Centroam¨¦rica ser¨¢ la prueba para el futuro de las relaciones entre EE UU y M¨¦xico

La situaci¨®n en Am¨¦rica Central constituye el verdadero test para el futuro de las relaciones entre Estados, Unidos y M¨¦xico, adem¨¢s de los temas de relaciones bilaterales (emigraci¨®n, petr¨®leo, comercio y pesca), que actualmente discuten en Camp David los presidentes Ronald Reagan, de Estados Uniders, y Jos¨¦ L¨®pez Portillo, de M¨¦xico.

?Iniciamos una nueva dimensi¨®n para las relaciones entre nuestros pueblos?, dijo Reagan al recibir en los jardines de la Casa Blanca, en Washington, al presidente L¨®pez Portillo. Un tradicional abrazo, al estilo hispano, desplaz¨® los cl¨¢sicos apretones de manos cuando L¨®pez Portillo baj¨® del autom¨®vil que le llev¨® a la residencia del presidente de EE UU.?Venimos para dialogar abiertamente y sin arrogancia?, afirm¨® por su parte L¨®pez Portillo, en el breve intercambio de discursos que precedi¨® la salida en helic¨®ptero hacia la residencia de Fin de semana presidencial, en Camp David (Maryland), situada a unos sesenta kil¨®metros de Washington.

Hoy, las conversaciones proseguir¨¢n en Washington, antes de que L¨®pez Portillo regrese a M¨¦xico, DF. La delegaci¨®n mexicana quiere dejar muy claro que, al margen de la cordialidad y necesidad de buenas relaciones entre los dos vecinos, M¨¦xico discrepa profundamente de la pol¨ªtica de intervenci¨®n militar estadounidense en El Salvador, con el env¨ªo de consejeros militares y armamento.

M¨¦xico no desea que se internacionalicen situaciones como las de El Salvador u Honduras, para las que propone arreglos negociados. Tampoco es partidario de la estrategia de presiones norteamericanas contra el r¨¦gimen sandinista de Nicaragua.

El futuro Plan Marshall que la Administraci¨®n Reagan planea para la zona del Caribe, con una inyecci¨®n de varios miles de millones de d¨®lares para estimular el desarrollo econ¨®mico, necesita el apoyo de los dos grandes del ¨¢rea suramericana, M¨¦xico y Venezuela. L¨®pez Portillo, a las puertas de la conferencia Norte-Sur del oto?o, en Canc¨²n, desear¨ªa que el plan de EE UU para el Caribe se acompa?ase de jompromisos pol¨ªticos en El Salvador.

Tambi¨¦n var¨ªan diametralmente las posiciones entre Reagan y L¨®pez Portillo en relaci¨®n con Cuba.

A nivel bilateral, Reagan s¨®lo puede felicitarse de la decisi¨®n mexicana de reducir en cuatro d¨®lares barril el precio del petr¨®leo, medida que acarre¨® la dimisi¨®n del presidente de la sociedad de Petr¨®leos Mexicanos (Pemex). M¨¦xico es actualmente el cuarto suministrador de petr¨®leo a EE UU gracias a sus ricos yacimientos, (2,7 millones de barriles diarios), situados en aguas del golfo de M¨¦xico.

Ronald Reagan present¨® a L¨®pez Portillo su programa de ?trabajadores temporales invitados?, que deber¨ªa permitir la entrada anual de unos 50.000 mexicanos a EE UU, como arreglo parcial del problema de los trabajadores clandestinos.

Comercio y pesca fueron analizados a nivel pol¨ªtico, quedando para las comisiones especiales de trabajo la eventual soluci¨®n de los litigios vecinales.