantes (la polic¨ªa da la cifra de nueve detenidos, un muerto y un huido), los investigadores apuntaron que se trataba de anarquistas, atracadores y delincuentes comunes. La CNT descarta la posibilidad de que entre los asaltantes se encontraran miembros de su organizaci¨®n, aunque posteriormente se sabe que Jos¨¦ Juan Mart¨ªnez G¨®mez hab¨ªa sido confidente de la polic¨ªa y de la propia Guardia Civil, precisamente de grupos anarquistas, en los que se habr¨ªa infliltrado.
Jos¨¦ Juan Mart¨ªnez G¨®mez, en sus primeras declaraciones a la polic¨ªa, advierte que detr¨¢s de la operaci¨®n se encuentra la extrema derecha, ya que, siempre seg¨²n su primer relato, mantuvo un encuentro en Perpi?¨¢n con una persona llamada Antonio Luis, que le ofrece dinero para realizar la acci¨®n. Este detalle es el que argumenta el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, ante el Congreso de los Diputados para afirmar que tras la operaci¨®n se encuentra la extrema derecha.
Sin embargo, el Rubio o N¨²mero Uno, al que la polic¨ªa considera el ¨²nico cerebro del asalto, rectifica esta declaraci¨®n inicial y asegura que tras el plan no hab¨ªa ninguna organizaci¨®n o movimiento pol¨ªtico. La polic¨ªa, siguiendo paso a paso los detalles al respecto, aportados por el Rubio en su primer interrogatorio, los intenta comprobar sin resultados. Desde este momento, a pesar de que Calvo Sotelo ha expuesto ante los parlamentarios su versi¨®n, comienza a cobra fuerza, siempre dentro de la polic¨ªa, el hecho de que todo fue un plan organizado y dise?ado por Jos¨¦ Juan Mart¨ªnez G¨®mez.
Fuentes de la Administraci¨®n indicaron a este peri¨®dico que el Rubio, al que la polic¨ªa considera ?hombre de mundo?, ha enga?ado a todos, desde el Gobierno de la Naci¨®n hasta la opini¨®n p¨²blica. Otras fuentes, en este caso de partidos de la oposici¨®n democr¨¢tica, manifestaron que no es lo mismo enga?ar a la opini¨®n p¨²blica, hecho que puede ocurrir con la mayor naturalidad, que enga?ar a todo un Gobierno, a las altas magistraturas del pa¨ªs, al Parlamento o a los propios cuerpos de la seguridad del Estado, ?que son los que nunca deben ser enga?ados, ya que su misi¨®n en la sociedad es la contraria?.
En medios jur¨ªdicos que han seguido de cerca el desarrollo de los acontecimientos y que no rechazan la ¨²ltima de las versiones (la de la polic¨ªa), se estima que el comportamiento de el Rubio durante las 37 horas que dur¨® el asalto, y que hizo sospechar que la operaci¨®n podr¨ªa ser mayor de lo que ahora se piensa ?es fruto, entre otras cosas, de los conocimientos que ha podido tener, por trato y por su papel de confidente?.
Se da la circunstancia de que el Rubio, cuando el general Pajuelo y el comisario Mosquera, jefe superior de Polic¨ªa de Barcelona se acercaban a la puerta principal del Banco Central con objeto de obtener un primer di¨¢logo directo, les estaba esperando rodilla en tierra y empu?ando el arma con las dos manos, hecho que result¨® sospechoso, sobre todo cuando segundos despu¨¦s se dirigi¨® al jefe superior de Polic¨ªa de Barcelona llam¨¢ndole por su nombre. El Rubio, dijeron los mismos medios, se ha aprovechado bien en esta operaci¨®n de sus conocimientos y ha enga?ado y confundido a todos con unos m¨¦todos y formas de actuar de personas a las que conoc¨ªa.
El m¨®vil del robo, seg¨²n la polic¨ªa, ha sido la realizaci¨®n de un atraco de gran envergadura, apoyado desde fuera por varias personas, una de ellas ex empleada del banco. Lo que pretend¨ªan los asaltantes era ganar tiempo para realizar un t¨²nel y por ah¨ª sacar el dinero, siempre seg¨²n la polic¨ªa, para lo que habr¨ªan creado una operaci¨®n de confusi¨®n en el exterior, con objeto de distraer la atenci¨®n de ¨¦sta, pidiendo la liberaci¨®n de cuatro militares golpistas y organizando la salida escalonada de rehenes.
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